35. Despedida

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•35•

Sophia Pavanelli.

Mis ojos se abren lentamente por la claridad de la luna, siento mucho dolor en mi cuerpo y solo el ver la habitación en la que me encuentro, me da tristeza.

Salir de la mansión de esa manera tan inesperada y confusa, hizo que mis males despertarán a gran velocidad. El recordar la despedida con los chicos me provoca nostalgia, se que no será para siempre, pero la verdad es que con ellos me sentía completa y podría decir que hasta realizada. Lo que más me dolió fue despedirme de Ibrahîm, no se que haré sin él a mi lado abrazandome fuerte, tocándome cuando lo necesite y basándome cuando me tenía cerca, ¿no se que haré?

Él dijo que no era para siempre, que solo tenía que arreglar unos asuntos nada agradables y que el motivo de mi viaje era por que supuestamente habrían grandes problemas en la mansión y que mejor tenía que salir para no verme perjudicada.

No se ustedes pero creo que mejor excusa se pudo aver encontrar. Sinceramente no le creo nada.

Es casi obvio que el motivo por el cual voy a viajar a Milán, es por que solo le causaría problemas con su padre y la verdad es que es preferible que mejor salga a tener una charla con el jefe.

Pero siento que aquí hay más de la historia de lo cual Ibrahîm no quiere que yo sepa. ¿Por qué? No lo sé, pero de que me entero de lo que está pasando, me entero. Así soy yo, decidida con lo que de verdad me importa.

Ahorita me encuentro en uno de los hoteles más caros de Dubái, el Jumeirah Beach Hotel ya que mañana regreso a Milan, no me quejo de absolutamente nada por que despues de todo soy muy bien atendida y me encuentro en una de las habitaciones más hermosos que existe pero aunque esto sea como un sueño, no me siento del todo bien al contrario solo pienso en Ibrahîm y en su cuerpo, su rostro lo amable y generoso que es conmigo, bueno hay veces que pensaba que solo estaba soñando y que en cualquier momento despertaría, hasta me peñiscaba para comprobarlo algo de lo que me quejaba después. Y solo terminaba riendo por lo torpe que era y regañandome a mi misma, por que creo que yo si me merezco todo lo que me estaba pasando y que no me tengo que menospreciar a mi misma.

Río y vuelvo a cerrar los ojos.

6 horas antes.

—¿Tienes todo listo? —pregunta Ibrahîm.

Lo quedo viendo y asiento, no me quiero ir de la mansión, no quiero pensar que todo lo que he logrado lo pueda perder en un abrir y cerrar de ojos.

—Solo será por poco tiempo —dice y yo solo no dejo de pensar en que podría ser el final —. Hoy te hospedaras en un hotel y mañana mi chófer te llevara al aeropuerto.

Quisiera decirle que no me quiero ir, que quiero estar con él no importa el problema que se presente.

—Esta bien —finjo una pequeña sonrisa.

—Sophia, quiero que confíes en mí, en que esto es lo mejor... lo que se aproxima pueda que te perjudique y lo que menos quiero es que eso suceda —me ve a los ojos y solo noto como una clara capa de agua cubren sus ojos —. ¡Tu eres todo para mí Sophia!.

Yo lo veo y siento que el corazón se me estruja y me hace pedazos. Lo abrazo fuerte, rodeandolo con mis brazos. Sintiendo como él se aferra a mí.

—¡Te quiero Ibrahîm! —la primer lágrima sale —. ¡Y no quiero que esto acabe!.

—No te preocupes, nada me alejará de ti —dice, sin dejarlo de abrazar.

Me limpio las lágrimas y sonrió por que lo que menos quiero es decaer, esto es solo un tropiezo del cual nos libraremos pronto.

El Hijo del Jeque ✔ Where stories live. Discover now