9: La mochila

2.4K 200 35
                                    

—Creía que no vendrías nunca.

—Creías mal—respondió ella con una sonrisa reconfortante—. Lo siento, es que he tenido dificultades en... recomponerme.

Sam sonrió levemente e hizo un movimiento con la mano.

—No te preocupes tía.

Inna sonrió —aunque fue una mueca bastante fea— y carraspeó, sin saber qué más decir. Se quedaron en silencio unos segundos, hasta que Sam volvió a hablar.

—¿Qué tal el funeral?

—Oh, bueno, bien. Bueno, todo lo bien que puede ir un funeral—Soltaron una pequeña risa irónica—, Pusimos lirios en tu honor.

—Gracias.—Samira se veía realmente conmovida por ese gesto. No iba a negar que le hubiera encantado asistir al funeral de Jane, pero al menos sus amigas habían pensado en ella.

Inna observó a su amiga. Estaba bastante bien, físicamente hablando. No tenía una ojeras demasiado pronunciadas, y su pelo estaba muy bien recogido en una trenza.

—Y... ¿qué tal te va por aquí?—preguntó Inna.

—Bueno, he hecho algunos amigos—respondió Sam algo contenta—, Hay unos gallegos muy agradables, aunque un poco raros. Como ellos tienen cadena perpetua y se las suda, me han dejado un calendario para que vaya tachando los días. Me quedan 3 años y 50 semanas de sufrimiento aproximadamente.

Aunque lo dijo con tono gracioso, ninguna se rió.

—¿Les han pillado?—preguntó Sam de repente.

—Todavía no. Estamos en ello.—Alegró al universo por hacer que su amiga sacase ese tema, tenía que preguntarle por la famosa mochila antes de que se acabase el tiempo de visita.

—Ah, bueno.

—Oye. Cuando estuvimos... ya sabes... nos preguntaron varias veces por ti. Eso no nos sorprendió porque bueno, tú ya nos dijiste que les debías dinero—Su amiga asintió, con mirada sospechosa—, Pero luego nos dijeron que habías escondido una mochila.

—Sí, una mochila con dinero.

—¿Segura?—Samira alzó una ceja—. ¡Quiero decir! Nos parece raro que se arriesgasen y se involucrasen tanto por una mochila con 20.000 euros. ¿No había nada más?

Sam se cruzó de brazos, su tono de voz cambió completamente—: Te ha mandado él, ¿verdad?

—¿Quién?

—Conway.

—Qué va—mintió Inna rápidamente—. Sí es cierto que me lo ha comentado en alguna ocasión y... no sé, yo sólo quiero ayudar a atraparles, Sam. Me gustaría saber la verdad de todo esto, que se haga justicia.

—Y se está haciendo, ¿no?—respondió su amiga con tono amargo—. Ya tienes a uno de ellos entre rejas. Inna, yo te quiero muchísimo, ya lo sabes. Pero has venido a visitarme sólo para complacer una vez más al puto Superintendente, no para ver cómo estoy. Sarah tampoco a venido a verme, y ya me puedo imaginar el porqué. No me parece mal que colaboréis con la policía, pero a mí dejadme ya tranquila. No quiero más líos.

—Pero...—Sus manos comenzaron a sudar—, Si nos dices al menos dónde está la mochila...

—No voy a deciros nada. Me voy.

—Sam...

Se levantó del asiento y se marchó de la habitación, seguida por el guardia que estaba vigilándolas. Inna suspiró y se levantó también. Salió por la otra puerta y se encontró con Conway, el cual había escuchado la conversación.

Opia (Jack Conway) ✔Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz