Pude ver sus ojos comenzar a cristalizarse de repente, fue allí cuando supe que la cosa iba en serio. 

─Cara, ¿Qué ocurre? ─comencé a preocuparme. 

Sus mejillas se habían puesto coloradas, eso siempre ocurría cuando estaba a punto de llorar.

─Puedes contarme lo que sea, siempre será así y lo sabes. ─dije mientras tomaba su mano para demostrarle confianza.

Sé que ella no merecía nada bueno de mi parte pero no puedo actuar indiferente si veo a alguien sollozando frente a mi.

─La vida me dió una puta bofetada en la cara. ─imagino que no tan fuerte como la que me dió Victoria. 

─¿De qué hablas? ─fruncí el ceño.

─Hace dos meses estuve en Ibiza. ─hizo una pausa─. Terminé jodidamente ebria y más drogada que nunca. ─continuó.

Coloqué los ojos en blanco. 

─Te he dicho mil veces que dejes de inhalar ese maldito polvo rosado. ─mencioné.

─Ojalá mi único problema ahora fuese simplemente dejar el tusi, Olivia. ─contestó frunciendo el ceño mientras que sus ojos se tornaban rojizos.

─¿Y entonces qué pasa? ─me detuve─. Ve al maldito grano. ─añadí.

─No recuerdo mucho de esa noche, sólo sé que a la mañana siguiente amanecí en una habitación de hotel junto a un sujeto desnudo. ─soltó de golpe.

─¿Y qué hiciste? ─demandé saber sin tener idea de lo que Cara diría a continuación.

─Lo de siempre, busqué mi ropa, robé una botella del mini bar, compré una langosta con su tarjeta de crédito y luego tomé prestada su camioneta para llegar al aeropuerto. ─me explicó.

─Sigo sin entender cuál es el maldito problema en todo este asunto. ─suspiré con frustración.

Pude ver a Cara llevarse las manos al rostro para luego tallarse los ojos con irritación.

─Hace tres semanas vi su rostro en una noticia, lo reconocí por un tatuaje en forma de águila que llevaba en el pecho. ─se detuvo─. Se llamaba Dmitri Shostakovich. ─añadió.

─¿Se llamaba? ─levanté la ceja izquierda.

Cara asintió.

─Me follé a un maldito neurocirujano Ruso. ─contestó─. El hijo de puta estaba en Ibiza para celebrar su luna de miel. ─la interrumpí.

─¿Cómo sabes que terminaba de casarse? ─fruncí el ceño.

─Porque hice un trío con él y su esposa, incluso usé el velo que se puso en la boda para amarrarla a la cama. ─contestó de golpe.

Mi mente quedó en blanco, ahora me imaginaba a Cara frotando el coño de esa mujer mientras que el Ruso loco  penetraba por todos los agujeros a la dichosa rubia.

─¿Acaso te grabaron desnuda y ahora te están chantajeando? ─demandé saber.

Ella negó con la cabeza.

─¿Entonces qué es lo que ocurre? ─pregunté irritada por no saber exactamente cuál es el punto de todo esto.

─En el reportaje de las noticias no sólo lo felicitaban. ─hizo una pausa─. También expresaban el dolor que sentían por su muerte luego de que la avioneta en que se transportaba tuviera un accidente y se desplomara en medio de un vuelo rumbo a Kenia. ─añadió.

Abrí los ojos como platos.

─¿Murió? ─pregunté atónita.

Cara asintió.

INOCENTE © » 1M8.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora