𝟏𝟐𝟖

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Morgan's POV

El reloj dió las siete de la mañana y la alarma sono en la habitación. Me levanté sin despertar a Chris y me fui a arreglar. Ayer al volver a casa le conté que debía ir a Nueva York por noticias de mi madre, él obvio me dijo que le gustaría ir pero tenía trabajo con su siguiente película, así que lo entendí.

Una vez arreglada y lista cogí el coche y conduje rumbo a Nueva York mientras ponía algunas de las canciones que más me gustaban para amenizar el viaje.

cuatro horas después...

Aparqué enfrente del hospital y entré a él dirigiéndome hasta la habitación 202. Ross estaba en el pasillo hablando con varios médicos. Me acerqué y los miré con miedo de que hubiera pasado algo en mi ausencia.

—Hola, Ross. ¿Todo bien? —acaricié su brazo.

—En realidad, señorita Stanley, su madre se encuentra en un estado bastante preocupante. Unas enfermeras han entrado esta mañana en la habitación y han reportado que su madre no estaba respirando, cómo indicaba el electrocardiograma. Enseguida hemos llamado a más doctores para ver qué ocurría y han conseguido salvarla, pero no creemos que dure mucho ya que su estado empeora con cada día que pasa. Lo sentimos mucho y entiendan que hacemos todo lo posible por salvar su vida. Si me disculpan. —y el médico se alejó dejándonos a mi hermano y a mí muy desconcertados.

—¿Dónde esta Jade? —pregunté. Ross hizo un gesto con la cabeza hacia la habitación.

Decidí entrar y con cuidado abrí la puerta. Mi madre seguía enredada en aquellos tubos y la máquina que representaba sus latidos no paraba de hacer el típico ruido. Jade estaba sentada mientras le daba la mano y susurraba cosas. Cuando me vio le medio sonreí, algo que ella no me devolvió. Me senté enfrente de ella, al otro lado de la camilla, y vi a mi madre dormir.

—¿Cómo está? —dije intentado entablar conversación con mi hermana.

—Tú que crees. Ya lo han dicho los médicos. Se va a morir.

—Jade, no digas eso, seguro que pueden salvarla.

—Dejalo Morgan, no te hagas la esperanzadora, todos sabemos la realidad de la situación. Mamá no va a salir de esta y quiero pasar tiempo con ella, así que si vas a estar aquí te pido que no digas ni una palabra más.

Asentí un poco dolida por sus palabras contra mí y suspiré intentado aguantarme las lágrimas.

Una hora más tarde decidí salir a tomar el aire fuera del hospital. Fui a la cafetería más cercana y salí con un café espresso en mi mano. Saqué el móvil del bolsillo y me plantee llamar a Luke porque en realidad si que necesitaba hablar con alguien y a él le conocía de más tiempo, tanto que sabía mi situación familiar, pero antes de marcar el número me detuve y bloqueé el móvil. Negué con la cabeza, que estabas apunto de hacer Morgan... me dije.

Mientras observaba el tráfico en la ciudad unas manos se posaron sobre mis ojos.

—Adivina quién soy.

—Mmm, no sé, quizás el único que me espero encontrar en Nueva York.

Luke apareció delante mío y sonreí.

—Pensaba que tenías trabajo.

—Algo así, pero he podido salir un poco antes para venir. Me imaginaba que estarías por aquí cerca, siempre te ha gustado el café de esta cafetería. —él sonrió y metió sus manos a los bolsillos traseros de su pantalón.

—Si bueno, no quería alejarme mucho. Me lo terminó y entro al hospital, mis hermanos me necesitan.

—Claro, perdona, no quería molestarte.

—No, para nada Luke. Me alegra verte.

Seguimos hablando durante los minutos que me duró el café y me despedí de él entrando de nuevo al hospital. Mientras iba en el ascensor me golpeé la cabeza y negué. Cómo puedes ser tan estúpida de cometer el mismo error otra vez.

𝗜𝗻𝘀𝘁𝗮𝗴𝗿𝗮𝗺 ➳ 𝗖.𝗘𝘃𝗮𝗻𝘀 Where stories live. Discover now