Mis hermanastros sobreprotectores

Capítulo 3

Las 4 caminaban entre risas rumbo al bar que comentó Lau, llevaban tanto rato caminando que ya habían perdido la noción del tiempo, solo sabían que era muy tarde por la posición de la luna llena en el cielo sobre ellas.

— ¡Llegamos! —grito Laura.

Frente a ellas se encontraba una especie de casa vieja de color gris, todas se miraron esperando una respuesta a las preguntas no dichas, el lugar llevaba el nombre en japones o chino viendo el cartel fluorescente sobre la puerta con símbolos de oriente.

—Lau... ¿estas segura que es aquí? —pregunto Scarlett desconfiada —No creo que sea buena idea entrar saben.

— ¿Tienen miedo? — pregunto Autumn totalmente indiferente.

—No es eso. — respondió —Es que el lugar no tiene buena pinta —señalo la puerta mostrando lo evidente.

—Amber para tu información el local se llama OkuNoItami y el nombre es japonés no chino — dijo Carol.

— ¿Y tú como sabes eso? —pregunto Laura intrigada.

—Porque los únicos libros que tenemos en el orfanato están casi todos en japonés y un día muy aburrida agarre y en la sala de computación comencé a estudiar algunas palabras en japonés — respondió — pero no sé qué significa OkuNoItami... — susurro intentando recordar si alguna vez lo había leído. 

Los libros japoneses eran los que mas abundaban en el orfanato pues la gran mayoría de personas prefería donar libros en otros idiomas a lugares de caridad que un libro en buen estado, Carol a veces creía que la gente solo se deshacía de lo que no necesitaba en esos espacios y ellos eran los desgraciados que lo recibían todo.

—No se si es buena idea entrar... 

— ¡O por favor! —exclamo Autumn, abrió la puerta y desapareció tras ella, menos de un minuto después volvió a salir con una sonrisa — ¡Esto es genial entren tontas!—gritó y volvió a desaparecer.

—Yo entro —Lau  entro.

—Yo también —Esta vez Carol entro.

— ¿Entramos?—  Scar y Amber se miraron.

— Si... —respondieron juntas y asintieron a la vez tomando valor para entrar.

— Pues... ¡adentro! — Ambas entraron al bar.

Y pues como todos dicen: No se juzga a un libro por su por su portada. El interior era espacioso, había una gran pista de baile, unas pocas mesas, y la barra en donde atendía una chica rubia y un chico alto y de cabello castaño... 

Narra Carol:

Al entrar en lo primero que me fije fue en la barra, había una chica rubia bajita, y un chico... Un segundo, al mirarlo bien me di cuenta que era el chico de hoy en la mañana Deiak, Daki, Doki, como se llame, al principio pensé que como me miraba tanto me había reconocido pero cuando se me acerco o me estaba haciendo una broma o en verdad no me reconoció.

—Hola linda, ¿que deseas beber? —pregunto con una sonrisa mirándome a los ojos.

— ¿No me recuerdas? — pregunte arqueando una ceja con una sonrisa divertida en mi rostro.

—No, lo siento señorita pero no la recuerdo.... ¿hay algo importante que deba recordar? — pregunta sin quitar su arrogante sonrisa.

—Mmmm, no lo sé quizá, ¿que hoy me tiraste de una hamaca al piso? —reí por su expresión de sorpresa.

— ¿Eh? —Me miro de arriba abajo varias veces hasta que por fin hablo — ¿Carla? —le pegue en la cabeza al instante.

—Carol, imbécil.

—No suelo recordar los nombres de chicas tan tontas, lo siento—me dio una palmada en el hombro y yo le volví a pegar, pero esta vez más fuerte.

—Seras idiota — cogí una copa con un líquido rojo que estaba sobre la barra y se lo tire en su cabeza. Una acción muy imprudente que no tuve tiempo de procesar, solo me di cuenta de lo que había hecho al tener la copa ahora vacía en mi mano. 

— ¡¿Pero qué haces?! —comenzó a gritar, por lo cual yo comencé a reír entre avergonzada y divertida por como reacciono, sin que me diera cuenta él había cogido otra copa con un líquido blanco y me lo tiro en la cara.

— ¡Imbécil! —le grite, por lastima ya no habían más bebidas sobre la barra cerca de nosotros, sino esta vez le hubiera estrellado la copa en la cabeza. Mi ropa completamente empapada, era la única remera decente que tenia. 

—Señorita usted debe irse —Un señor de como 2 metros me miraba fijamente, seguridad.

—De acuerdo, me voy —dije enfadada y me encamine a la puerta, cuando recordé que otras 4 chicas deberían de estar adentro aun, ¡mierda!

Volví a entrar sin que el de seguridad se diera cuenta y las busque con la mirada, hay en el fondo de la barra estaban ellas, me encamine a donde estaban para decirles que debíamos de irnos rápido, pero de nueva cuenta me topé con quien no quería.

— ¿No te dijo que te fueras? —Derek estaba enfrente de mí mirándome muy serio, pasaba un trapo sin ningún cuidado sobre su camiseta.

—Sí, pero mis amigas están allá, solo déjame avisarles —Lo esquive y seguí mi camino a donde estaban las demás.

—Yo les digo que te fuiste, ahora vete —De nuevo se puso enfrente, bueno ahora no tenía nada que tirarle pero... si había algo que podía hace, le golpe en la entrepierna, por lo cual grito pero al menos ya no podía moverse.

— ¡Scarlett, Amber, Autumn, Laura! ¡Corran! —salí corriendo del lugar antes que en gorila de 2 metros me agarrara. Al giran en la esquina pare para recuperar el aliento, por suerte vi a mis amigas correr directo a mí.

— ¡ESTAS TONTA! ¡¿PERO QUE PASO!?—me gritaron al ya estar bastante lejos del lugar.

— Nada solo me desquite con Deiak — dije muy tranquila, comenzando a caminar con dirección al orfanato.

— ¿No se llamaba Derek? —pregunto Lau jadeante.

— Yo que sé — respondí sin ánimo de pensar siquiera.

—Carol, para la próxima nos avisas así también podemos formar parte del bardo —Comento Autumn sonriendo, por lo que todas comenzamos a reír muy fuerte.

—De acuerdo, para la próxima les aviso.

—Debo regresar a casa, mis padres se van a comenzar a preocupar —dijo Laura regulando su respiración.

— ¿Es lindo que se preocupen por ti no? —Pregunto Scarlett con una sonrisa nostálgica en su rostro —Me encantaría que alguna vez tuviera a alguien que se preocupara tanto por mí, como tus padres por ti.

—Todas queremos eso Scar —Nos dimos un gran abrazo y nos despedimos de Laura, hoy había sido un día divertido, de una extraña manera, pero divertido de todas formas.

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¡Los quiero!