En Milán.
Narra Alexandra.
Ya son las seis y media de la tarde, estoy tan perdida en mi diseño que no noto que ya casi todos han salido.
— Alex me voy a casa ¿te espero para cenar?
— No Caro, Maximiliano vendrá por mi.
— esto se pondrá bueno — me sonrojo un poco ante su comentario mi amiga aun no entiende que esto es algo y en cierta manera nuevo para mi —que cosas dices, anda ya vete a casa — sale de mi estudio y me quedo sola, saco un folleto del edificio de a lado, quiero comprarlo y hacerlo la oficina principal obviamente conectando ambos lados para que quede uno solo, pero sigo pensando en ello.
Sigo atenta al folleto cuando una voz me saca de mis pensamientos y me hace brincar del susto.
— ha! Maximiliano, que susto me has metido.
— disculpa bonita, no era mi intención ¿estas bien? — se acerca a mi y me abraza para tranquilizarme y me da un beso en la frente.
— si, ya se me esta pasando el susto.
— ¿nos vamos?
— claro — el toma mi mano y salimos del taller, rayos con solo tocar mi mano, en mi estomago empiezan a revolotear las mariposas.
Subimos al auto, y su asistente se lleva el mio a mi casa.
—¿ a donde te gustaría ir? — me pregunta
— hmm... — el sonríe al verme pensando.
— puedo — le digo viendo hacia la pantalla del GPS
— por supuesto, adelante — no se porque, pero con él, se va mi timidez, así que pongo la dirección.
Él sonríe al ver la dirección, y para mi es lógico que la conozca — te encanta la naturaleza ¿verdad?
— si — ahora sonrió yo, lo que no sabe es que amo el romanticismo creo que soy una romántica emperdenida, hoy en día, eso del romanticismo ya casi no existe. Y se me hace una forma romántica caminar al lado de tu pareja en un bello parque rodeado de naturaleza como ese. O bueno no lo sé, se que estamos empezando, pero me pareció algo agradable caminar un rato.
Después de un rato llegamos a ese precioso parque yo quería conocerlo realmente es maravilloso.
— No habías venido a este lugar ¿verdad?
— No, la verdad tenia muchas ganas de conocerlo, pero no había tenido la oportunidad, con todos los proyectos que hay en este momento no había podido.
— ya veo, pero sabes algo, me alegra que sea yo quien te acompañe.
— ah mi también, me alegra que sea así — sonrió y lo miro a los ojos.
— que te parece si vamos a cenar y después regresos a caminar otro rato.
— me parece buena idea.
— bien, ven conozco un lugar que se que te encantara — toma mi mano y me lleva a un pequeño restaurante que no esta muy lejos del lugar y no se equivoca, de verdad esta muy bonito.
Nos sentamos en una mesa cerca de la ventana, pedimos lo que queremos comer, y después de un rato nos llevan nuestra comida, empezamos a cenar, pero me pongo un poco nerviosa porque no ha apartado su vista de mi.
Le sonrío — ¿pasa algo?
Él niega con la cabeza — Nada solo te observo, la verdad es que me encantan tus ojos.
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EL CONTRATO
RandomAnna una chica de 18 años que lucha por perseguir sus sueños, pero su padre, prácticamente la obliga a casarse con un hombre que ella no conocia. Agustin director ejecutivo de carter Corp con tan solo 25 años habia hecho muchas cosas, pero se decia...