CAPITULO CINCUENTA Y UNO.

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A Jungkook le dieron de alta hace una semana el omega pensó que volvería a su cotidiana vida que tenía sin su alfa, pero grande fue su sorpresa cuando Taehyung le dijo que sacaría sus maletas del maletero del auto. Su felicidad fue notaría su aroma al instante volviéndose extremadamente dulce, cosa que el alfa disfrutó en silencio, Jungkook no cabía en su felicidad insistió en ayudar a bajar las maletas pero fue regañado por el alfa, no podía usar sus manos y tenían que cuidar de qué las heridas no fueran abiertas, además no era saludable para su embarazo hacer esfuerzos que no debía.

Ese día Taehyung se ganó un hermoso puchero y ceño fruncido, pero lo que realmente hizo estragos en él y en su lobo fue llegar a la habitación que Jungkook le indico y encontrarse con un nido desorganizado con su ropa, y lo que más le dolió fue sentir el aroma amargo de su omega por toda la habitación delantando la tristeza que esté había sentido en su ausencia.

- Tardaron.

No era un reclamo, no estaba enojado, pero se podía palpar la nostalgia de Jungkook su rostro al instante delantando el dolor del que había sido preso durante los últimos meses su propio lobo hablando derrumbando los muros que habían creado para los demás y quedando expuestos ante la única persona en la que confiaban.

- Alfa.

Y Taehyung juro que se enamoraría una y otra vez de su lobito si sus ojos lo miraban en esas tonalidades azules y amatistas, sus propios ojos cambiando al instante su omega pedía a su alfa y ese día agradeció en lo profundo de su corazón que el cachorro hubiera pedido con un puchero quedarse a dormir con su tío Yoongi porque le iba a enseñar a tocar el piano.

Se acercó a Jungkook con cautela tal vez con miedo de ser rechazado, de qué su omega lo rechazará, pero sentía terror, terror de hacer lo que estaba a punto de hacer y lastimar a Jungkook o a sus hijos, no sabia si el omega quería lo mismo pero el sentía dentro de él que era algo que ambos necesitaban para desaparecer aquella distancia que una persona ajena a sus vidas había creado entre ellos.

- Alfa.

Y aquella palabra rompió con la cordura de Taehyung su lobo tomando el control apresando los labios del omega en un beso profundo pero lento, el contacto siendo necesario para que la vida que se les estaba escapando regresara a ellos.

- Mío.

- Tuyo, solo tuyo Tae.

Ambos cayeron en la cama Taehyung con la poca razón que le quedaba cuidaba de no aplastar el vientre de Jungkook, siendo delicado con los toques en el cuerpo del omega como si estuviera haciendo trazos en una pequeña corriente de agua. Acaricio el pequeño y frágil cuerpo de Jungkook quedándose varios minutos en su vientre sintiendo como sus cachorros pateaban suavemente, sintiendo después de tanto tiempo a su otro padre con ellos.

Beso cada centímetro de piel visible del omega mientras grababa en su memoria las dulces melodías que salían de este, su nombre de repente sonando bonito solo porque salía de los labios de Jungkook, y se sentía tan cálido sentir como las manos de su omega lo acariciaban y sujetaban con tanta dulzura mezclada con el temor de que los volverían a alejar.

- Tae...

- Te voy a hacer el amor toda la noche bonito...

Y así el omega no pudiera ver podía imaginar lo hermoso que se veía su alfa en este momento, las feromonas de este dejándolo al punto de la locura, llevándolo al límite en donde la única palabra que podía salir de su boca era el nombre de su alfa y se sentía tan bien decir el nombre de la persona que ama después de que no lo había dicho por casi una eternidad. Y así lo sentía él, los demás podían llamarlo exagerado pero el sintió la lejanía de su alfa como una eternidad fría y desolada, llego a pensar que jamás tendría a Taehyung en sus brazos de este manera, a su lado, besando su cuerpo de la manera en la que lo estaba besando en estos momentos.

Sentimiento oprimido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora