41. Problemas | 1 parte

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•41•

Tahira Farûq.

Dos horas para la boda.

Es bonito cuando la historia cambia, o cuando la historia toma su rumbo verdadero sea para bien o sea para mal, siempre es mejor no pasarse de los límites de lo correcto. Ibrahîm, tomo la mejor opción, el estar atado a una vida que tu no quieres, siempre termina mal o termina en desastre total, o en peores casos puede terminar hasta en homicidio.

No le deseo eso a Ibrahîm, él para mí es más que mi hermano, es mi mejor amigo, mi confidente, mi dúo dinámico —sonrió —. Me duele que se haya ido, después de todo no se cuando lo vuelva a ver o si lo volveré a ver. Cuando la noticia se propague de que el hijo del Jeque, magnate de Emiratos, se fugó. No habrá bomba que se compare a la furia de mi padre, será un caos total.

Para él, el futuro de la familia es lo más importante y eso incluye todo su dinero. Nunca antes había sido diferente hasta ahora que Ibrahîm decidió seguir su sueño.

Ahora me encuentro en camino hacia el salón en el cual se dará a cabo la boda, decidí seguir fingiendo que Ibrahîm llegará y que todo será como color de rosas. No quiero que mi padre se de cuenta que le ayude a Ibrahîm a escapar, es capaz me ahorca ahí mismo.

Ting Ting Ting Ting.

Escucho mi celular sonar, lo sostengo en mis manos y quedo viendo el número y sonrió.

—¿Sí? —contestó.

—Amiga, ¿cómo estás? —la voz de Rebecca se escucha exaltada.

—¿Como crees tú? —digo fingiendo nervios, bueno tengo nervios pero por todo lo que se viene.

—Ya me lo imagino, ha de ser tenebroso estar metiéndose en todo esto de la celebración.

—Créeme que sí... Y tu ¿como te sientes?

—Se nos casa Ibrahîm, como crees que me siento, después de todo es mi amigo.

—¡Si! —contesto sin saber que más decir.

—¿Sucede algo Tahira? —pregunta de la nada y yo solo abro los ojos.

—No... ¿por qué la pregunta?

—No se, pensé que estarías más emocionada.

—No es nada, solo me siento un poco agotada por pensar mucho en todo esto —le miento ya que yo no participe en nada respecto a la boda sinceramente es lo que menos me preocupa.

—Primera ves que escucho que alguien se cansa por pensar mucho —sonríe —. ¿Sabes que puedes confiar en mi? —dice.

—Claro que lo sé —digo —. Te dejo por que ya voy a llegar —digo colgando rápido, ya que no quiero que note mi nerviosismo.

La verdad es que falta para llegar pero no quiero que por los momentos nadie se de cuenta de donde Ibrahîm se encuentra y si seguía hablando con ella terminaría diciéndole todo. Se que puedo confiar en ella, se que no me fallaría pero lo mejor ahora, es dejarlo tal y como esta, después de todo hoy mismo se da cuenta de lo que está pasando.

Me quedo pensando en la suerte de mi hermano, talvez no vaya a tener las riquezas que tenía como heredero de la fortuna Farûq, pero por lo menos vivirá una vida feliz, con alguien que lo ama, con alguien que le ayuda hacer mejor persona. Espero y algún día encuentre a alguien parecido.

—Señorita Farûq, ya llegamos —el conductor interrumpe mis pensamientos.

Quedo viendo el lugar y solo se puede ver cámaras por todos lados, hay mucha gente, a mi padre le va a dar un infarto, mejor salgo sobria fingiendo que todo esta bien.

El Hijo del Jeque ✔ Where stories live. Discover now