• XV •

8.7K 657 147
                                    

Sentí las manos de JungKook moviéndome de un lado a otro en un pequeño zarandeo totalmente molesto, y si no dejaba de hacer eso lo iba a golpear duro en la cara por perturbar mi sueño.
Me dí cuenta entonces que mis brazos se encontraban alrededor del sujeto perturbador de sueños.

Lo empujé fuera de mí al otro lado de mi cama, provocando que cayera de bruces contra el suelo, y el dolor inmenso de mi cabeza apareció como si alguien me hubiera golpeado con un sartén. Me quejé en voz baja llevando mis manos a mi cabeza intentando que el dolor bajara, pero evidentemente eso no iba a suceder.

—Eso le dolió mucho a mi trasero y mi corazón, ¿que rayos te pasa?— habló levantándose del suelo y sentándose a un lado de mí mientras se inclinaba para mirar mi rostro.

—Mi cabeza duele demasiado, no hables tan fuerte.— lo fulmine con la mirada para que bajara su voz y pareció entender.

Se levantó de su lugar saliendo de la habitación mientras yo me tumbaba tapando mi rostro con la almohada más cercana que tuviera. El sol era demasiado molesto y calaba en mis ojos horrible.

¿El sol?

Me senté tan rápido que eso me mareó un poco y el dolor se intensificó, pero no estaba para preocuparme por mi cabeza y el dolor que me mataba. Seguro me descontarían lo tarde que era y yo aún no llegaba al trabajo.

Busqué dentro de mi pánico mi celular, y una vez lo encontré entre las almohadas corroboré que en efecto, era demasiado tarde. Tan tarde que de seguro mi jefe ya estaba terminando de recortar mi nómina, y apenas había acabado la quincena pasada.

10:35am

Solté un quejido de frustración mientras revolvía mi cabello para nada con cuidado y abracé mis rodillas pensando porque rayos no escuché mi alarma. Iba a comenzar a levantarme de mi lugar cuando la voz de mi compañero me hizo voltear a verlo, dirigiéndose a mí con un vaso de agua y lo que parecía en su otra mano una pastilla.

—No te preocupes por tu trabajo ahora, y espero que no te molestes conmigo, pero llamó tu jefe alrededor de las 8, pero le dije que no ibas a poder presentarte ahora porque había surgido un accidente.— mis ojos parpadearon, intentando procesar toda la información nueva. —Te dió 3 días de descanso porque dijo que nunca faltabas a no ser que fuera algo muy importante, y te dió una semana de trabajo desde casa.— explicó, sentándose delante de mí, pero sin mirarme a la cara.

Instantáneamente solté el aire que estaba reteniendo sin saber que lo hacía, totalmente aliviada de la nueva noticia que me había proporcionado JungKook, sin embargo, mi cerebro seguía procesando todo, porque al parecer se averió con unas cuantas cervezas.

—E-está bien, gracias.— agradecí, sin saber si era bueno o no, pero igualmente agradecida. —¿Tienes rato despierto?—

Tomé la pastilla entonces, más tranquila y con cuidado de no ahogarme en el proceso, porque si algo sabía hacer mejor que nada, era atragantarme con las pastillas y mi propia saliva.

—Ah, sí, pero no quería despertarte.— se encogió de hombros, mirándome por primera vez a la cara un microsegundo para volver su mirada a otra parte. —Pero no llevaba mucho, tal vez 30 minutos. Volví a dormir después de la llamada con tu jefe.— se encogió de hombros, recargándose de costado en la cama con su codo.

JungKook se miraba serio, e incluso me atrevería a decir que apenado.

Me golpeé mentalmente, sabiendo que yo en estado de ebriedad daba pena.
Ni siquiera supe que decir, entonces solo me volví a echar a la cama sin dejar de mirar a JungKook.

—Cuéntame todas las estupideces que dije e hice ayer.— pedí despacio, casi inaudible.

Volteó a verme unos segundos y se acercó para tumbarse a mi lado, boca arriba al igual que yo.

• LOBO NEGRO • 》Jeon JungKook y Tú《 *EN EDICIÓNWhere stories live. Discover now