40. La Carta

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Semanas Después.

El día está más que brilloso, el coro de los pájaros suena por toda la casa, personas corren por todos lados la sensación de estrés se siente casi palpable en el aire. La felicidad de los demás la puedo hasta sentir pero claro el hijo del Jeque se ba a casar ¡por fin!

Y aunque lo intento no puedo sentir la sensación de alegría de los demás.

—¿Estas emocionado?

Quedo viendo a Tahira, la cual se convirtió en la dama de honor de Zahida pues claro es mi hermana y adivinen Zafir es mi testigo. Las familias se unen ¡Hurra!

Siento que esto es mi tormento, hecho realidad.

—No se.

—Ibrahîm ¿que te he dicho?

—No te preocupes que ya lo estoy superando.

Me queda viendo y se sienta a mi lado —. Te acuerdas de cuando los dos nos sentábamos a observar al maestro de piano tocar y tu como siempre quedabas fijo viéndolo y yo siempre de ovejita negra tratando de saltarme las clases.

La volteo a ver y sonrió —. Mi padre te regañaba por eso y yo como siempre te defendía y terminaba castigado.

Tahira ríe y yo también.

—Por eso eres mi hermano preferido —comenta y yo alzo la ceja.

—¿Acaso existe otro? —digo.

—Por eso eres mi preferido —dice y yo abro la boca fingiendo asombro.

—Mentira, aunque existieran miles, tu siempre serías mi preferido.

La veo y sonrió y en eso nos ponemos sentimentales y nos abrazamos como hermanos que se quieren.

Ella se levanta y me da la mano, la quedo viendo raro —. Vamos, quiero enseñarte algo.

—¿El que?

Voltea los ojos —. ¡Es sorpresa Ibrahîm!

Le tomo la mano y caminamos, en eso puedo sentir la casa completamente vacía —. ¿Y la gente? -preguntó.

—Todos se retiraron, es tu boda Ibrahîm así que mi padre les dio el día a todos, excepto a los que servirán en la fiesta.

—Claro.

En eso llegamos al cuarto de Tahira y yo quedo extrañado, nos adentramos y me dice que me siente en la cama mientras ella camina al ropero. En eso veo que agarra una caja y la trae a mi.

Me la da en las manos y yo quedo como ¿que?

—Abrelo.

Comienzo abrirlo y me fijo que hay muchas fotos y en eso un pulso me comienza a atacar y miles de pensamientos se reviven en mi mente.

—Pensé que te gustaría verlas.

Enfrente mío se encuentran fotos de mi madre conmigo de pequeño y unas donde ya estoy adulto junto a ella, siento que mis ojos comienzan a empaparse y mi voz a quebrarse.

—Ibrahîm tu madre me dio esto, ella sabía que su tiempo en este mundo se estaba acabando, así que hizo esto para ti, para cuando fuese tu boda poder dártelo.

Me entrega un sobre sellada.

Las lágrimas comienzan a bajar por mis mejillas.

—Te voy a dejar solo para que te sientas más cómodo —dice Tahira.

El Hijo del Jeque ✔ Where stories live. Discover now