Capítulo 4| Luna De Noviembre

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Viernes 1 de Noviembre.

Había oscurecido, Luca durmió en la sala, sobre el sofá. Y aunque le supliqué miles de veces que intercambiaramos lugares él simplemente se negaba a escucharme. Bueno, lo hacía, pero no me miraba ni hablaba.

Estaba molesto y lo entendía. Si yo me encontrara en su lugar me hubiese puesto incluso peor. Lo había asustado y lo peor era que no sabía cuándo volvería a interactuar conmigo.

Genial. Había arruinado la relación con mi hermano. Y además, lo había hecho perder sangre. Estaba preocupada porque le sucediera algo, algún desmayo podría resultar fatal.

«Eres tonta...»

—¡Silencio!— susurré entre dientes. Apretando fuerte ambos lados de mi cabeza.

Esa preocupación; Luca alejado de mí, me quitó el sueño.

Durante la noche me dediqué a dar vueltas sobre la cama mientras pensaba en el rostro de aquel chico llamado Dann. Quería encontrar entre mis memorias el lugar donde lo había visto, me levantaba y volvía a acostarme en un intento desesperado de saber pero no encontrar respuesta 

Simplemente no podía conciliar el sueño. No había pegado los ojos ni dos segundos en toda la noche

La cabeza comenzaba a dolerme y los ojos me ardían. Bostezaba pero al acostarme me era imposible cerrar los ojos.

Además, las imágenes de mi padre muriendo rondaban por mi cabeza una y otra vez dejándome en completa histeria. Con ello, los recuerdos de mi madre también se asomaban en mi cabeza.

La culpa quería matarme.

El frío que hacía en Glumy por las noches era peor que el que hacía por las mañanas, aún cerrando las ventanas el frío congelaba hasta arder la piel.

Era por eso que muchos de los visitantes del lugar salían huyendo al día siguiente de su hospedaje, todos aseguraban que Glumy los quería matar congelados.

Tiritando de frío me levanté a cerrar la ventana de la habitación, seguramente era por eso que tampoco podía dormir.

Alcé la cortina para cerrar la ventana, pero movimientos a lo lejos de mi vista me llamaron la atención. Entrecerré los ojos para ver más allá, y cuando logré captar la imágen frente a mí me oculté para no ser descubierta.

Era Dann.

¿Qué hacía entre la maleza junto al lago?

Mi curiosidad se hizo presente, quería saber qué hacía a esa hora y en ese lugar. Así que me oculté mejor entre las cortinas y comencé a seguir cada movimiento que daba.

En el lago se miraban los reflejos de la brillante luna y unas cuantas estrellas a su alrededor que a la vez eran cubiertas por un par de montañas; sobre los arbustos las luciérnagas danzantes de un lado a otro, cruzaban sobre el agua, se elevaban a grandes alturas. El canto de los grillos lograba hacer un espectáculo bajo la noche.

Sin embargo mi cabeza siguió preguntando: ¿Qué hace Dann? ¿A esas horas? ¿Cómo logró cruzar las grandes rejas? ¿Acaso no se moría de frío?

Porque había que recalcar que no estaba bien cubierto. No traía más que una simple playera de manga corta y unos jeans oscuros.

Mis ojos se abrieron grandes con sorpresa cuando lo ví quitarse los zapatos y arrojarlos a un lado.

Luego se quitó la camiseta encontrando su abdomen plano y ejercitado. No estaba tan marcado como uno se imaginaría, sin embargo estaba bien formado y sus hombros anchos le daban un toque dominante.

Luna de Noviembre [Oscuros #1] [FINALIZADA]Where stories live. Discover now