32 | "Tristeza extrema"

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       Heather pasó junto a Ned y cerró con un portazo.

       —Eso fue fuerte.—admitió el hawaiano.

       Peter masajeó el puente de su nariz. Parecía que sólo cometía más y más errores.

       —Tal vez ella tenga razón y es más seguro que vayas sin levantar sospechas.—dijo Ned, dándole una palmada en el hombro.—Igualmente quedan tres horas hasta el amanecer. Deberías descansar.

       Peter lo pensó unos minutos. Aguantar tres horas no era mucho. Se quitó el traje negro y lo dejó al borde de su cama. Se puso un pijama cualquiera e intentó dormir, pero sus pensamientos repetían su pelea con Heather. Nada de eso hubiera sucedido si le hubiese contado la verdad desde el principio. Ahora se preguntaba, ¿por qué le había hecho caso a Fury? Él confiaba en Heather y si le decía que mantuviera el secreto, ella lo haría. Además, la quería. La quería demasiado. Pero hace unos minutos se habían dejado llevar por la rabia.

       Debía pedirle perdón.

       Heather cerró la puerta de su habitación silenciosamente para no despertar a Nico. Entró al baño, se puso el pijama y se acostó junto al chico. La cama era grande, así que no estaban pegados al otro, sin espacio para respirar.

       De repente, Nico alzó su cabeza y la observó con ojos entrecerrados por el sueño.

       —¿Feather?

      —Ajá. Vuelve a dormir.—no estaba de humor para hablar con nadie.

       —Me alegra que estés viva, Rosita Fresita.—susurró y, en segundos, se escucharon nuevamente sus ronquidos.

       Duerme, duerme, duerme, se repetía Heather, pero sabía que no podía dormir cuando ocurría algo tenso; se quedaba mirando el techo, recordando y pensando demasiado las cosas.

       Y eso sucedió.

       Las tres horas restantes de la noche estuvo viendo el techado de la elegante habitación. Silenciosas lágrimas manchaban sus mejillas. En momentos así, extrañaba a su mamá, abrazándola contra su pecho y susurrándole una cancioncilla.

       Cuando llegó a Queens, Peter la hizo sentir bienvenida. La acompañó a comprar sus libros, se sentaba con ella en los recreos, la invitó a su casa varias veces e hizo que conociera a Ned, quien se había vuelto un gran amigo para ella. ¿Por qué Peter parecía una nueva persona que sólo le mentía y la hacía sentir tan... pequeña y sin importancia? Bueno, habían sucedido demasiadas cosas esos ultimomeses. Como su secuestro.

       Recordar eso le daba escalofríos, así que regresó sus pensamientos al chico. Las situaciones difíciles hacen a las personas más unidas, pero ese no fue el caso con ella y Peter.

       ¿Por qué rayos no le hizo caso a su sentido intuitivo de que esas vacaciones no serían seguras?

       Sólo durmió unos treinta minutos cuando Nico la sacudió.

       —Levántate, bella durmiente. El señor Harrington nos dio media hora para desayunar.

       Heather se estiró, viendo relajada la ciudad de Praga por su ventana hasta que recordó la noche anterior. Agarró una bata del baño, poniéndosela sobre el pijama y corrió a la habitación de Peter.

       —¡Woah!

       El chico, quien sólo llevaba ropa interior, se tapó rápidamente. Heather sonrió; Peter había escogido su plan de ir juntos. Cerró la puerta y regresó a su habitación. Si lograba bañarse en diez minutos, tal vez podría prepararse unas tostadas para el camino.

After Game • Peter Parker ✓Where stories live. Discover now