Capítulo 12: Sorpresas y desagrados.

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Hay un problema en mi vida, llamado Tessa. No se como, pero otra vez me encontraba en la sala de estar, con mi madre y Alan cenando junto a Piper, Chelsea y yo.

Lo único que podía oír era el ruido de los cubiertos enrollando la pasta que Alan cocinó.

Todos comían en silencio, mientras que yo observaba la ensalada aun intacta frente a mis narices.

No me sentía con apetito.

—Chloe, ¿por qué decidiste ser vegana? —Alan rompe el silencio, y eleva una de sus cejas.

—Todos los animales tienen derecho a vivir, al igual que los perros y los gatos.—me encogí de hombros. —¿Por qué seguir con la típica regla de que los perros viven pero las vacas no?

—Ya. Pero ¿por qué no tomas leche o derivados de animales? —sonríe con victoria, como si creyera que esa pregunta fuera el fin de mi existencia, creyendo que no tendría una respuesta razonable para aquella pregunta.

—Forma parte de la explotación animal. Las vacas, por ejemplo, son condenadas a vivir siendo explotadas de una manera horrible solo para sacar la leche que bebes todas las mañanas. —me crucé de brazos.

Se inquietó ante aquella respuesta de mi parte.

—Pero las plantas también tienen vida, ¿no es algo egoísta? —frunce sus cejas y sonríe, llevando un trozo de carne a su boca.

Que idiota que era este sujeto. ¿En serio quería hacerme sentir menos, o una ridícula por ser vegana y respetar la vida de un animal?

—Oh, por Dios, tienes razón. —cubrí mi boca, para fingir una sorpresa. —¡Pobres!, ¿nadie puede pensar en las pobres plantas? Soy una persona terrible. —me llevé una mano al corazón. —¡Oh, de ahora en más, me convertiré en una planta para lograr recurrir a la fotosíntesis y solo vivir a base de aire y agua! —hice silencio unos segundos y fingí otra sorpresa. —¡Oh, rayos!, el agua le pertenece a los peces, y el aire a los humanos. —dije. —Eso sería muy egoísta de mi parte. —negué. —Me temo que mejor debo morir.

—Sólo digo que las plantas también son vida y... —se ve interrumpido por mis palabras:

—Las plantas no sienten dolor, no están condenadas a ser explotadas de forma dolorosa cada día de su maldita vida hasta que las maten para luego ser comida. La carne que estas consumiendo ahora mismo, es de una vaca que a lo largo de su vida le han inyectado diferentes químicos para que su carne sea más blanda y gorda. —sonreí inocentemente.

¿Por qué demonios todos actuaban así cuando se enteraban que mi decisión había sido respetar todas las vidas animales? Odiaba las actitudes de aquellas personas.

Me levanté de mi lugar.

—Disfruten sus cadáveres químicos, y buenas noches. —me despedí.

Subí las escaleras, y me encerré en mi habitación.

Tomé un libro, y comencé a leerlo mientra oía algo de música. Me dejé caer en la cama, y sin darme cuenta, mis ojos se cerraron poco a poco.

                             .[...].

A la mañana siguiente, al despertar, hice una mueca de dolor en cuanto despegué mi rostro del libro que leía anoche cuando me dormida accidentalmente.

Observé a mi alrededor, y noté que ni si quiera había desarmado la cama, ya que me dormí por arriba de las mantas.

Caminé hacia la ducha y luego de 20 minutos, me encontraba bajando las escaleras totalmente listas para irme de casa.

Tenemos Un Trato. [Completada]. Where stories live. Discover now