¡Boom!

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"El hombre no es lo que piensa que es, es lo que oculta." 

- André Malraux



Ir y venir, arriba, abajo, de un lado al otro. Básicamente todas las mujeres en la bodega donde nos habíamos "atrincherado" tenían algo que hacer excepto yo, estaba comenzando a desesperarme.

Teníamos dos días en la misma situación y hasta el momento no teníamos ninguna señal de Celestia o de su gente, Ignacio había enviado a algunas personas de su confianza que nos ayudaban a mantener a todo el mundo fuera a pesar de lo que Mauricio y Mónica decían.

Como Poché había predijo Mónica no quería que esto saliera a la luz así que ningún noticiero estaba hablando de lo que pasaba. No sabía que me angustiaba más, que nadie se preocupara por lo que ocurría o que fuera a actuar en contra de nosotros.

—hola —vino Rarity a saludarme mientras me encontraba haciendo garabatos en una hoja de papel

—Rarity, hola —saludé confundida— ¿pasa algo?

—nada, solo hablé con mi abuela y venía a agradecerte —comentó sonriendo, aunque yo no entendí muy bien.

—¿Qué cosa? —dije girándome en la silla para quedar frente a ella.

—por lo que tu mamá hizo por ella, me conto que le dieron trabajo en uno de los clubs de Golf de tu familia y que le están ayudando con la escuela de mi niño —explicó.

Yo le había comentado a mi mamá la situación y ella había dicho que vería lo que podría hacer, aunque ya jamás pregunté que había pasado con ese asunto.

—descuida, yo no hice nada fue mi madre —dije a Rarity.

—como sea, gracias por intervenir —dijo sentándose a mi lado— jamás imagine esto, ahora mi vieja tenga un trabajo donde le pagan realmente bien, seguro médico y esas vainas. Incluso tu abuela ofreció inscribir a mi niño en una de las becas que ofrece una de las fundaciones de tu familia.

—¿de verdad? Eso no lo sabía —admití— bueno a diferencia de German mi mamá y mi abuela si tienen algo de empatía.

—antes tenía que estar con Celestia para poder ayudar a mi hijo allá afuera —comenzó a hablar— ahora creo que puede incluso haber una posibilidad de mi libertad.

—¿de verdad? Eso es increíble —dije emocionada.

—es muy pequeña, pero Mauricio dice que es posible, estoy aquí por robo y homicidio culposo —explicó— mi proceso como el de muchas aquí fue una mierda, aparentemente la mayoría de nuestros casos estaban frenados por Celestia, Mauricio no hacía nada por ayudarnos y ahora sin ella tengo una posibilidad mucho más real.

—¿estar haciendo esto no afecta en ese proceso? —pregunté haciendo referencia al "motín"

—a nadie le conviene que esto se sepa y en realidad no es un motín es más como una misión en contra de Celestia —explicó sonriendo mientras sacaba un teléfono Celular y me mostraba la fotografía de un niño pequeño— mira él es Santi.

—es hermoso —dije al ver la cara del pequeño sonriente— ¿puedo preguntar exactamente porque estás aquí?

—no es una historia interesante la verdad —sonrió con tristeza— no tenía trabajo, mi hijo y mi abuela tenían hambre, entre a un lugar tomé algunas cosas salí corriendo y robé una motocicleta que no era mía, escapé del lugar y cuando creí que estaba segura quise dejar la motocicleta en un estacionamiento para que el dueño la encontrara; al hacerlo un grupo de malparidos ebrios se estrellaron contra un árbol justo al lado de mí, la moto cayó sobre mi pierna por lo que no pude correr y al llegar la policía me inculparon. En el accidente murió uno de los tipos y dos resultaron heridos, me procesaron por robo y por homicidio culposo; dijeron que yo había sido la responsable del choque, el resto pues es historia.

TU CONDENA, MI DELITOWhere stories live. Discover now