• XVII •

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El aire pesado que dejé salir desde mi garganta apenas me tranquilizó un poco. Mis nervios aún seguían impacientes, sin embargo, el baño por el momento era mi lugar de paz. Mis manos picaban y hormigueaban, las sentí pegajosas y quité el sudor de estas con mi blusa y pantalón. Mi corazón se volvía loco debajo de mi pecho últimamente, justo como ahora, y si no lo calmaba estaría segura que podría darme un ataque al corazón o alguna mierda de esas.

Cerré mis ojos y me acerqué a regular agua tibia para el baño en la tina que tendría. Lo merecía.

JungKook me está volviendo loca.

Asentí ante mi repentino pensamiento y comencé a despojarme de mi ropa y poder meterme al agua una vez la tina se llenó con el agua necesaria.

Habían pasado 5 días desde que habíamos llegado aquí. Entre todos nos dimos a la tarea de que el área fuera segura tanto como para ambos híbridos, como para los que éramos simples humanos.

YoonGi y JungKook había corrido en sus formas animales detrás del bosque que había tras la casa, seguros de tener privacidad en su otra piel, ya que la casa más cercana estaba al menos a 250 metros – siendo ésta casa una de varias a las afueras –, y entre muchos árboles, era difícil mirar.

NamJoon, SeokJin y yo nos habíamos acomodado para salir por víveres y productos personales, y marcar mentalmente algún lugar necesario como alguna farmacia o ferretería. Entre los tres habíamos conseguido alquilar un auto todo un mes por si las dudas, que aunque sabíamos que teníamos que regresar, conversamos que llamaríamos a nuestros trabajos para aplazar la estadía, mirando como un riesgo regresarnos después de una semana. Solo llegaríamos en el momento donde más estuvieran desesperados por encontrarnos.

En estos días se habían arreglado demasiadas cosas, tanto en la casa, como personales. NamJoon y yo habíamos hablado sobre el pasado, SeokJin se unió después; sanando heridas o al menos ayudando a curarlas en su mayoría. Si bien aún era un poco extraño, de un 90% había disminuido a un 20%.

Otra cosa que también habíamos intentado arreglar, fue la podadora que Nam descompuso y la aspiradora automática para la piscina. Misión fallida.
No perdía su toque.

Me removí en el agua, metiendo mi cabeza por completo a ésta para poder mojar bien mi cabello, y después colocarme un poco de shampoo y masajear mi cuero cabelludo.

Estaba más tranquila. Me gustaba este sitio. Se había convertido en mi lugar de relajación, sabiendo que era el único lugar donde podía esquivar a JungKook.

Había estado raro últimamente, y no sabía si la razón era porque aparentemente "su luna" estaba cercas.

La mañana siguiente de llegar, había escuchado a YoonGi preguntarle a JungKook sobre si su luna estaba cercas, y a juzgar por la cara de disgusto de JungKook, no era bueno, aunque había afirmado con su cabeza.

A JungKook no parecía importarle en las noches dormir tan pegado a mí, tan íntimamente como la primera noche que llegamos, y tampoco parecía molestarle amanecer con la entrepierna más feliz del mundo palpitando contra mi trasero y pasar el día como si nada hubiera sucedido.

Si bien ya había dormido con él anteriormente, siempre hubo una línea entre ambos, menos intima por así decirlo, sin mencionar el día que estaba totalmente ebria; y aún así esa noche JungKook mantuvo una línea conmigo.
Al llegar aquí había deseado intensamente poder dormir sola, añorando un poco mi privacidad, ya que está se había acabado el día que JungKook regresó de su semana perdida cuando nos conocimos. Sin embargo, YoonGi se había encerrado solo y por obvias razones JungKook durmió conmigo, al existir solo 3 habitaciones.

• LOBO NEGRO • 》Jeon JungKook y Tú《 *EN EDICIÓNWhere stories live. Discover now