Capítulo - 18 - Veremos si la chica puede domar al gran Agustín

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Cuando Agustin regreso a la habitación, Anna se iba despertando, miró aturdida a Agustín que se acercaba a ella.

—Anna ¿Cómo te sientes?— preguntó Agustín, pero Anna le respondió con otras preguntas.

— ¿Dónde estoy? ¿Qué fue lo que me pasó?

— Estás en el hospital, cuando te encontré, estabas ardiendo en fiebre, y te traje aquí. - que le respondió Agustín. Anna parpadeo varias veces, lo único que recordaba era que había salido del baño con mucho frio y se metio a su cama.
Agustin llamo al medico para que la revisara, minutos después el doctor entró a la habitación.

— Siente algún malestar ¿Cómo dolor de cabeza o dolor de garganta? — preguntó el doctor y Anna negó con la cabeza.

— No doctor me siento muy bien. — respondió ella, lo único que Anna quería era salir del hospital.

— Eso es bueno, solo esperaremos a que se acabe el suero, y podrá irse espero que ya no se estrese tanto. Esta muy joven para esas cosas — dijo el doctor. Anna se sorprendió.

— ¿Cómo sabe eso doctor? — preguntó Anna.

— Niña ya soy viejo, y me doy cuenta de algunas cosas, estas muy joven como para estresarte demasiado, toma todo con más  calma. - que dijo el doctor sonriendo.

— Gracias doctor, tomare su consejo. — respondió ella.

— Buena niña, me despido, espero que te cuides más, de lo contrario te veré aquí mas a menudo, y eso no será bueno. — Anna negó con la cabeza.

— No, no doctor le prometo que me cuidare más. — el doctor asintió, y salio de la habitación y el silencioso Agustín por fin habló.

— Anna, no iras a la universidad, por tres días. — dijo Agustín, tomando en cuenta la recomendación del doctor.

— ¿Por qué Agustín? — preguntó Anna, un poco molesta por lo que él había dicho.

— Es por recomendación del doctor. - qué respondió Agustín.

— No importa, no puedo quedarme todo el día en esa casa encerrada, además ya me siento bien, puedo ir a la universidad, sin ningún problema. - dijo ella.

— Anna, has caso de lo que te dicen, si no hubiera ido a verte esta mañana no se que hubiese pasado, y tú padre jamás me lo hubiera perdí ado, además le prometiste a ese doctor que te cuidarías. — dijo Agustín, tratando de hacerla entrar en razón.

— Pues me hubieras dejado morir, tal vez es eso lo que quiero — respondió ella.
Al escuchar esto último Agustín se enojo.

— Deja de decir estupideces Anna, mientras estés a mi lado, nunca dejare que eso suceda.
— dijo Agustín molesto y alzando un poco la voz.

— ¿Qué se supone que significa eso? No estare contigo por mucho tiempo, recuerda que en un año o dos tu y yo nos divorciaremos, y cada quien podrá hacer su vida cómo mejor le plazca. -

— Por favor, no hablemos de eso en este momento. - que dijo él.

— ¿Qué es lo que te molesta Agustín? Tú mismo lo dijiste o me equivoco.

— Ya basta, sé muy bien lo que dije y me arrepiento de eso. Por el momento dejemos esto por la paz. esta bien, no quiero llegar a pelear contigo. — dijo el, dejando a Anna sin habla, pero con un millón de preguntas en su cabeza.


Por la tarde dieron de alta a Anna
Agustin y Anna llegaron a casa

— Gracias por a ver estado conmigo en el hospital, y disculpa las molestias que te cause me iré a mi habitación. — dijo ella y subió las escaleras.

Agustin ya no le dijo nada mas y la dejo que se fuera. Y decido reunirse con sus amigos, necesitaba hablar con ellos.

En un bar de la ciudad

Los cuatro hombres estaban bebiendo whisky. Hasta que agustin habló.

— Tengo que decirles algo y ni siquiera se como empezar ni como fue que pasó — dijo el, atrayendo la atención de sus amigos tres amigos 
—¿Que cosa? — preguntaron los tres.

— Creo que Anna me gusta, mas de lo que me pude llegar a imaginar. — dijo él.

— Lo sabía, sabía que tarde o temprano ibas a caer. — respondió Rafael.

— Ya me lo había imaginado. — dijo ahora Iván

— Te dije que te arrepentirias, de todo lo que hiciste. — dijo ahora Javier.

— ¿Eso que significa Javier? — preguntaron al unísono, Rafael e Iván.

— Bueno pues le dijo queridos amigos, que aquí nuestro buen amigo Agustín, hizo un contrato con su esposa. — respondió Javier.

—¡¿Qué?! — dijeron ambos.

— ¡¿Qué has dicho Javier?! — dijeron de nuevo ambos incrédulos, ante lo que habían escuchado.

— Cállate Javier, y eso no es asunto de ustedes. — dijo Agustín molesto, pues sabía que sus amigos no lo dejarían en paz.

— Amigo,  creo que ya estas enamorado de esa mujer, a decir verdad ya quiero conocerla. — dijo  Rafael.

— ¿Cómo sabes eso?  dime como sabes, que me he enamorado de ella. — dijo Agustín y Rafael no pudo evitar rodar los ojos.

— Por dios Agustín, te conocemos desde hace mucho tiempo y tú no eres un hombre muy afectuoso que digamos, eso sin contar que no te interesa nada más que tu y tu familia, ahora bien, hoy estuviste con ella todo el día, te preocupaste por ella, me dirás que eso no te dice nada. — dijo Rafael y Agustín se puso a pensar en ese echo.

— Bueno si, pero lo hice por consideración. — respondió Agustín y los tres negaron con la cabeza.

— No vieron por ahí al señor considerado. Agustín, tu nunca has sido considerado con nadie. — dijo Iván.

—  Eso es cierto, ni si quiera con nosotros, lo que me sorprendió fue que dejaras aún lado tu trabajo, con tal de cuidarla. - que dijo ahora Javier.
Agustin suspiro y pensó, en lo que sus amigos decían.

Tal vez tengan razón, me preocupe por ella y no pide dejarla sola, ¿De verdad me enamore de ella?

Se preguntó el mismo.

Pero  no creo que ella se enamore de mí, no después de todo lo que le he echo, ni como la eh tratado.

— Agustín, hay amigo, tierra llamando a Agustín, en que piensas hombre. — dijo Javier al ver a su amigo, perdido en sus pensamientos.

— En nada, no me hagan, caso ustedes continúen disfrutando de la noche, yo me retiro. — Agustín se levantó de su asiento y se retiro.
Javier, Iván y rafael vieron salir a Agustín y ellos se quedaron charlando.

— Javier ¿De verdad crees que Agustín ya se ha enamorado de la chica? — preguntó Rafael.

— Hay una gran posibilidad. Al fin y al cabo Agustín esta acostumbrado, a que siempre le hagan caso en todo lo que el pide, pero ella no es así, además de que es joven, es obvio que tiene su temperamento, pone sus propias reglas y alza la voz ante todo.

— tiene sentido lo que dices, esto es algo nuevo para él, esta experimentando eso, puede que eso es lo que le este atrayendo de la chica, vaya veremos si la chica puede domar al gran Agustín. — dijo Iván.

— Quieren apostar, a que Agustín caerá rendido a sus pies. —
Rafael e ivan dijeron que si.

EL CONTRATODove le storie prendono vita. Scoprilo ora