capítulo 17: Extrañas combinaciones: Besos y cárcel.

785 53 21
                                    

¿Quieren saber donde me encuentro un lunes a las once de media de la noche?

Bien.

En la puta cárcel. Y como si fuera poca cosa, tenía a JJ como compañero de celda.

"¿Qué puede salir mal?" recuerdo que me pregunté a mí misma antes de realizar una locura.

"Todo saldrá bien" recuerdo que dijo que JJ.

Pues no, ¡Nada salió bien!

Jared Jordan, ¿qué carajo hicimos?

60 MIMUTOS ANTES DEL INCIDENTE:

Comencé a revolver entre mis cosas para lograr encontrar la libreta rosa en la que estaba pactado el trato con JJ, y que contenía algunas cosas mías demasiado privados como para la vista de alguien que no fuera más que yo misma.

Mi corazón se aceleró al ver que no estaba por ninguna parte.

Abrí mi mochila y la volqué para que todas sus cosas callaran. De allí salió todo tipo de cosas; toallas sanitarias, maquillaje, audífonos, tampones, coletas del cabello e incluso probablemente un portal a Narnia.

¡¿Qué demonios tenía esa libreta?! ¡¿Acaso estaba maldita?! ¡La perdía cada jodido instante!

Tomé mi teléfono y marqué el número de JJ de inmediato. Caminé de un lado al otro, mordiendo mis uñas y esperando a que él atendiera.

Me mando al buzón una vez.

Volví a intentarlo.

Y recién la cuarta, fue la vencida.

Chloe, ¿qué pasa?

¡Ay, por el amor de Dios, JJ!, ¡¿por qué no respondias?! —llevé mi mano a mi frente y solté un suspiro. —¡Te necesito!

¿Q has hecho ahora?

—Perdí el diario. —resumí.

—¿Bromeas?

—¡Perdí el maldito diario! ¡Creo que se cayó de mi bolso cuando me hiciste caer de las escaleras!—grité exaltada, dando saltos en mi lugar, en señal de frustración. —¡Oh, esto es tu culpa, grandisimo idiota con mente de camello! ¡Debes ayudarme!

No voy a ayudarte como sigas diciéndome camello. —gruñó.

—¡Bien, lo siento, pero ayúdame! —rogué. —¡Nadie, absolutamente nadie, debe ver ese diario! —lloriqueé.

—Solo... solo vístete y ya, pasaré por ti. —avisó.

                               [...]

Cerré la puerta de casa a mis espaldas, en total silencio, y miré como JJ estacionaba su vehículo en la calle de enfrente. Caminé hasta allí, y esperé a que se detuviera, para poder montarme en él.

¡En el vehículo, mal pensadas y mal pensados! Aunque... no sería tan desagradable montar a JJ, ¿a qué no?

《¡Ya basta!

Abrí la puerta, y me subí, poniéndome cinturón de seguridad.

—Recuperemos tu tonto diario. —dijo.

—Estamos por invadir en propiedad privada durante la noche. —hablé obvia.

—Oh, que tonto soy, no lo había notado.—fingió una sorpresa mal actuada. —Bueno, entonces esperemos a que alguien más encuentre el diario, o... podemos... no lo sé, despertar a mi padre y pedirle que nos de permiso de entrar a la escuela. —levantó sus cejas.

Tenemos Un Trato. [Completada]. Where stories live. Discover now