—Debido a las pruebas presentadas no me queda más que sentenciar que el señor Ohm Thitiwat es declarado culpable, se le condena a cadena perpetua y su traslado se realizará de inmediato —dictaminó el juez en voz alta.
Ohm solo bajo la cabeza y sonrió, sabía que éste momento llegaría así que no se sorprendió por el veredicto del juez, es decir, sí, era una mafioso buscado pero había disfrutado tanto torturar y asesinar a esa rata de Jackson que ir a la cárcel no significaba nada a comparación, de todas formas eso no significaba que sería el fin de sus negocios poco lícitos, pero por una parte si estaba triste, no quería dejar solo a Fluke porque ¿Que haría sin su hermoso castañito?
Menos mal Fluke no había venido al juicio, porque de haber sido así en éste momento estaría llorando y gritando y Ohm no habría podido hacer nada para calmarlo.
—Ohm —susurró una voz detrás del moreno— ¿Quieres llamar a Fluke y decirle lo que está pasando?
—No —dijo Ohm— Será mejor si se lo dices tú, Boun.
—¿Estás seguro? —insistió el rubio— No creo que se lo vaya a tomar bien.
—Es mejor así —habló el azabache— Cuídalo por mí —pidió mostrando su característica sonrisa— Ese pequeño torpe no podrá hacer nada solo.
—Sabes que Fluke es como un hermano para mí, no dejaré que nada malo le pase —aseguró Boun— Cuídate tú también, Ohm.
—No tienes que preocuparte por mí, yo estaré bien —manifestó el azabache— Y Boun, prométeme que nunca dejarás que Fluke me visite en la cárcel.
—No sé si Fluke acepte eso, sabes que es muy obstinado.
—No me interesa si él lo acepta o no —repuso seriamente— Y harás lo necesario para que Fluke continúe con su vida.
(...)
—¡¿POR QUÉ NO ME DICEN NADA?! —gritó el castaño— ¡Dónde está Ohm!
—Lo siento Fluke pero no nos dijeron nada —dijo uno de los hombres que estaba junto al castaño— Pero apuesto a que todo salió bien, no debes angustiarte.
Natouch quería tener la tranquilidad de Luca pero no podía estarlo, tan solo no podía imaginar estar sin Ohm. Pero ese idiota había tenido la magnífica idea de buscar a ese tipo y...
—¡Boun! —exclamó interrumpiendo sus pensamientos al ver qué el rubio había llegado. Rápidamente corrió hacía él — ¿Dónde está Ohm? ¿Por qué no vino contigo? —interrogó con rapidez— ¡Boun, dime algo!
—Fluke, debes tranquilizarte —dijo el rubio poniendo una mano sobre el hombro de Fluke.
—¿Tranquilizarme? ¿Cómo me pides eso? Dime dónde está Ohm —repuso al borde de la desesperación.
Soltando un suspiro.
—Quiero que nos dejen solos —ordenó Boun a los hombres que estaban en la sala.
Una vez que se quedaron solos el rubio volvió a hablar.
—Fluke, sabes que yo siempre estaré contigo-
—¿Qué? ¿Por qué me dices eso? —habló el castaño sin entender— Tan solo dime cuánto tiempo estará Ohm en la cárcel.
