Ezequiel 18: 30 - 31

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Ezequiel 18.
30 Por tanto, yo juzgaré a cada uno según sus caminos, oh casa de Israel, dice Jehová el Señor. Arrepentíos y apartaos de todas vuestras transgresiones, y la iniquidad no os será piedra de tropiezo.
31 Echad de vosotros todas vuestras transgresiones que habéis cometido, y haceos un corazón nuevo y un espíritu nuevo. ¿Por qué habéis de morir, oh casa de Israel?

Había regresado al palacio. Tan solo 7 meses duró en el convento, sus padres estaban decepcionados (¡vaya novedad!). A veces actuamos de acuerdo con lo que sentimos internamente sin tener en cuenta el efecto que causaremos en los que nos rodean.

Se fue con un nudo en la garganta, sabiendo que jamás regresaría a ese lugar.

Siempre construyó muros tan altos a su alrededor para que nadie pueda derribarlos. A veces aleja a las personas porque tiene miedo de que lo lastimen aún más. Es terco, malhumorado e impredecible. Se considera un desastre, no es alguien con quien puedas hablar fácilmente, es molesto y habrán días en los que quizás, lo odiarás.

Es fuego fuera de control, destruyendo todo lo que toca y ya sabes lo que dicen; cuando juegas con fuego te puedes quemar. Siente haberla lastimado, no es su culpa y créeme, no es porque no la quiera. Tan solo está intentando manejar sus emociones.

Cierra los ojos porque prefiere no ver. No quiere ver la soledad que lo rodea.

Dijeron adiós muy pronto, antes de que se dañaran ante una realidad que iba en su contra, bueno, eso dicen los que miden su vida en fracciones de vueltas en el reloj. Para él fue un adiós lo suficientemente agrio como para marcar el fin de un pedazo de su vida, que envolvió en hojas amarillas y que llevará guardado en el corazón para, una que otra vez, echarle un vistazo y recordar que una vez amó tan fuerte y tan intenso como el chispaso que sale de proyectar una con otra, dos piedras y que es capaz de encender una inerte masa de maderas secas y hojarasca tan muerta como un transcurrir de tiempo sin emoción.

Eso fueron, dos piedras igual de duras y tercas que al chocar provocaron un incendio de esos que todavía años después se les busca arreglo. Un instante puede ser que duró su choque, pero una vida les va a costar curarlo y no, a pesar de que lo que parezca, el objetivo se aleja del arrepentimiento.

Ella era todo e incluso más de lo que podia imaginar o algún día pudo llegar a soñar, y es por ello que su historia, hoy es digna de contar.

Fue amor a primera vista, la vio de lejos y algo le atrajo a ella de forma inevitable, fue un magnetismo inexplicable ¿Acaso fue obra del destino, de la causalidad o una serendipia más que hermosa? No, no lo sabe. Pero cada paso que daba para acercarme a ella, algo dentro de él le aseguraba que era para él y que definitivamente sería suya.

Allí, frente a frente, cara a cara, sin pronunciar palabra alguna se dijeron todo y fue entonces donde se entregó por completo ante ella, pero fue reciproco, porque de inmediato ella también lo huzo ante él.

Era asombroso, no habían pasado ni cinco minutos a su lado y ya sabía que lo suyo no sería pasajero o aburrido.

Además, se fue dando cuenta mientras transcurría el tiempo que necesitaría más de ella, pues era definitivo, no quería ni podía estar más lejos de lo que podía soportar ni respirar. Y no se equivocó, cada encuentro con ella luego de su primera vez fue mágico y especial, único y sobrenatural, una aventura extraordinaria y un sueño estelar; fue como viajar a otros mundos sin ni siquiera moverse. Pues no importaba hora ni lugar, siempre estar juntos era y es mucho más que soñar, es vivir y dejar de existir.

"El Pecado" Helsa (En Edición)Where stories live. Discover now