capítulo 36: Vacaciones sin relajaciones.

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No pienso contarles cuál fue la estúpida idea que he tenido este último día. Sólo les diré que estoy empacando.

—¿Crees que debería rasurarme? —pregunta Piper, quien tiene una enorme valija en sus manos.

—Depende, ¿tendrás sexo con Emily? —solté una larga carcajada.

—¡Por Dios, Chloe! —se ahoga con su saliva.

—Sólo digo que ustedes dos parecen más una pareja que un par de amigas unidas. —me encogí de hombros.

—No es gracioso. Deberías preocuparte por no tener salpullido cuando Aless te quite las bragas. —ella se voltea, y suelta una risa antes de salir de mi habitación.

Por dios, estaba tan nerviosa. Tan solo necesito relajarme un poco. Agradezco a la plaga de cucarachas que aparecieron en el instituto.

Oh, sí. Suspendieron las clases por cinco días gracias a una invasión de cucarachas asquerosas. Lo malo, es que estábamos todos en la cafetería cuando comenzaron a aparecer sin parar, logrando hacer que absolutamente todo el mundo gritase como loco, y comenzaran a los pisotones, y a lanzar cosas por los aires 

—¡Aless llegó por nosotras! —avisa Piper.

Comencé a bajar los escalones de las escaleras, arrastrando mi valija detrás mío.

Me detuve en la entrada para despedirme de Chelsea.

—Nos veremos pronto. —besé su cabeza. —Te amo.

Cerré la puerta a mis espaldas, y me acerqué hasta donde estaba Aless,  ayudando a Piper a meter sus valijas en los asientos traseros.

—Hola. —me acerqué hasta ellos arrastrando mi pesado equipaje, y saludé a mi chico con un beso en los labios.

—Menos cariño, y andando. No quiero llegar tarde. —Piper se sube al auto, y hace una mueca de asco al ver como Aless y yo nos besabamos.

Me subí al asiento de acompañante, y encendí la radio mientras luego de ponerme el cinturón de seguridad.  Bajé la ventanilla de mi lado, para recibir un poco del caluroso aire proveniente de afuera.

—¿Cuánto durará el viaje? —mi hermana se colocó sus audífonos, y  metió su cabeza entre el asiento de Alessandro y el mío.

—Poco más de cuatro horas. —respondí.

—¿No creen que Emily fue muy amable al invitarnos? —preguntó ella de nuevo.

—Sí, lo fue. —asentí. —Y por eso debes comportarte ahí, Piper, no estarás en tu casa, intenta ser amable, ¿si?

—Bieeen. —gruñó, poniendo los ojos en blanco.

Se acomodó en su lugar, le subió a la música de sus audífonos, y sacó la cabeza por la ventanilla como si fuera un perro, 

—¿Estás bien? —me preguntó Aless.

—Si. —sonreí.

Unió nuestras manos y las dedo en el rosario que había entre nuestros dos asientos, mientras que con su mano libre, conducía.

Este será un muy largo viaje.

                            .[...].

El cuerpo me dolía de haber estado todo el viaje sentada sin poder moverme. Las piernas se pegaron un poco al asiento de cuero del vehículo, haciéndome hacer una mueca de asco. Limpié mi sudor con la palma de mis manos, y me acomodé la ropa.

Observé la hermosa vista que tenía al bajar del auto.

—Guaaau... —silba Piper, sacándose los audífonos 

Tenemos Un Trato. [Completada]. Where stories live. Discover now