Capítulo 5: Golpes bajos.

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Por la mañana, dando pasos lentos y cansados, me acerqué hasta dónde se encontraba mi casillero.

Me distraje por unos segundos al ver a Aless caminando junto a Hayden. Su sonrisa parecía tener una luz tan grande que podría dejarte ciega.

Todo fue lindo, hasta que choqué con la realidad. Un momento..., la realidad duele, pero les puedo asegurar que lo que acaba de golpear mi rostro no fue
la realidad.

Mi cuerpo se tambaleó unos centímetros hacia atrás, e instantáneamente un fuerte dolor se instaló en mi nariz. Llevé mis manos a ella, y la sujeté con algo de fuerza, mientras muero de la vergüenza.

—Chloe, no te había visto. —JJ cierra su casillero, y hunde sus cejas al ver el gran golpe que me dio por accidente.

Sus manos quitaron mis dedos de mi nariz para logar verificar él mismo como ésta se encontraba.

Observé mis dedos y solté un quejido al ver como habían algunas gotas de sangre sobre ellos, y sobre mi camiseta blanca favorita.

Jared tomó mi brazo y me guió el camino en total silencio hasta la enfermería para lograr conseguir algo hielo. Me senté sobre la camilla y él apareció por la puerta para colocar la bolsa de hielos en mi hinchada nariz.

Ahogué un gemido de dolor, él arrugó un poco su nariz, viéndome.

—Lo siento... —dijo, despacio, dejando la bolsa de hielo sobre mi golpe.

—Descuida..., yo no vi por donde iba. Aunque si mi nariz queda chueca, será tu culpa. —levanté mi dedo índice y dejé salir una mini risa.

—Tranquila, tú nariz seguirá igual de hermosa. —soltó una risita suave. —Aunque tu blusa... —señaló la sangre en ella.

—En mi casillero tengo una sudadera gris, luego iré por ella. —gruñí el sentir un pinchazo en el puente de mi nariz.

—Tus manos. —Jordan se acercó.

Noté que traía con él un paño húmedo. Solo su mano izquierda tomó sin dificultad las dos mías, y su dedo hizo un movimiento indicando que yo las abriera y le enseñara las palmas.

Okey..., hay dos opciones: Sus manos son muy grandes, o las mías eran muy pequeñas como para entraran en una sola las suyas. 

Comenzó a quitar la sangre de mis manos, con cuidado de no ser brusco. Pasó el paño varias veces.

Observé con atención aquellos anillos que decoraban sus dedos. Uno de aquellos, el que estaba en su dedo índice, era femenino. No me cabía duda.

Me resultó tierno su gesto de limpiar mis manos con un trapo húmedo. Y yo, no estaba acostumbrada a los gestos bonitos.

—Listo. —lanzó el trapo al cesto de basura, y liberó mis manos con cuidado.

Me levanté de camilla y le mostré una linda sonrisa.

Ambos salimos de la sala, y caminamos hasta el pasillo en el que se encontraba mi casillero. Lo abrí con cuidado y comencé a revolver para lograr encontrar esa sudadera que tanto uso cuando sucede algún accidente con mi ropa.

Mi vista se dirige hacia la fotografía en la que estoy con mamá, antes de que ella comenzara a odiarme. La observo por unos segundos, y la voz de JJ suena detrás de mí:

—¿Es tu madre?

—No sé si debería llamarla madre cuando ella no quiere llamarme hija. Pero sí, es mi madre. —cerré mi casillero, y me coloqué mi sudadera.

—Ya veo de donde heredaste tus rasgos, es muy hermosa. —dijo.

Sonreí, y caminamos hacia nuestra siguiente clase, en el camino encontré a Hetaher y Ludo. Llamé a Emily al verla vagando sola por los pasillos, y no dudó en unisrse a nosotros tres.

Tenemos Un Trato. [Completada]. Where stories live. Discover now