Capítulo - 28 - Si, es su hija, pero ahora es mi esposa

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Cuando Agustín llego, Anna estaba en casa de su padre siendo reprendida por él, José estaba tan molesto que los gritos se escuchaban hasta la puerta de entrada.

— Anna, en que diablos estas pensando, como fue posible que te fuiste sin siquiera avisarle a tu marido a donde ibas, yo creí que habias uido de nuevo. — cuando José, estaba molesto, su voz era más demandante de lo normal, a esto era a lo que Anna le temía.

— Perdón por eso, pero ¿Cómo le avisaba a Agustín? Si ni siquiera sabia dónde estaba, ¿Cómo querías que le avisara? — respondió ella, y esto molesto más a José.

— Ya discutí eso con él, Anna tienes que entender una cosa, él es tu esposo y tienes que avisarle a dónde vas y con quien estás. — ésto molesto a Anna, así que no quiso quedarse callada.

— Si, él es mi esposo, el esposo que tu me pusiste, me entregaste a él cómo si yo fuera una mercancía, si ya no me querias aqui mejor me lo hubieras dicho, y yo me hubiera ido lejos, en lugar de casarme con un hombre al quien no amaba, ahora esta feliz, estas feliz de ver a tu única hija infeliz. —Anna exploto ante las palabras de su padre, pero José se enojo aun más y abofeteo a Anna, él nunca le había levantado una mano, pero esta vez lo hizo.

— Y ahora me golpeas, qué acaso tengo razón, te odio papá nunca fuiste cariñoso conmigo yo no se que fue lo que te hice y si no me querías mejor me hubieras mandado a un orfanato. — Anna tenia los ojos rojos, no quería mostrarse débil frente a su padre, no quería llorar, pero el nido en la garganta que se le había formado, amenazaba con salir.

— Anna, no digas mas estupideces. — dijo José entre dientes.

— solo dijo la verdad padre — respondió Anna. José estaba apunto de abofetear a Anna de nuevo pero Agustin llego y escucho los gritos desde abajo, se apresuro a subir y vio las intenciones de José y lo único que hizo fue, abrazar Anna y el golpe de jose cayó sobre la espalda de Agustin.

— Agustin, no te metas en esto, Anna es mi hija y tengo que educarla, ella tiene que aprender a respetarme. — José estaba molesto ahora con Agustín.

— Si, Anna es su hija, pero ahora es mi esposa y la protegeré incluso de usted, si es necesario. usted mismo la puso en mi camino y no permitiré que le levante la mano de nuevo, no mientras yo viva. —Anna aun seguia en los brazos de Agustin y al escucharlo se sorprendio, nunca se imagino que Agustin recibiera un golpe por ella, o que la defendiera de su padre. Anna seguia aturdida cuando Agustin hablo.

— Vámonos Anna, salgamos de aquí. — Agustín la tomo de la mano, y salio junto con ella del estudio de José.

José se sorprendió ante el comportamiento de Agustin, seguia creyendo que Agustin era el hombre perfecto para Anna y al parecer no se habia equivocado. Sonrio ante eso.

Cuando llegaron a casa, Agustin vio la cara roja de Anna le pidió a Maggie unos cubitos de hilo para ponerlo en la delicada cara de su esposa, para evitar la inflamación.

— ¿Por qué fuiste a ver a tu padre sola Anna? ¿ Por que me dejaste solo en Cancún? — si bien Agustin había pensado en vengarse de ella, por haberlo abandonado, esa idea se esfumó al ver a su esposa en tal situación.

— Agustin no estoy de humor para reclamos, por favor solo quiero ir a mi habitación. Y disculpa por lo de mi padre. — ella no quería hablar, se sentía mal, por lo sucedido con su padre. Agustín lo ente dio a la perfección y la dejó ir, sin hacerle más preguntas.

— Está bien, hablamos en otro momento.
Llevate esto buscaré alguna pomada, para ponertela. — dijo Agustín y Anna asintió.

Anna regreso a su habitación, pensando en las cosas, si bien sabia que su padre la queria aun no entedia la manera en que lo hacia y a veces ella explotaba como ahora. Despues de todo era su padre y ella no podia hacer nada al respecto.

A la mañana siguiente Anna se desperto, se lavo la cara, se arregló y bajo a desayunar, Agustin ya estaba en la mesa.
Agustin acarició la mejilla de Anna

—¿Cómo te sientes? ¿Todavía te duele? Aun se ve un poco hinchada. — dijo Agustín observándola muy bien su expresión.

— No, ya no me duele, oye gracias por lo que hiciste ayer por mi. — dijo en un susurro, y apartó la mirada de él. Él tomó su mentón con sus dedos y la hizo mirarlo.

— Te dire lo mismo que le dije a tu padre, no dejare que nadie te haga daño, aunque sea tu padre, el que lo intente, anda desayuna yo me tengo que ir a la oficina. — Agustin le dio un beso en la frente, para despedirse de ella y Anna se quedo inmóvil no supo que hacer.

Despues de que termino de desayunar Anna no tenía mas nada que hacer, en esa casa no la dejaban hacer nada así que decidio ir a visitar a su suegra. Para darle algunas artesanías que habia comprado en su viaje. Pues sofia se habia portado bien con ella.

Una hora después estaba en la residencia de los Álvarez.

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