1 Timoteo 4: 12

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1 Timoteo 4
12 Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, en conducta, en amor, en espíritu, en fe y en pureza.

Volví a sentir frío.
Volví a sentir miedo.
Volví a sentir rabia.
Volví a llorar.
Volví a sentirme inútil.
Volví a preguntarle a mi reflejo, ¿Cuándo se va terminar esto? ¿Por qué se empeña tanto en lastimarme?
Pero no obtuve respuesta, otra vez.
Ese demonio que creí olvidar, me volvió a lastimar.
Y no vino solo, porque con sus gritos me volvió a intimidar.
El pasado que pensé que podría ser ignorado me ayudó a recordar.
"Se alimenta de tu miedo" yo creo que mi miedo no le fue suficiente porque hasta me hizo sangrar.
Un grito de auxilio me obligó a callar, e hizo que me viera en el espejo una vez más para que me diera cuenta de que está situación no se puede escapar...
Y, la peor parte... ¿Cuál sería? La peor parte sería que de ese demonio no me logré librar, que por mis temores me deje capturar, y lentamente. Me volví a derrumbar.
Me miró al espejo otra vez, para que la soledad no me termine consumiendo.
Y, es entonces ahí, donde puedo observar, a un niño que mi ayuda debe necesitar.
Pero no, solo quiere que lo escuché y le responda una pregunta con completa sinceridad... Y, esa pregunta es: "¿Dónde estará mi felicidad?"
"No lo sé... Aquí solo veo oscuridad, y unos cuantos demonios que no nos piensan abandonar".

- Es inconcebible Hans, ¿no te cansas de hacer siempre las mismas cosas? - preguntó su padre con molestia.

- Cariño... debes cambiar. - su madre añadió.

- ¡No! Se acabaron tus oportunidades, ya estamos hartos de tu falta de disciplina. - él rey sacó de su escritorio un papel y una pluma.

- ¿Qué diablos estás haciendo? - cuestionó enojado el príncipe.

- Haremos cumplir las consecuencias de tus actos, ya sabes lo que es. - contestó el rey.

- Mi cielo, debes hacerlo, solo así aprenderás. - la reina acarició el rostro de su hijo menor.

- ¡Es tan injusto! Tengo 23 años, me tratan como a un bebé. Prometo no hacerlo otra vez, es enserio. -

- Escucha hijo, vas a hacer lo que rey de ordena. Fin del aasunto - señaló con su dedo al pelirrojo. - Ve a prepararte, te vas de inmediato.

- Las historias siempre tienen dos versiones, mi version nunca la contaré, para mi este libroterminó. Ahora bien, ve, cuentales a todos tu versión y que mi personaje sea el mas odiado, tranquilos esto no es una amenaza de nada, cada quien escribe y corrige el libro de su vida como quiere.

Dio media vuelta lleno de ira y pegó un portazo al salir. Sabia lo que le deparaba el futuro y eso lo ponía furioso. No era su culpa que sus hermanos lo molestaran, él se defendía, era justo. Esta vez fue la peor de todas. Le rompió la nariz a su hermano Grand. Hubo consecuencias. Los odiaba, a todos.

Su madre fue a buscarle y al verlo calló, como a quien se le sorprende en medio de un delito. ¿Cuál fue tu crimen? ¿Qué te comía la conciencia? Pero de inmediato lo supe y entonces deseé que ese día no hubiera llegado. Trajinaste con verdades a medias y soplos de pequeñas promesas; rogaste perdones innecesarios, agarro las manos vacías de su hijo.

"El Pecado" Helsa (En Edición)Where stories live. Discover now