—Llegaré tarde, no me esperes despierto —informó Ohm mientras levantaba su maletín y se dirigía a la puerta principal.
Fluke no dijo nada, solo vió como Ohm salía y cerraba la puerta tras suyo.
Soltando un suspiro decidió ir a su habitación, subió lentamente las gradas hasta llegar a la puerta y abrirla.
Mirando alrededor de su recámara, se dió cuenta lo mucho que habían cambiado las cosas, se sentía como un extraño en su propia casa.
Después de casarse con Ohm, hace un año, decidieron comprar ésta casa, no era muy amplia, pero era su hogar, cada pequeño rincón era especial para ambos.
Amaba a Ohm, más que a nada en éste mundo. Es su primer y único amor.
Con lentitud se acercó a su clóset y vió una cajas dentro.
El día anterior decidió organizar su habitación y poner en cajas las cosas que Ohm no usaba.
Respirando hondo levantó las cajas y las llevó al ático, dejándolas en el piso observó el lugar y se llevó las manos al rostro en señal de frustración.
Debía ordenar éste lugar.
Bueno, de todas formas tenía tiempo.
Caminó hasta la esquina y se puso de cuclillas y abrió un pequeño baúl de madera que nunca había visto, quizá era de Ohm.
Notó que solo eran papeles antigüos y algunas fotografías de Ohm. Fluke sonrió cuando levantó una foto de Ohm en la que estaba mirando directamente a la cámara mientras hacía un gesto gracioso junto a su hermanita.
Dejó la foto en su lugar y estaba a punto de cerrar el baúl pero algo llamó su atención, era una rosa con los pétalos secos y debajo de ésta había un sobre de carta, haciendo a un lado la rosa, alzó la carta y con curiosidad leyó quién era el remitente y quién el destinatario. Su rostro no tenía expresión alguna.
Ésta era una carta de Ohm dirigida a su ex novia.
Estaba inseguro en si abrirla o no. Si lo hacía sería como invasión a la privacidad, pero la curiosidad le estaba carcomiendo.
Rápidamente se puso de pie y con la carta en su mano bajó del ático directo a su habitación. Se sentó en la cama en la posición de Flor de Lotto, antes de arrepentirse rompió un lateral del sobre, sacó el papel que estaba dentro y empezó a leer la carta. Sus expresiones cambiaban a medida que leía el papel mientras una lágrima caía por su mejilla.
(...)
—Cariño, Fluke —susurró Ohm moviendo levemente al castaño— Despierta.
Fluke lentamente abrió los ojos y vió al moreno sentado al borde de la cama.
—¿Ohm? —dijo restregandose los ojos mientras se sentaba— ¿Qué haces aquí? Dijiste que llegarías tarde.
—Hubo un cambio de planes y cancelé todas mis reuniones para pasar tiempo contigo —explicó Ohm acariciando la cabeza de su esposo— Pero veo que estás cansado.
Fluke asintió y desvío la mirada viendo la carta que encontró y recordó todo lo que decía en el papel y no pudo evitar que unas cuantas lágrimas cayeran por su rostro.
—Hey, ¿Qué pasa, cariño? —preguntó el azabache con preocupación limpiando, con el dorso de su mano, las lágrimas de Fluke— ¿Por qué lloras?
Cogiendo la carta en su mano empezó a leerla en voz alta tratando de que su voz no se quebrara.
—Hola hermosa, ¿Sabes? Pronto será mí boda con Fluke, ¿Lo recuerdas? Me estoy dando una oportunidad de nuevo, pero no me siento seguro de casarme, porque aún te amo. Sí quieres puedo dejar a Fluke para casarme contigo, solo tienes que decírmelo y lo haré. Solo, no tardes mucho porque la boda será en una semana. Te extraño.
