Capítulo 1| Los planes de Dann.

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El hombre lobo había hablado y por fin un acuerdo entre Luca y él se había logrado, todo estaba tranquilo, como si el destino esperara paciente a su presa, sin embargo, había algo que durante las noches hacía temblar a Luca; una sensación de vigilancia, de miedo y ansiedad que le prohibía dormir.

Dann, por otro lado, no quería que las cosas se salieran de control o que su plan sea estropeado, Luca tampoco quería, porque esa era la única oportunidad que tenía para reparar sus errores cometidos y ser perdonado, tenía mucho que perder si algo salía mal. Ambos querían lo mismo de aquella chica, y para eso tenían que estar unidos a pesar de sus distintos caminos y creencias y así, ejecutar su plan al pie de la letra, por lo que el hombre lobo decidió visitar a su viejo amigo unos días antes para informarle.

Al llegar a ese enorme castillo; ubicado en una parte oculta del bosque de Europa lo primero que sintió fue un agradable y empalagoso olor a humano joven que tenía la ropa impregnada de un perfume vainilla, aunque él ya sabía bien de quién podría tratarse no pudo evitar provocarse al sentirlo.

Caminó entre un estrecho camino rocoso entre árboles gigantes de manzana hasta la puerta principal que estaba cubierta de insectos; sopló con fuerza para espantarlos, pero la polilla entre ellos voló y se pegó directo a su mejilla, Dann la tomó y la lanzó al aire. Cuando por fin abrió la puerta se encontró nuevamente con el enorme lugar que alguna vez fue su lugar de acogida.

El castillo era antiguo; mohoso y frío por la humedad en sus paredes, aunque era más fuerte que el núcleo de un tornado, los grandes retratos que con el paso del tiempo habían perdido el rostro de los protagonistas, los murciélagos y animales que solían refugiarse dentro gracias a algunas de las ventanas rotas que se situaban en la parte alta de las paredes y un aroma a incienso característico le trajo algunos recuerdos.

Cuando el hombre lobo cerró la puerta de madera a sus espaldas los murciélagos en la pared revolotearon por encima de su cabeza, sin hacerles caso se dirigió a las escaleras, dejando un rastro con el ruido de sus zapatos y las marcas de lodo en ellos; pasando su mano en el barandal de metal tan frío como el abismo en busca de la habitación del vampiro, se adentró por los enormes y largos pasillos cubiertos del olor a sangre antigua la cual las flores amarillentas que habían invadido las paredes trataban de enterrar bajo sus hojas.

Encontró la puerta de madera labrada y una cerradura de oro puro a su derecha, las risillas infantiles se escuchaban desde dentro, un poco curioso tocó un par de veces y la voz masculina del otro se escuchó.

—Adelante, por favor —dijeron.

Cuando el joven de cabello negro abrió la puerta se alejo del susto al ver que una chiquilla rubia y tan blanca como la nieve se asomó frente a él de un salto; se reía y parecía tener un juguete en su mano, pero luego de analizarla bien, solo se trataba de una cría de murciélago que en sus ojos pedía a gritos que la niña lo soltara.

Intercambió miradas entre ella y el vampiro; este simplemente sonreía embelesado por lo tierna que le parecía su hija, pero al hombre lobo poca gracia le causaba. De hecho, tanta risa y alboroto lo sacaba de sus casillas.

—¡Hola! ¿Eres Dann, verdad? —averiguó la joven que daba brincos para tratar de alcanzarlo, porque vaya que era alto y ella quería ponerle al animal en el hombro.

—Sí —se limitó a responder el hombre lobo, alejándose de ella lo más que pudo.

—¡Rayos! —el vampiro se levantó de su asiento en el escritorio y se acercó a saludar a su viejo amigo, al cual hace mucho no veía.

Sus pasos largos, la espalda recta y el mentón elevado era parte de su esencia; un vampiro elegante y educado, cualquiera pensaría que se tratase de un príncipe de época.

—Pensé que estarías solo —comentó Dann, quien miraba a April con una cara seria y desagradable.

La chica jugaba incluso sobre la cama con el murciélago mientras el padre, vestido como si aún viviera en la época victoriana, no parecía querer corregir el comportamiento tan explosivo de su hija; era su consentida, por supuesto que no lo haría.

—Pensaste —corrigió el hombre rubio frente a él—, pero cuando le dije que vendría al castillo hizo berrinche. No lo sabes, pero un padre no se puede resistir al berrinche de su pequeña, además quería conocerte.

—Está bien —se limitó a decir Dann, quien como siempre; vestía con prendas oscuras, larga gabardina y botas en color marrón.

Ambos se dirigieron a la ventana en un lado de la enorme habitación, el vampiro se sirvió una taza de café y cuando le ofreció una a Dann, este la negó y en cambio sacó unos cigarrillos del bolsillo de su gabardina y comenzó a fumar. Este acto le molestó al vampiro, ya que siempre había cuidado cada ejemplo para su hija, así que cuando vio a su amigo encender el cigarrillo y escupir el humo dentro, le pidió a la chica salir de la habitación.

—En próximas ocasiones evita fumar dentro de la habitación —inquirió el vampiro, un tanto enfadado luego de azotar la puerta.

—No habrá otra ocasión.

—De acuerdo —el rubio dio un trago a su bebida con el meñique elevado—. ¿Qué harás? Porque veo la oscuridad sobre tus hombros. ¿Nervioso o desconfiado?

Dann apretó los labios cuando imaginó que el vampiro comenzaría a decir sus profecías o a regañarlo en el peor de los casos, pues a Dann no le gustaba saber su futuro por bueno o malo que fuera, y mucho menos tener a Ruls pisándole los talones y repitiéndole su deber como lo había hecho en tantos años.

—Luca parece tener un buen plan, y acompañado del mío dudo mucho que falle —comunicó Dann y soltó el humo hacia fuera por la ventana.

—No tengo la dicha de conocer a este tal Luca, ¿Qué hace? ¿A qué se dedica? —consultó el otro para luego mover su café con una cucharita.

—No te puedo decir, pero es confiable. Él debe reparar errores y yo tengo que cumplir una orden —Dann se apoyó en el marco de la ventana y soltó el aire, dejando ir una carga—, una promesa.

—Tal vez pueda serte de apoyo, ¿Dónde es que Luca se encuentra? —curioseó el vampiro, acomodando su rubio y ondulado cabello detrás de la oreja.

—Ruls, no lo intentes. Glumy es mío —contestó el más alto.

—¿Glumy? Jamás escuché de el, supongo que es algún pueblo. Debería averiguar un poco —pausó y luego soltó una risa nerviosa—. Quiero decir, para asegurarme de que su plan salga bien, no iré, ya sé lo territorial que eres, pero te conozco y conozco tu temperamento, cualquier cosa te hará sobresaltar… Y ya sabemos como te pones cuando te enojas. Solo por si necesitas mi ayuda.

El lobo agachó la mirada un poco cohibido ante la situación, Ruls seguía dudando de las capacidades de Dann para trabajar en equipo, y seguirá creyendo que porque habían pasado tantos años, él no podría hacerlo al final y el hombre lobo no podía permitir que un tercero se infiltrara o quisiera tomar las riendas del asunto en algo que fue ordenado para él solo.

El hombre lobo se inclinó un poco y le susurró en el oído lo más secreto que pudo.

—É un essere di luce¹

El rostro de Ruls se volvió pálido e inexpresivo por aquella sorpresa, dejó de mover la cuchara en su café y observó con ojos dilatados al muchacho de cabellos negros frente a él; estaba confundido y un tanto preocupado por la seguridad de su amigo, quien se veía demasiado confiado en ese tal Luca.

—¿Estás trabajando con un…

—Cállate —le interrumpió Dann, observando hacía el horizonte que se podía apreciar desde aquella ventana del castillo.

Era la primera vez que dos seres distintos se fusionaban para trabajar, la mente de Ruls no dejaba de imaginar todo el caos que eso podría ocasionar al mínimo enfrentamiento de ambos, y esa sorpresa aumentó más sus bajas expectativas.

—Entonces es muy seguro que no puedo ir, sabes que no me agradan ese tipo de personas —estaba indignado—. Y por lo tanto tampoco puedo ayudarte —culminó apoyándose sobre el marco de la ventana para beber lo último de su café.

No conocía bien el tipo de trato que Dann y Luca llevaban, pero era obvio que Ruls no podría soportar la cercanía con ese chico y fue solo por eso que Dann se logró liberar de la vigilancia del vampiro, aunque lo que no vio venir es a esa rubia adolescente que los espiaba desde el otro lado de la puerta.

—Oye Dann, ¿Qué hay en Glumy?

—Un enorme bosque, con hadas seguramente, un lago mágico, diversidad de plantas, gente cálida, hermosas casas, economía sostenible… Tal vez puedas ir, te encantará.

—¡Dann Muratori! —le regañó el vampiro—. ¡No le des ideas!

—¿Puedo ir, papá? Me parece un excelente lugar para seguir practicando, ¡Oh!, también podría capturar hadas, las de aquí ya han migrado y necesito amigos.

La voz chillona de April hizo a Ruls girar más rápido que un flash; con el rostro consternado ante tales palabras pensó que su hija estaba demente, y en cambio, Dann simplemente rodó los ojos y se dedicó a dar las últimas caladas a su cigarro, pues pensó que Ruls podría encargarse de la situación con su hija, aunque él ya había metido la pata.

—¿Hace cuánto estas allá escuchando? April, te he enseñado lo malo que es escuchar conversaciones ajenas, ¿No es así? —Ruls caminó hasta ella y dejó su taza de café en su escritorio.

—¡Lo sé, y lo siento! Solo no pude parar de imaginar lo grandioso que sería ir —un berrinche parecía comenzar de nuevo—. Y pensé que si tu no vas a poder ir, entonces yo podría hacerlo en tu lugar y así…

Las intenciones de la joven eran buenas, quería colaborar en algo que le calmaría las angustias a muchos, además de sumarle conocimientos, pero parecía que eso no lo había entendido su padre.

—¡No! ¡Para nada lo puedo permitir! —gritó Ruls entonces.

April dio un salto en su lugar al ver tan enojado a su padre, Dann pareció curioso y quería ser testigo de la discusión, así que se giró y observó con los ojos sonrientes.

—Lo que me supones es una locura, April.

—No estoy suponiendo. ¡Quiero ir! —April arregló su postura, estaba dispuesta a ganar la batalla hasta conseguir el consentimiento de su padre.

—Te recuerdo que eres un humano mortal, dejarte ir sería lo mismo que lanzarte al vacío, y yo eso no puedo permitirlo… tu madre me mataría.

—Aún soy un humano porque tú no haz querido convertirme en vampiro —le reprochó la joven.

Ruls tragó grueso y su semblante cambió al escuchar lo que escupía, cada que ella repetía eso a él se le arrugaba el corazón, y de las veces que le reclamaba nunca pudo responder a esas palabras, no podía decirle la verdad. Si su pequeña April tan solo supiera la realidad no lo lastimaría con esas palabras…

Ruls se acercó a ella y al tomar sus manos entre las suyas como siempre lo hacía, un destello le iluminó los ojos y las imágenes de un futuro cercano no se hicieron esperar, esto provocó que Ruls se soltara de un arrebato y se fuera de espaldas, pero de no ser por la cama que afortunadamente estaba detrás de él hubiese caído al piso.

Dann arrugó la frente y lo observó intranquilo, ya que él sabía lo que esas reacciones significaban. Iba a ayudarlo, pero se detuvo al ver que el vampiro estaba bien.

El aire pareció faltarle y sus ojos dilatados confirmaban su pesar.

—April. Es la única vez que volveré a decirlo. No es una súplica, sino una orden —él se incorporó y cuando pudo controlar su respiración que brevemente estuvo agitada, dijo—: No irás a ningún lado porque es peligroso para ti. Aquí tienes diversidad de plantas, hadas, un bosque, los libros de Victoria… Ahora, por favor ve al jardín y dale de comer a Mimi.

El padre apuntó hacia la puerta mientras que con su otra mano se arreglaba el traje que se arrugó al momento de caer sobre la cama; era perfeccionista.

April hizo un puchero de molestia y sin rechistar le dio las espalda a su padre, no sin antes observar detenidamente a Dann, para después retirarse y cerrar la puerta con un golpe estruendoso y así, el par de hombres se quedó platicando en la habitación de Ruls durante unas cuantas horas más.

Mientras tanto, April había hecho lo que su padre le dijo, cuando salió al patio trasero comenzó a recolectar insectos varios que encontró en su camino, sus manos incluso se llenaron de lodo cuando se arrodilló a buscar gusanos en los charcos que las recientes lluvias habían ocasionado.

Luna de Noviembre [Oscuros #1] [FINALIZADA]Where stories live. Discover now