Capítulo 13| El Hombre De Traje.

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Mi celular sonó, era un mensaje de Luca, impaciente porque se hacía tarde y yo aun no llegaba a casa.

Le respondí y le expliqué que salí a dar una vuelta, que estaba próxima a llegar a casa. Y él, como siempre, parecía muy preocupado y dijo que esperaría impaciente.

Decidí seguir mi camino, pero al doblar en una calle me di cuenta que había regresado al mismo lugar. Estaba la farmacia, el callejón oscuro, el semáforo y aquella tienda donde había conseguido la ropa, la cual ya había cerrado al igual que todas las sucursales a su alrededor.

—Bueno, regresemos. Aún hay tiempo —me dije a mi misma en un intento por regresar.

Evité las calles en las que había pasado anteriormente. Y por aquella papelería que estaba a una calle del instituto, supe que ya estaba cerca de casa y que había encontrado el camino correcto.

Pero al girar en esa esquina de la papelería di un brinco del susto. Frente a mi había un perro negro con los ojos tan brillantes y fijos en mí que lograron ponerme la piel chinita, él no se movía ni parpadeaba, solo me miraba. Y al observar alrededor me encontré nuevamente el callejón, el semáforo que parecía seguir en rojo y la tienda.

Mis respiración se agitó cuando di pasos hacia atrás en las tres calles restantes encontré lo mismo: callejón, semáforo, farmacia, tienda... Y a ese perro que me vigilaba.

Era obvio que no me había confundido al caminar, sino que estaba atrapada en una simulación que parecía acercarse en cada parpadeo, y a eso sumado el animal que me infundió miedo yo comencé a desesperarme.

Susurros en mi mente comenzaron a escucharse, las voces gritaban Brokhell, ansiosos porque ella tomara el control.

Yo creí que perdería ante sus invocaciones, pero lo que había dicho Dann sobre no poder controlar lo que es mío, me llegó a la mente.

—Puedes hacerlo, puedes hacerlo —susurré para mí—. ¡No vas a salir! ¡No te dejaré salir! —le grité a Brokhell.

Apreté los ojos mientras seguía repitiendo esas palabras en mi cabeza, hasta que dejé de sentir aquella incomodidad sobre mis hombros que me impedía avanzar. Al abrir los ojos encontré la calle diferente, aquella simulación que me hacía ver igual a cualquier lado que mirara ya se había desaparecido.

Miré el instituto a unos metros del lugar donde me encontraba, caminé bajo la oscuridad que el parpadeo de la única lámpara que funcionaba en la calle.

Pero al estar más cerca del instituto, un extraño calor me recorrió el cuerpo; comencé a sudar y decidí atarme el cabello en una coleta. El cuello me dolió de repente y me llevé la mano a la nuca, era allí donde se concentraba el dolor.

Levanté la mirada y en medio de la calle había algo que se atravesaba, por más que trataba de darle forma, no lo conseguía. Pero al acercarme más descubrí que se trataba de algo que ya había visto antes en mis sueños.

Parecía ser un trono de huesos y acero, la sangre escurría de sus entrañas; inundando la calle en segundos. Y sobre ese trono había alguien sentado. Era un hombre de traje, al cual por la falta de luz no se le lograba ver el rostro, pero sus grandes manos sobre los brazos del trono me hicieron saber que se trataba del mismo que aparecía en mis sueños.

—No... —murmuré al borde del llanto.

Sus piernas cruzadas: una encima de la otra, me transmitieron una sensación de dominación. Y eso me hizo soltar un par de lágrimas y temblar de repente. Con un par de dedos daba toques a su trono y el ruido era tan fuerte que no sólo de aja el eco en la calle, sino también lastimaba mis oídos.

Luna de Noviembre [Oscuros #1] [FINALIZADA]Where stories live. Discover now