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POV Yerin

Caminaba de vuelta al gimnasio, mentiría si dijera que no estaba preocupada, es más, estaba increíblemente nerviosa. Era bastante evidente que Xiao era una oponente difícil y muy despiadada; se había disculpado pero aun así que fuera capaz de dejar a Umji en ese estado después de unos minutos decía mucho.

-Yerin- Eunseo me alcanzó algo apresurada. Caminábamos en silencio- Sé que pasa algo entre tú y Xiao- comenzó- espero que no hagas nada estúpido- le di una mirada seria.

-En otras palabras, estas preocupada de que Xiao me deje en peor estado que Yewon y Eunbi- se mordió el labio nerviosa- Te gusta alguien bastante difícil de tratar- abrió los ojos, sorprendida- No tengo intención de perder, aun así, voy a intentar que tu novia no me mate.

-¡Ella no es mi novia!- reclamó sonrojada y yo resople incrédula, en ese momento entramos al gimnasio. El cuadrilátero de la final se encontraba ubicado en medio de este y era mucho más grande que los de los enfrentamientos anteriores.

-Pues ella se comporta como una novia celosa cuando estoy cerca de ti- precisamente, Xiao seguía todos nuestros movimientos desde que habíamos entrado- Mira su reacción- hice algo completamente estúpido, muy parecido a amarrar una soga al cuello y darle el otro extremo a Xiao para que halara. Besé a Eunseo, no en los labios, pero sí lo suficientemente cerca para que pareciera que lo había hecho, ella se sonrojó e inmediatamente sus ojos se dispararon hacia la mujer de la academia Naval, que sobra decir me estaba apuñalando con la mirada.

-¿Por qué...?- no la dejé continuar.

-Porque ustedes dos se comportan como un par de idiotas celosas y enamoradas. Y que ella esté pensando que tu y yo tenemos algo solo nos ha traído problemas- aunque en parte era mi culpa que pensara eso... Eunseo se encogío- No sé qué haya pasado entre ustedes dos, pero será mejor que aclares las cosas antes de que ocurra algo peor- Asintió avergonzada.

Llamaron para iniciar el combate. Entré a la lona, donde Xiao seguía viéndome como si quisiera arrancarme la cabeza, que estaba segura, era capaz de hacer. Suspire mientras dábamos la reverencia y aguantaba las ganas de golpearme a mi misma, ¿tenías que besarla justo antes del enfrentamiento?, que bien Jung, acabas de cavar tu maldita tumba. El encuentro inició, ella atacó inmediatamente, su velocidad era tan sorprendente como la de Yuna ¿en serio este era su tercer enfrentamiento?, tenía tanta resistencia como Eunbi.

Repentinamente me sentí furiosa, dos personas que eran importantes para mi habían perdido contra ella y yo no quería hacerlo. Esquivé su ataque fácilmente, los entrenamientos con Yuna habían dado sus frutos; ella no perdió tiempo e intentó golpearme con su codo derecho girando sobre sí; di un paso hacia atrás evitando que me arrancara la nariz por poco. Su siguiente ataque fue con su puño izquierdo, que debido a la rapidez con la que llegó no pude evitarlo y me dio de lleno en la mejilla, sentí como mi boca se llenaba de sangre.

No solo era rápida y ágil, también era muy fuerte. Me posicione defensivamente mientras retrocedía por el golpe; si quería tener una oportunidad contra ella, lo único que podía hacer era contraatacar. Pero detuvo sus ataques, caminaba lentamente por la lona mientras me observaba fijamente.

-¿Qué?- solté molesta mientras me tragaba mi sangre- Sé que soy hermosa y todo eso, pero no deberías distraerte en una pelea- resopló incrédula mientras yo me encogía de hombros- Aunque entiendo que te sea imposible no mirarme, no eres la única que tiene ese problema- no pude evitar sonreír mientras recordaba a Eunbi, pero ella pareció enfurecerse porque atacó de nuevo, esta vez su rodilla se dirigía hacia mi abdomen.

Logré detener el golpe con mis dos manos, el impacto me hizo apretar los dientes; retiró su pierna antes de que pudiera cogerla y con esa misma lanzó una patada a mi rostro a una velocidad increíble que tuve que detener a duras penas con el antebrazo, el dolor me hizo maldecir. Antes de que retirara su pierna, esta vez, si logre atraparla mientras lanzaba una patada baja que la hizo perder el equilibrio, a la vez que caía me posicione de forma que cuando tocamos el suelo caí sentada directo en su abdomen, sentí como se quedaba sin aire.

Mi Sargento (Sinrin)Where stories live. Discover now