• XXIV •

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Mi respiración agitada había tardado en recuperarse en una tranquila cuando JungKook paró sus movimientos después de correrse. Mi frente transpiraba y mis músculos se sentían débiles, no obstante, apenas se había separado de mí, recuperé un poco las fuerzas en cuanto pude y me levante de mi lugar para poder caminar a donde principalmente había querido tomar rumbo.

Jeon y yo lo habíamos hecho después de que desperté al menos unas 9 veces más, y ahora que eran las 8:42pm, sentía que mi cuerpo había sido sometido a una rutina excesiva de entrenamiento sin descanso, aunque la cosa no era tan diferente. Mis piernas se sentían tan débiles que habían estado temblorosas después de la segunda ronda, y es que JungKook no parecía ser la persona más gentil cuando se trataba de sexo, aunque quería creer podía ser solo por su celo.

Una vez dentro del cuarto de baño y con la tina llenándose, puse sentir el cuerpo de JungKook abrazarse a mi espalda y dejar pequeños besos finos en mi hombro y cuello, el cual se sentía adolorido gracias a las mordidas que dejaba sin cuidado. Y es que su lado suave, cariñoso y cuidadoso salía justo después de terminar de enterrármela tan duro mientras apresaba mi cuello con un cuidado no del mejor servicio, como algún tipo de disculpa, podía sentirlo en sus ojos suaves y brillantes, con esas sonrisa tierna y débil.

Había querido tomar un baño antes de comenzar con otra partida nueva de brutal sexo, pero había caído en sus carisias antes de siquiera acercarme al baño.

La sala, el comedor después de comer y la barra incluso habían sufrido de nosotros después de que Jeon solo me dedicara esa maldita mirada que hacía que mis piernas flaquearan y mi entrepierna se humedeciera inmediato.

—Lo siento, esta vez sí habrá ducha.— su suave voz roncó en mi oído en forma de disculpa, mientras acariciaba mis brazos intentando darme un poco de calor dentro del frío baño.

—Te lo agradecería demasiado.— me reí nasalmente en un asentimiento para después poder meterme a la gran tina una vez el agua estuvo lista.

JungKook entró conmigo una vez hizo una seña para hacerle un campo, y cuando se sentó detrás de mí, rodeándome con sus piernas y brazos entonces dejé descansar mi cabeza en uno de sus hombros. Estaba tan acabada que sentía que podía dormir ahí en ese mismo instante.

—Y-yo Min me dio una bolsa antes de venir aquí, la de la farmacia.— informó desde atrás, rodeándome por sobre los hombros y acariciándolos con sus pulgares en forma de circulo. —Compró la pastilla para ti.— sonaba nerviosamente avergonzado, pero también podía notar muy apenas en su voz que no le agradaba algo.

Moví mi cara un poco para poder mirarle con el rabillo del ojo. Sus ojos se encontraron con los míos, su expresión parecía seria por un momento, pero sus labios fruncidos se movieron en una pequeña sonrisa culpable al igual que sus cejas curveadas.

Me reí ante su expresión y pude sentir que se relajó cuando sus músculos parecieron dejar de tensarse a mi alrededor.

—Está bien, gracias. La tomaré después.— asentí, fijando mi vista nuevamente al frente, sintiendo el silencio tranquilizador abrumarme de una forma agradable con el paño del agua caliente.

Ninguno dijo nada más. Tampoco hacía falta.

El pequeño jabón de paquete que estaba en una esquina fue utilizado para poder lavar mis brazos cuando los de Jeon se dejaron caer a los costados en peso muerto, liberándome de su agarré. Enjaboné mis piernas de igual manera y mojé mi cabello, finalizando mi pequeño y breve aseo personal para volver a recostarme contra el caliente pecho de Jeon, y sus brazos volvieron en una acción por inercia a envolverme por sobre los hombros, manteniendo el calor que se había generado.

• LOBO NEGRO • 》Jeon JungKook y Tú《 *EN EDICIÓNWo Geschichten leben. Entdecke jetzt