Capítulo 1

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-Hola ¡buen día! –grito eufórica mientras bajo las escaleras de la casa que comparto con mi mejor amiga, Lorena.

-¡¡Que alguien se levantó de buen humor hoy!! – contesta mi amiga Lorena desde la cocina mientras termina de preparar el desayuno. Menos mal porque mi estómago gruñe del hambre.

-Sí, hoy va a ser un buen día – llego a la mesa donde está el desayuno y veo todo lo que preparo Lore, desde frutas cortadas hasta tostadas recién hechas. Como decía mi abuela "El desayuno es la comida más importante del día" y nosotras lo cumplimos a raja tabla. No somos chicas propicias a las dietas ni de la comida chatarra pero si tratamos de equilibrar nuestra alimentación. Nuestro lema es "si hay hambre se come".

Con Lorena nos conocemos desde que éramos unas pequeñas traviesas, ambas vivíamos con nuestras familias a las afueras del pueblo de Moon White. Nuestros padres son amigos y de ahí nos conocemos, hemos crecido juntas y vivido un montón de experiencias tanto buenas como malas.

Pero desde que terminamos la escuela, a los 20 años, decidimos independizarnos e irnos a vivir juntas. Obviamente nos quedamos en Moon White, ¿A dónde iríamos sino? Este pueblo es un poco peculiar y particular, único diría yo. Pero nosotras no, solo podemos se destinadas por la Diosa Luna a algún miembro de la manada, creándose así el vínculo del amor eterno.

Cuando encontramos a nuestras parejas destinadas y nos aceptamos mutuamente, el lazo se hace eterno y el amor inquebrantable. Pero solamente se puede transformar el hombre mientras que su Mate adquiere habilidades o dones que le son regalos por la Luna, pero no es posible saber cuál fue el regalo hasta que se sella el vínculo y el hombre marca a su pareja eterna.

-Por esas casualidades ¿te asomaste a la ventana?- dice Lorena mientras remueve su café.

Lorena es una mujer independiente, llena de fuerza y vitalidad. Es una morena de metro sesenta y siete, curvilínea, ojos color café y pelo ondulado de color negro como la noche. Ella siempre camina con la cabeza en alto, es una persona que no le importan las habladurías sino más bien que las enfrenta y manda a la mierda a quien la moleste. Siempre viste pulcramente y a la moda, nunca la van a ver de zapatillas siempre zapatos con tacón.

Todo lo contrario a lo que yo soy. Mido un metro sesenta (justo), ojos color verde, pelo lacio y castaño claro. Obvio que tengo mis curvas, si no me privo de la comida, antes muerta que tener hambre o hacer dietas locas. Soy más bien una persona que siempre se preocupa por los demás y siempre pero siempre estoy alegre, o por lo menos lo intento.

-Siiiiiiiiiiiiii, un día hermosamente gris y con olor a tierra mojada, eso significa que se viene una tormenta – digo mientras agarro una tostada para untarle mermelada de ciruelas.

Soy una persona que ama las tormentas, el frío y el invierno. Me encantan los abrigos y gorros de lana. Son los días donde me siento cómoda y alegre, más si tengo una taza de café espumeante en la mano.

-Solamente a vos te gustan estos días lluviosos y húmedos – dice mi amiga mientras agarra su celular para ver las novedades del día en sus redes sociales.

Ambas tenemos 27 años y comenzamos nuestro emprendimiento a los 21. Estamos orgullosas de todo lo que hemos logrado juntas en este tiempo y ya tenemos nuestro primer local propio, wiiiiiiiiiiii. Por cierto nuestra tienda se llama "Luna Negra" y es una de las tiendas más populares del pueblo ya que somos las únicas que nos dedicamos a trabajar con ropa para mujeres reales y a la moda.

-Hoy llega un pedido grande de la ciudad no creo que llegue temprano a casa esta noche, quiero acomodar las prendas nuevas cuanto antes – digo mientras termino mi café. Lorena sigue con su mirada en su celular y de golpe abre los ojos, pareciera que se le fueran a salir de su cara. Madre mía y ahora ¿qué pasó? Me pregunto inconscientemente.

-NO SABEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEES- me grita la loca de mi amiga, saltando de su silla. Sus ojos parecen platos de lo grande que los tiene abierto, trato de ignorarla mientras empiezo a prepararme para ir a la tienda. Sinceramente me aterra cuando se comporta así.

-Seguramente no lo sé y creo que tampoco me importa – digo mientras me coloco mi gorro de lana azul marino con un hermoso pompón. Agarró mi cartera y me preparo para adentrarme al hermoso frío matutino que cubre a Moon White.

-Ayer volvió al pueblo el niño prodigo y futuro Alpha, obviamente que su amiguito también volvió – dice mi amiga mientras analiza mi reacción con su mirada.

- aja, que bueno – digo despreocupada y cierro la puerta de mi casa. En realidad si me preocupa, siempre estuve enamorada de Nicolás, él fue mi amor platónico de la infancia hasta que tuvo una relación con Katrina, una de las chicas más populares de la escuela y la que se encargaba de hacerme la vida imposible. Nicolás nunca me defendió de los maltratos y burlas que me hacia su entonces novia junto a sus amigas esqueléticas, todo lo contrario miraba para otro lado o me ignoraba. Era invisible a sus ojos, por lo visto.

Cuando terminamos el instituto tanto Nicolás como Mauricio (su Beta y mejor amigo) se fueron a la ciudad a estudiar una carrera y a prepararse para asumir sus futuros puestos como líderes de Moon White, desde ese día no le he vuelto a ver. Katrina se quedó en el pueblo esperando a ser la futura Luna de la manada, siempre se pasea por el pueblo con aire de superioridad, poca ropa y demasiado maquillaje. Mientras que yo abrí la tienda de ropa con mi mejor amiga, viviendo en un segundo plano mientras veo como la vida de todos cambia y la mía sigue siendo igual desde hace siete años.

Se me caen algunas lágrimas gracias a los recuerdos que marcaron mi adolescencia. Sé que tengo que mirar hacia adelante y lo estaba haciendo, soy feliz siendo como soy pero la noticia de que Nicolás volvió fue como topar con un balde de agua fría. Solo espero no cruzármelo en el pueblo. El con su vida y yo con la mía.

-Hola linda – escucho que alguien me dice, estaba tan absorta en mi mundo que no me di cuenta que ya había llegado a la Luna Negra. Me seco la cara con las manos, levanto la mirada y pongo una de mis mejores sonrisas destinada a una persona muy especial para mí como para Lorena.

-Hola Julia ¿cómo se encuentra el día de hoy? –Digo mientras busco las llaves del local en mi cartera. Maldita sea, porque traigo tantas cosas en esta cartera, mientras más grande más cosas guardo.

-Muy bien mi niña, todo va a salir bien no tienes nada de que preocuparte – me dice Julia con una hermosa sonrisa en su rostro avejentado por el tiempo.

Julia es la propietaria de un local de antigüedades que está justo al lado de nuestra tienda de ropa, es una mujer mayor y sin familia. Todos los días me espera en la puerta de su tienda para saludarme. Es un ritual para nosotras, somos como una especie de abuela y nieta.

-Te espero para tomar el té mi niña – escucho que dice Julia mientras abro la puerta de la tienda. Un olor a lavanda se impregna en mis fosas nasales, el olor a Luna Negra.

- Te veo a la misma hora de siempre, Ju – le digo mientras ambas nos metemos a nuestras tiendas para comenzar una nueva semana.

"todo va a salir bien no tienes de que preocuparte" escucho que repite mi mente - ¿Qué habrá querido decir la abuela Julia con eso? –murmuro para mí misma. Dejo ese pensamiento en un rincón de mi mente y preparo todo para comenzar un nuevo día en Luna Negra. Abro las persianas, cambio el cartel de cerrado por abierto y le doy volumen a la música.

-¡¡Qué comience nuestro día!! – grito para mí misma. 

MI LUGAR EN EL MUNDOWhere stories live. Discover now