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11| Problemas.

Luego de una larga charla con Vika respecto a cómo había sido su vida antes de caer en prisión el sol comenzó a ocultarse y la hora en el reloj de la pared indicaba que la 'Fiesta' había comenzado hacía unos cuarenta minutos.

─Creo que ya deberíamos irnos, las chicas deben estar esperando por nosotras. ─dijo mientras se incorporaba de la silla.

Asentí y me coloqué de pies.

─¿Crees que sea una buena idea que vaya? ─pregunté─. Ni siquiera sé quién es la protagonista del festejo. ─agregué.

─No pasa nada, eres mi amiga, lo importante es que no te sientas sola, sé lo horrible que se sienten los primeros días en la cárcel. ─respondió.

─¿Somos amigas? ─fruncí el entrecejo.

─Supongo que sí, pero si quieres podemos ser algo más que eso. ─dijo entre risas mientras hacía un gesto con su mano simulando que sus dedos eran mi vagina y ella pasaba su lengua por todo el lugar.

─Eres una maldita confianzuda. ─solté una carcajada animando el ambiente.

Sentí mis mejillas arder por un instante tras imaginarme la icónica escena de Vika comiendome el coño.

─Bien, vámonos. ─dijo mientras se daba media vuelta y caminaba en dirección a la salida del comedor mientras que a su vez yo le seguía los pasos.

El salón de charlas estaba prácticamente al otro lado de la prisión, aún a unos cuantos metros de la habitación se podía escuchar la música a todo volumen junto a las risas y aplausos de felicidad de las reclusas.

─¡Viveka! ─exclamó Kasey en cuánto vió a su amiga de pies bajo el umbral de la puerta.

Había un buen puñado de gente, el lugar estaba medianamente lleno.

Había una mesa repleta de comida y bebidas mientras que la habitación estaba decorada con globos y un enorme cartel que decía 'Hasta pronto, Leah'.

La mayoría de las chicas estaban bailando, claramente la estaban pasando muy bien.

─¡Medusa! ─escuché a alguien corear mi apodo.

Miré a mi alrededor intentando examinar de quién se trataba y fue cuando visualicé a María, estaba haciéndome señas para que me acercara a ella.

─¿Qué tal? ─la saludé.

─Toma un trago. ─dijo extendiéndome un pequeño vaso con el mismo líquido que me había ofrecido Vika en la tarde.

─¿Whiskey lésbico? ─reí y ella asintió.

─Aprendes muy rápido. ─contestó con una sonrisa.

Comenzé a darle largos sorbos a mi bebida y mientras lo hacía me dispuse a detallar los rostros de cada una de las chicas allí presentes.

Había un pequeño grupo apartado del resto de las mujeres, comencé a observarlas con detenimiento y fue allí cuando me topé nuevamente con el rostro de la segunda persona más 'temida' del centro penitenciario; Skyler Wilson y junto a ella Victoria Rodríguez.

El grupo reía sin parar, a simple vista pude notar que todas ya se encontraban ebrias.

Las miré con recelo, ¿Por qué si Victoria y Skyler no son pareja siguen yendo juntas a todas partes?

Interesante.

─¿Ya has recibido alguna llamada de tú familia? ─preguntó María.

─Mi única familia es mi madre. ─respondí.