Juan 8: 44

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Juan 8
4 Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de sí mismo habla, porque es mentiroso y padre de la mentira.

El sonido del silencio me habla de ti, si lo pienso bien todo me recuerda a ti, comencé a llevarte conmigo a dondequiera que voy, empecé a susurrarte cada palabra que uso diariamente. Y mi boca, y mis manos, y todo lo que soy, y todo lo que quiero siempre se pronuncia con tu nombre. Como si el aire fueras tú, como si mi sed, mi hambre se saciara contigo. El principio, el fin, porque tú solo eres tú sin puntos intermedios. Te has vuelto todo de un momento a otro, me despierto pensando en ti y me duermo con tus ojos besándome la mente. Eres mi presente, mi futuro, todo lo quiero, todo lo que anhelo. Lo que necesito eres tú, solo tú.

Afuera se escucha el agua correr. He puesto mi cabeza en la llave antes de entrar, por eso sé que es fresca. Ahora las gotas resbalan en mi espalda y yo dejo que las gotas que se estanquen en el huequito de mi columna. He abierto la ventana, el cielo tiene ese azul de restos de verano y el ambiente esa temperatura de inicios de otoño, es un sueño.

Me gustaría quedarme todo el día así, descalza y semidesnuda, con los cabellos pegados a la cara, la cabeza colgando de la cama.

La ventana deja entrar una ligera corriente de aire, que al contacto con mi piel mojada desencadena un escalofrío que eriza la piel de mis piernas, mis brazos y mi pecho. Ahora me doy cuenta, ahora sé que es lo que quiero: tus manos tibias recorriendo mi espalda y tus labios susurrando en mi oído.

Me desconozco entre todos los colores que observo. Si alguna vez mi mundo fue rosado hoy el corazón se quedó varado en blanco y negro. Y te quiero porque siento, te espero porque puedo. A veces creo en el destino y a veces el viento susurra tu nombre.
Del destino me hablo el viento y los fantasmas que viven bajo la cama que alguna vez tu nombre y el mío serian partes de un cuento de hadas. De este bosque siniestro, de este cementerio en duelo y de corazones sin cielo.

Elsa se quedo todo el día en su cama hasta que llego la noche. No podía dejar de pensar en las palabras del hermano mayor de Hans. ¿Cómo podría creer que un demonio te perseguiría toda la vida hasta el día de tu muerte? Sin embargo, la idea rondaba por su cabeza porque tenia un poco de razón. Conocía al pelirrojo y no era de esas personas fáciles que se daban por vencidas, no, el era muy diferente. 

El peso de sus ojos le gano y se durmió. 

Lo soño otra vez un poco despistado, intentó otra vez contener el deseo de tu piel y no pudo con ello. Se ha vuelto débil y frágil a sus caricias, a su sonrisa.

En su sueño recreo cada uno de sus esporádicos encuentros y los analizo esperando entender sus verdaderas intenciones. Quizás llegó el momento de preguntarse cuáles son las suyas; es que la agarró desprevenida y su voz hizo de ella un par de cenizas.

Donde jugaba al amor seduciendo sin recelo, donde podía increpar al mundo con los ojos ardiendo, ahora encuentro una chica confundida. Tan confundida como cautivada.

No espera comprender cuáles son las estrellas que se alinearon para sentir tantas cosas, solo quiere dejarse ser y usar sus camisas, pero tiene miedo de caer otra vez en desahucios.

Terminar con la herida abierta, sola y sangrando, cantando los mismos sonetos que hablan del pasado. Incrédula musa otra vez abandonada.

Dueles, dueles de una manera que a cualquiera le daría risa al contarles nuestra historia, nunca vivimos tantos momentos juntos como otras relaciones, nunca tuvimos momentos especiales, nunca cumplimos lo planeado, nunca me quisiste como tanto decías, no hay vuelta atrás, sin embargo aquel día fue demasiado para mí, te quise y hubiera dado todo por ti, ahora solo existe tus recuerdos y lo miles de te quiero que te dije. Después de todo he volado sola, nunca hubo un "nosotros". Maldita sea, es duro admitir eso, solo te pedí sinceridad, nunca imaginé que hicieras lo contrario. Te creí, admiré y quise ciegamente.

"El Pecado" Helsa (En Edición)Where stories live. Discover now