«Preocupación»

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—¿Viste lo que publicó? Me dan ganas de decirle: “A nadie le importa tu vida”

—¿A que sí? Es que es cierto. Tus problemas no le importan a nadie, dios.

Dos chicas caminaron en dirección opuesta al coral mientras se burlaban de la publicación de alguna persona conocida.

El chico se quedó en la calle pensando en esto último que oyó, y finalmente, volvió a tomar camino a su hogar compartido.

✧*。 ~   。*♡

—¿Está bien, no?

—Sí... ya es la novena vez que preguntas. Bueno, supongo que es normal, también me preocupé por él.

—Cuando alguien a quien quieres es lastimado, de cualquier forma, siempre hay gente que se preocupa por ellos. Aunque no lo crean. — explicaba el pelimorado.

—Lo sé... — el coral suspiró y apartó la vista.

El coral había hecho una videollamada con pelimorado para explicarle lo que había pasado con el pelirrosa, ya que sabía que ambos se habían hecho cercanos.

—Oye.

—¿Ah?

—No te culpes, tú también tenías miedo. No dejes que aquellas palabras te afecten, ¿sí? Eres una buena persona, grábate eso en la cabeza.

—Entiendo, es solo que...

—Nada, ya pasó, ya no puedes cambiar el pasado. De los errores se aprenden. Nadie es perfecto.

—Cierto... — el coral se cubrió el rostro con las manos y sollozó.

—Hiciste bien en apoyarlo todo lo que pudiste, y más aún estar allí siempre que te necesitó. Eso no lo hace cualquiera.

El coral se secó las lágrimas y volvió a mirar al pelimorado.

—Yuki... Gracias. Créeme que lo necesitaba.

—No te preocupes, aunque no hablemos mucho, sabes que siempre puedes contar conmigo. Ahora, mejora esa cara ya que cierta persona no querrá oír que estuviste llorando.

—Já, ya... — el coral cambió su frase. —ya hablaré con él. — rió algo forzado. —Bien, te dejo, gracias por haberte tomado el tiempo.

—Tranquilo, espero podamos hablar nuevamente pronto. Cuéntame también cómo va en la semana. — dijo refiriéndose al pelirrosa.

—También lo espero, y no te preocupes, te avisaré cómo la esté pasando. ¡Nos vemos!

—Nos vemos.

Y así terminaron la llamada. El coral se encontraba mejor, decidió descansar un poco más antes de volver al hospital.

*Ding*

M: ¡Hola! ¿Cómo estás?

—¿Debería decirle?

Negó. Debía simular que no pasaba nada.

“¡Pero no hiciste nada!”
“¡Solo lo dejaste pasar!”
“¡Es tu culpa! ¡Es tu culpa! ¡Es tu culpa! ¡Es tu culpa!”

—¡No lo es! — derribó todo lo que tenía en el escritorio.

—¿Satori? ¿Qué pas...?

—¡Sal de la habitación!

—Pero...

—¡Déjame solo!

El pelinegro salió de la habitación tal y como lo había ordenado el coral. Estaba preocupado por él, ya que nunca lo había visto actuar así.

El coral simplemente se recostó en la cama y se quedó dormido.

✧*。 ~   。*♡

—Hola, ¿está mejor? — el coral volvió al hospital y se encontró con la rubia.

—Sí, está descansando, están planeando darle el alta mañana. Los golpes se recuperaron bastante rápido.

—Me alegro...

—Oye... Sobre lo de esta mañana... Lo siento, no debí de haberte dicho todo eso. No fui consciente de que tal vez pudieran afectarte. — se disculpó la chica.

—Está bien, estabas enojada, cualquiera hubiera reaccionado así. No te culpo.

La rubia se levantó de la silla en la que estaba y le dio un abrazo al coral, el cual correspondió.

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