Capítulo 70.5

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Lunes 5 de mayo.

Oscuridad.

¡Corre! ¡Escóndete! — Una voz gritaba muy cerca de su oído.

Lorito, lorito chiquitito... —El animal parecía estar muy cerca de la voz de ese hombre.

Con sus manos intentó tapar sus orejas, pero sentía sus muñecas demasiado pesadas para levantarlas.

Su cuerpo se sentía débil, el ruido del metal la estaba enloqueciendo y lo sabía. Un rostro oscurecido aparecía en su mente cada vez que pestañeaba, pero no lograba darle forma.

Intento levantarse y mantener el equilibrio nuevamente, pero sus piernas sucumbieron haciendo que cayera otra vez. Unos brazos fuertes la sostuvieron al caer.

—Es inútil Carol, para por favor. —Una voz rota suplico, por la oscuridad y por lo quebrada que estaba dicha voz, no pudo distinguir quien lo había dicho.

Igualmente, cada uno de los chicos llevaba pidiendo lo mismo desde hace mucho rato. Ninguno sabía cuánto tiempo llevaban en ese pequeño compartimiento de metal, sabían que ya era de noche por como la luz que entraba por la pequeña raja entre las puertas dejaba entrar, había cambiado de amarillo a blanco hace quizá varias horas ya.

Los cuatro se abrazaron fuerte cuando el camión volvió a sacudirse, el ruido del gran transporte siendo sacudido era acompañado del grito de Carol, cada vez más alto y agudo, como si su garganta estuviera a punto de rasgarse en cada uno.

Andy se encargaba de retener sus manos cuando ella intentaba en vano quitarse lo que las envolvía, los tres sabían que no tenía nada en ellas, pero la desesperación con que lo intentaba era tanta que entre los tres debían mantener su cuerpo quieto durante unos segundos hasta que el ataque pasara.

Los sollozos de Logan eran tan suaves que apenas se escuchaban. En donde estaban, a donde iban, nada sabían.

En la mente de Andrew no dejaba de pasar el rostro de Derek, la angustia y desesperación que transmitía cuando los vio siendo arrojados al transporte en el que ahora se encontraban. El grito que su mejor amigo había soltado, completamente ignorado. ¿Él estaría bien?

Otra sacudida lo hizo dejar de pensar en Derek y volver a aferrarse al pequeño cuerpo de Carol encima de él. Su mente partida en distintos pensamientos y su corazón intentando descifrar los sentimientos. Pues lo único que quería hacer ahora era tirarla a ella del camión y siguiera a su suerte, en su mente todo esto era culpa de ella. ¿Por qué? No lo sabía, tampoco era algo que quisiera averiguar.

Solo quería que todo terminara de una vez, que al volver a abrir los ojos estuviera en su cuarto, en su cama, John corriendo en la cocina y Logan guardando un libro nuevo en su mochila. Regresar a antes que a su padre se le ocurriera querer adoptar una niña, regresar a antes que se le ocurriera que sería buena idea que tuviera su edad, si es que al final realmente la tenía. Regresar a cuando su mayor preocupación era estar presentable para ver a Estefanía ese día.

Volver el tiempo atrás, remover lo malo y vivir otra vez todo el tiempo perdido en cosas malas.

—Andrew... tengo mucho miedo.

Sin embargo, al abrir los ojos solo se encontró a sus hermanos recostándose a su cuerpo y a Carol abrazando su torso con fuerza, los tres lloraban sin parar, su ropa sin duda ya estaba tan húmeda que podría escurrirla.

—Estaremos bien, los cuatro estaremos bien. —Intento tranquilizarlos con su voz.

Otra sacudida, otro grito, otro ataque, ¿Cuánto más debían soportar? ¿Cuánto faltaba para llegar al destino? Preguntas que querían y no querían saber a la vez, pues el miedo a la respuesta era más grande que la curiosidad.

Abrazados en la oscuridad, con la mínima luz necesaria para saber quién estaba a su derecha y quién a la izquierda, terminaron por quedarse dormidos a causa del extremo cansancio emocional.

Mis hermanastros sobreprotectoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora