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Yerin

Eunbi me prestó una de sus pijamas, me dio la espalda y yo hice lo mismo mientras nos cambiábamos en silencio. Al pasar su camisa por mi cabeza me invadió su delicioso y característico olor a menta, sonreí mientas terminaba de vestirme. Giré para encontrarme que ella seguía sin ponerse la parte de arriba, mi boca se secó mientras contemplaba su espalda desnuda ¿No se iba a poner nada debajo? Volví a darle la espalda rápidamente, no me servía de nada pensar eso en este momento, solo íbamos a dormir.

-¿Yerin? - oh por dios, la mire sorprendida, era la segunda vez que me llamaba por mi nombre, no creo poderme acostumbrar al maravilloso sonido de este en sus labios - ¿Nos acostamos? - pregunto insegura, era la primera vez que la veía así, en serio esta mujer iba a matarme, nunca pedía permiso ni autorización para nada y mucho menos si se trataba de mí.

Le sonreí ampliamente y asentí, destendió la cama y se metió debajo de las sabanas, nos acostamos mirándonos fijamente. La cama era doble, por lo que teníamos suficiente espacio para dormir sin tocarnos, pero yo quería tenerla cerca, me arrastré hacia el calor de su cuerpo y me acomodé contra su pecho rodeando su cintura con mis manos. Podía sentir sus fuertes latidos de su corazón, sonreí ente eso, por lo menos no era la única que estaba a punto de sufrir una arritmia cardiaca.

-¿Eunbi? - no estaba segura de que decir, pero tenía una pregunta que no me estaba dejando tranquila

-¿Mmm?

-¿Mañana me vas a volver a tratar como si nada hubiera pasado? - levante la cabeza para mirar sus ojos. Había algo que no podía descifrar en su mirada.

-No he estado segura de cómo tratarte desde que nos besamos por primera vez - habló con sinceridad, asentí porque lo entendía, me sentía igual - No sé qué tipo de relación tenemos ahora... Pero estoy segura de que no puedo volver a lo que era antes - me dio una sonrisa tierna - No creo que pueda así otra vez... - sabía a lo que se refería,yo tampoco creía poder hacerlo

-Estamos de acuerdo en algo, creo que el fin del mundo se acerca - bromee, una risa tranquila sacudió su pecho - Entonces... ¿Cómo deberíamos tratarnos de ahora en adelante? - yo estaba segura de como quería seguir tratándola, pero necesitaba escuchar lo que ella sentía.

-Siento algo por ti Yerin - mi corazón explotó en mi pecho - Pero no sé si podamos tener ese tipo de relación en nuestro posición - volví a enterrar mi cara entre su pecho, aspirando su aroma y luchando por controlar el deseo que me invadió recordando que solo esa camisa me separaba de sus pechos...

-Tu me gustas - suspiro fuertemente - Tampoco sé si podamos o debamos seguir con esto - se tensó - Pero quiero darle la oportunidad a lo que estoy sintiendo. No deberíamos huir de ello sólo porque no pueda salir bien - me separe un poco de ella - No quiero huir de esto.

-Yo... - pude ver la duda en sus ojos, tal vez había presionado mucho. Entendía que tuviera esas dudas, ella tenía más que perder que yo.

Me acerqué a su rostro y le di un casto beso - No tienes que decir nada ahora, lo entiendo - me acomodé en la cama dándole la espalda - Mañana puedes tratarme como si fuera un soldado, no me voy a enojar. Voy a seguir retándote cada que tenga oportunidad, no te preocupes, esa parte de mí no va a cambiar - sabía que ella necesitaba que dijiera esto - Pero no te voy a volver a besar hasta que aclares tus sentimientos, no quiero imponerte los míos.

Después de decirle eso, me sorprendí a mí misma. Suelo ser impaciente y hacer todo lo contrario a esperar a que los demás tomen una decisión. Pero no quería presionarla, porque yo también estaba asustada y tenía dudas, pero ya no podía negar mis sentimientos hacia ella. Ya tenía demasiadas cosas inestables en mi vida en este momento, no quería iniciar una relación con sentimientos inestables.

Mi Sargento (Sinrin)Kde žijí příběhy. Začni objevovat