• III •

14K 1K 164
                                    

Como habíamos acordado Taehyung y yo, llegué a su casa después del trabajo. Eran las 7:28 pm para cuando apagué el motor el auto y me dispuse a bajar del auto. No quería llegar a casa aún. Quiero comer algo y que la presencia linda de SangJun me relaje un poco, para después hacer lo que tengamos que hacer.

Toqué la puerta de la casa y cuando menos lo esperé, SangJun ya estaba abrazando mis piernas soltando algunas palabras.

Enserio TaeHyung tiene que tener cuidado de a quién le abra la puerta este niño.

—¡Hey, hola!— me agaché hasta abrazarlo y en seguida me tomó por sobre los hombros, levantandome con él en brazos.

—¡Noona, llegaste!— habló tiernamiente restregando su mejilla a la mía. Pasé cerrando la puerta detrás de mí y bajé a mi pequeño cielo quedando de su estatura.

—¿Y tu descuidado padre?— curiosee, a lo que él solo apuntó a la sala, desde donde nos miraba TaeHyung con mala cara. —No me mires así. No está bien que SangJun abra la puerta de esa manera. ¿Qué tal si no era yo?— me levanté de mi lugar caminando hacia él.

TaeHyung ahora vestía de lo más normal, a comparación de en las mañanas. Unos jeans oscuros con una sudadera holgada y unos converse negros, su cabello ya no estaba bien peinado, ahora solo estaba esparcido sobre su frente, mirándose mas jóven. Soltó un suspiro y caminó en dirección al marco de su cocina para entrar a esta, siendo seguido por mí. Esta era mi oportunidad de robar algo de su comida, ya que él sí tenía comida buena y no chatarra como la mía.

—Sabía que eras tú. Eres la única que toca la puerta más de cinco veces de esa forma rápida sin paciencia.— se burló él esta vez y me aventó un paquete de galletas.

Al parecer no había comida hecha ni para él. Eso solo significaba que Sara, la niñera, pudo renunciar ántes de que eso pasara.

Entonces noté la pared que sostenía el mesón de la cocina, y las puertas de los gabinetes de piso, junto con la puerta del refrigerador. Estában rallados chistosamente por unos muñequitos, con un sol y un jardín, algunos animles exóticos y rallones de punta a punta de la pared con lo que parecían plumones indelebles, por el intento de quitar los rallones.

Mis ojos se abrieron levemente más de lo que normalmente son y entonces TaeHyung pareció entender mi rostro.

—Demonios, ¿que rayos hacía la niñera mientras SangJun hacía todo esto?— me acerqué, agachandome para mirar los dibujos sobre el refrigerador con detalle, en los cuales adornaban lo que parecia ser personas.

—Quisiera saber lo mismo.— volteé a verlo, sobaba su cara con toda la mano y después se pasó esta por el cabello para recordarse respirar mejor.

—¿Te gustan, Noona? Esta eres tú,— apuntó a lo que parecía una mujer con cabello largo, cuerpo rosa y un vestido azul. —este es mi papi,— apuntó a un hombre naranja con lo que parecía un traje negro y su maletín. —este soy yo,— apuntó al dubujo más pequeño de color amarillo. —este es tío Channie,— creo que era un posible ChanYeol, es un amigo de TaeHyung y era muy alto de cuerpo morado con su bata de doctor y al final apuntó a lo que parecía ser su mascota. —y este es YeonTan.— sonrió orgulloso juntando sus manitas, causandome ternura.

Lo jalé a mis brazos y besé su cara repetidas veces hasta hacerlo reír y terminar abrazándome. Este niño no podría hacer enojar a TaeHyung de verdad después del hermoso dibujo que había creado de su familia.

—Pero si tú dibujas hermoso, mi niño.— Le regalé mas besitos en su cara y después me alejé de él para tomar mi bolso buscando las gomitas que había conseguido para él antes de llegar aquí.

• LOBO NEGRO • 》Jeon JungKook y Tú《 *EN EDICIÓNWhere stories live. Discover now