Pequeñas bendiciones

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-Chucha, luego de escuchar todos los recuerdos de Alemania con su padre..., me emocioné...—Dijo Chile.

-Ayy wey, ¡nuestro padre tiene un montón de recuerdos con nosotros!-Gritó México.

-Ohh Spain ("Ohh España"), me imagino que con un montón de hijos en tu poder, debes de tener muchos recuerdos...-Dijo UK, mirando al español.

-Si chaval, tengo un montón...-Dijo España con una leve sonrisa.

-But ("Pero"), con 21 hijos..., ¿pudiste ser un padre presente con todos?-Preguntó USA.

-¿Pero de que hablas gilipollas?, claro que si, estuve presente en cada una de sus travesuras...-Dijo España, un poco disgustado con el comentario de USA.

-Entonces..., ¡cuéntate algún recuerdo!, ¡cómo yo lo hice!-Propuso Alemania muy alegre.

-Bien..., os contaré..., ahora lo primero que se me viene a la cabeza fue el día en la que todos aparecieron..., no me esperaba 21 críos...-Recordó el Español.

-¡Pero aquí están weeey!, ¡mira que lindos que somos carnal!-Dijo Mexico mientras abrazaba a Argentina y Chile.

-Si, pero mejor empecemos con el relato...

(COMIENZO DEL RECUERDO)

España, antes de que sus hijos vinieran al mundo, era un hombre muy ocupado.

Pasaba la mayor parte de su tiempo viajando de un lado a otro y esto causaba que no estuviera mucho tiempo en su casa.

El español siempre deseó una descendencia, al igual que Third Reich, Imperio Japonés, entre otros. Pero siempre se recalcaba en que no iba a estar mucho tiempo con ellos, debido a su trabajo.

Un día, España se tomó una semana de descanso, sin agobios ni trabajos.

Se encontraba tranquilo en su hogar, preparando algo de comer hasta que un ruido peculiar se escucha dentro de la casa.

El hogar del español era chiquita, así que los ruidos se escuchaban fácilmente. Él pudo notar que todo provenía de..., su habitación, así que decidió ir a fijarse.

Cada vez que el tricolor español se iba acercando, se empezaban a escuchar cada vez más..., ¿llantos?.

Entró con mucha precaución y, allí adentro, observó una gran manta que se movía. Al abrirla, se encontró con una gran sorpresa, unos bebés hermosos y recién nacidos que querían que alguien los alzara.

España quedó en shock. Observó que había muchos bebés y, al contarlos, eran 21,  cada uno de diferentes colores.

El primero en alzar fue a un bebé tricolor, igual al español, pero esta vez con 2 rayas celestes, una blanca y un sol en el medio de su nariz:

-Ayy tío, me parece que tu serás el rebelde, mira cómo te mueves, no te quedáis quieto un segundo. Ok ok ok..., ya calma bebé..., shh shh shh, no llores que papi España está aquí...-Meceaba el español al bebé, en un intento de calmarlo.

El bebé logró calmarse, pero faltaban los otros 20:

-Mi gran pregunta es, ¿cómo haré para llevarlos a todos a un lugar de mi casa?, mis brazos solo pueden llevar a dos críos...-Pensó España.

Luego de tanto pensar, se le ocurrió una idea. Con la misma manta, envolvió a todos los bebés y, con un poco de dificultad, alzó la manta para llevarla a la cocina.

España no tenia nada para los bebés, debía ir a comprar todo lo antes posible, pero..., ¿quien cuidaría de ellos hasta que vuelva?

Españita, un padre ejemplar Where stories live. Discover now