Capítulo 16| Secretos.

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Viernes 8 de Noviembre.






Llegó el día donde ella debía regresar a Glumy. Nuevamente su padre se negó a dejarla ir, pero luego de verla hacer un puchero no tuvo otra opción que soltarle las manos.

Rieron por unos momentos más hasta que le pidió que la acompañara a tomar un taxi que la llevaría al tren.

—Supongo que no puedo volverte a implorar que te quedes —mencionó el vampiro cuando vio al taxi estacionar frente a ellos.

—No, no lo hagas —ella rió y él le respondió igual— ¿Cuánto crees que tarde mamá en Venecia? De verdad la extraño luego de dos años sin ella.

—Estoy seguro que no tardará mucho. Y si lo hace sería buena idea darle una visita.

Extendió sus brazos para rodearla y ella se acurrucó en su duro pecho.  Se quedó apretándolo durante un par de minutos más hasta que lo escuchò sorber con la nariz.

Si bien Ruls era un vampiro que en ocasiones podía ser un despiadado asesino, existía algo que lograba ponerle los pies en la tierra y aceptar sus errores. Aquello era su esposa y su hija.

—Stea mică, por favor cuida cada paso que avances. Quiero que cuando mamá vuelva tú seas lo primero que sus ojos vean. Llorará, pero espero que sea de felicidad —le susurró al oído.

—Mimi me protege mucho, ella no permitiría que algo me pasara —respondío—. Y aunque Dann parezca un desinteresado, yo sé que tampoco me descuidaría, y si lo hace no importa, porque Luca y Rachell siguen siendo mis amigos.

—De acuerdo.

El abrazo se tornó largo hasta que él entendió que necesitaba soltarla, porque era algo que debía hacer. La vió subir al taxi y checó infinidad de veces que su cinturón de seguridad estuviera bien ajustado.

—Muy bien, stea mică. Regresa a casa... Perdón —murmuró con la voz quebrada.

—¿Por qué debería hacerlo? —se preocupó.

—Por no tener un padre con agallas suficientes —dió unos golpecitos a la puerta del vehículo y se apartó dos pasos. April lo observó confundida cuando el conductor avanzó con velocidad.

Mientras más se alejaba, más lo veía desaparecer, hasta que en un momento se esfumó.

Antes de tomar el tren se detuvo en una tienda por algo de comer. Terminó comprando una Leche de fresas y una caja de galletas de chocolate que sabía le gustarían a Rachell. Y ya que aquel vendedor ambulante que vendía pequeños recuerdos la hizo recordar a sus amigos, fue que decidió acercarse.

—Buenas tardes —saludó al vendedor —¿Son las únicas que le quedan? —averiguó, señalando la libreta de pasta de cuero con el nombre "Lucas" grabado.

—Si, señorita. Pero le prometo que son resistentes, no se va a arrepentir de comprarme —el anciano parecía apresurado por vender.

Y de hecho, por cómo la miraba y la sonrisa esperanzada que traía aquel hombre en el rostro, April pudo deducir que no había tenido la suerte de vender mucho durante su día, y ella sentía la necesidad de ayudarlo.

—¿Sabe qué? Me llevaré esta. Me gusta —dijo, tomando la libreta y sacando el dinero para pagarle al hombre.

—¡Muchas gracias!

—¿Puedo darle un consejo? —a lo que el viejo asintió con curiosidad—. En una hoja de laurel escriba un deseo y luego quemela con una vela blanca dentro de un círculo de sal, y mientras lo hace visualice su deseo.

Luna de Noviembre [Oscuros #1] [FINALIZADA]Where stories live. Discover now