capítulo 37: Bikinis y pasado.

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-¡Santa madre de todos los cielos! -solté un grito. -¿Tuviste sexo y no me contaste nada? -señalé a mi hermana.

-Eh... sí -se encoge de hombros.

-¡No puedo creerlo! ¡¿Con quién demonios fue?! ¡¿Fue con consentimiento?! ¡¿Te cuidaste?! -la insagué con mis preguntas.

-Ya basta. No tengo doce años, Chloe. -se levanta de su asiento, y voltea sus ojos.

-¡Tienes dieciséis! -grité.

-Exacto, así que deja de actuar como si fuera una niña y ocúpate de tus cosas.

Comienza a subir las escaleras, y luego oigo como la puerta de su habitación se cierra.

-¡¿Tú lo sabías?! -pregunté a Emily, quien tenía su cabeza baja.

-Hmm..., ¿sí? -contesta, sonriéndome con miedo.

-Por dios, esto es mucho. -sacudí mis manos.

Todos sueltan una risa, y se quedan en silencio por unos instantes.

-Como sea, hagan la siguiente pregunta. -dije, sacudiendo mi cabeza y dándole un enorme trago a mi pequeño vaso.

-Yo nunca nunca participé de un trío. -pregunta Hayden.

Nadie bebe.

-Yo nunca nunca sentí que me rompieron el corazón. -dice Alessandro.

Emily toma, al igual que Alessandro.

-Yo nunca nunca me he enamorado. -Shelby levanta una de sus cejas.

Todos se quedan en total silencio por unos segundos, y los siguientes en tomar un trago de vodka son Alessandro y Hayden.

Y JJ. Oh, Dios, él también bebe.

Un extraño pinchazo se instaló en mi pecho.

-Oigan, será mejor que me vaya a dormir. -sonreí, y me levanté de mi asiento. -Me... me duele algo la cabeza, el viaje de hoy fue largo.

Y mentía. En verdad la cabeza me dolía, y el cuerpo me dolía.

-Iré contigo. -Aless tomó mi mano, y me siguió.

Inmediatamente noté como JJ apartaba su mirada un instante, tensandose un poco. Observé por encima de mi hombro como me siguió con su vista hasta donde pudo, ya que desaparecí de su campo de visión al subir las escaleras.

Me adentré a la habitación en la que yo dormiría, y observé como el reloj marcaba las doce en punto de la noche. Me quité los zapatos, dejándolos a un lado. Me senté en el borde la cama, haciéndome un moño en el cabello.

Finalmente me metí dentro de las mantas.

¡Por Jesús y todos los dioses del cielo, compartiré la cama con Alessandro!

-Puedo dormir en el sofá si quieres. -rascó nervioso su nuca, y se quitó los zapatos.

-No seas tonto. -solté una risa, y negué.

-Sólo... no quiero que pienses que puedo aprovecharme de la situación.

-Lo sé, confío en ti. -sonreí.

Lo siguiente que sentí, fue que él se metió en la cama también. Tomando algo de distancia, y por eso, yo fui quien se arrimó un poco más a él.

Luego, pasó su mano por encima de mi cintura, y su mano quedó rozando mi abdomen desnudo.

-¿Esta bien? -me preguntó.

-Está bien. -asentí.

Sonreí, sintiendo mi corazón acelerado.

Tenemos Un Trato. [Completada]. Where stories live. Discover now