Capítulo 9

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Nicolás vive en la zona residencial del pueblo y por lo visto acá las casas son gigantes, entretejen una mezcla perfecta entre lo natural y moderno lo que hace que las casas se fusionen con la naturaleza del lugar dando origen a una obra maestra arquitectónica. Este vecindario es todo lo contrario al nuestro donde las casas son más tradicionales e irradian familiaridad por todos los rincones.

Árboles de todo tipo bordean cada casa y en espacial la de Nicolás. El garaje se activa con un mando a distancia, mientras esperamos a que se abra el portón doy un par de miradas alrededor y no puedo creer lo que veo. La naturaleza crece libremente, arbustos y flores surcan el camino de ingreso a la casa, se nota que aman la naturaleza y que la cuidan. Todo irradia tranquilad y armonía, el aire es puro con matices a tierra mojada, el aroma de mi compañero.

Dejo un rato de pensar, pongo mi mente en blanco y siento como el silencio se cierne en el lugar, no hay bullicio ni movimiento. Solo se escucha a lo lejos el cantar de los pájaros que cohabitan en el lugar.

-Me gusta la tranquilidad y la intimidad – me dice un Nicolás encantado con las reacciones que muestra mi rostro – Mi casa es un lugar para refugiarme de la gente, donde puedo estar lejos del mundo exterior, lejos del hospital y, sobretodo, no me persigue el título de Alpha. Este lugar es mi santuario donde puedo ser yo mismo sin máscaras, ni títulos, ni líneas familiares.

-Te entiendo, me pasa lo mismo – le digo mientras acaricio su mejilla derecha. Ingresamos al garaje y bajamos mis escazas pertenencias del auto. Intento agarrar el bolso pero me lo quita de la mano, lo puedo cargar por mí misma ni que tuviera tantas cosas.

-Vamos, quiero mostrarte la casa y, en especial, nuestra nueva habitación – sonríe Nicolás mientras agarra mi mano empujándome hacia el interior de la casa.

-¿Nuestra habitación? – pregunto en tono de burla. Sé que vamos a compartir todo a partir de ahora, pero que no piense que se la voy a poner tan fácil aunque con un par de besos capaz que mis muros se derrumben solos.

-Si mi Luna – sonríe el futuro Alpha – A partir de ahora vamos a dormir juntos todas las noches de nuestras vidas. Espero que se grabe la idea en esa hermosa cabecita que me tiene loco.

Me llamo al silencio para no embarrar la situación y dejo que me muestre la casa a su gusto.

Casi me caigo de culo cuando ingresamos a la sala de estar y cocina, los ambientes estaban conectados no había paredes divisorias, era un gigante cuadrado bien distribuido simétricamente. La sala de estar esta amueblada con sillones grises con almohadones negros y blancos que estaban orientados frente a un gran ventanal por medio del cual se podía observar todo el frente de la casa. Hay una chimenea artificial empotrada en una de las paredes y a los laterales estantes llenos de libros, se ve que le gusta leer a mi Mate. Cuadros abstractos terminaban de darle un toque minimalista y masculino al lugar.

-Creo que le falta un poco de color a tu casa Nicolás – le digo mientas sigo observando los espacios – Otra cosa ¿No era que te gustaba la intimidad y privacidad? – le digo socarronamente señalando la gigantesca ventana que, encima, no tiene cortinas.

-NUESTRA CASA – escucho que grita desde la cocina. Sigo caminando y entro a un comedor gigante donde pueden entrar fácil unas veinte personas y con comodidad. La mesa es larga con sillas de madera y almohadones negros. En el centro de la mesa hay colocado una esfera de vidrio con unas bellotas secas.

Más cuadros en blanco y negro cuelgan de las paredes del lugar, pero lo que más me sorprende es la araña del techo, tiene ocho lámparas y de cada una de ellas se desprenden gotas de vidrio que simulan ser cristales. No puedo dejar de verla, me encanta y no puedo imaginarme como es la habitación a la luz del día, con luz natural sin nada de iluminación artificial. Si ahora me deja sin palabras en el día no voy a poder respirar.

MI LUGAR EN EL MUNDOUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum