Capítulo - 56 - El lazo sanguíneo qué las une

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Para Daniela, fue como si una bomba le hubiera caído en sima. Y no podía creer que la vida le estaba dando una segunda oportunidad

Daniela

No lo puedo creer, esto no es un sueño verdad, tengo justo en frente a la niña que he extrañado durante años, ella es realmente hermosa, y se parece un poco a su padre, pero no entiendo que hace aquí, como es posible que su padre la dejara venir a otro lugar, amenos que, no, eso no es posible, él nunca dejaría el lugar donde nació.

Anna la saco de sus pensamientos. —
Subdirectora, ¿se siente bien? ¿Quiere que la lleve a la enfermería?

— oh, no yo me siento bien una disculpa.

— no hay problema, pero dígame para que me necesitaba.

— solo quería conocerte y presentarme, ya que cuando te inscribiste, solo estaba el director.

— muchas gracias, ahora volveré a mis clases.

— si ve no hay problema.

Anna salio de la oficina de la subdirectora, sintió, como si la hubiese visto en otro lugar, pero no le tomo importancia.
Las clases concluyeron Lana, como siempre llevo a Anna a su trabajo.

— gracias Lana, si no fuera por ti no llegaría,

— no hay problema nos vemos mañana.

Las chicas se despidieron y Anna entro corriendo a la cafetería. — Anna corre llegas tarde — dijo su amiga Carolina, quien trai su uniforme, en las manos, para que Anna se cambiara.

— si, lo sé, me cambiare en seguida, gracias — Anna se cambió rápidamente y comenzó a hacer su trabajo ellas eran meseras en ese lugar.

Después de una tarde noche larga de trabajo Anna y Carolina se fueron a casa. Se sentían afortunadas, Carolina era una chica de 21 años, que tambien se había escapado de casa, ella estaba terminando su carrera de administración de empresas, y por esa misma razón entendía un poco a Anna.

En el camino.

— Oye Anna ¿qué te parece si salimos este fin?

— Caro, no creo poder tengo que prepararme.

— ¿prepararate? ¿para que?

— En la universidad habrá un concurso, y yo quiero ganarme una beca, sabes quiero ser una gran diseñadora de modas, quiero ahorrar y poner mi propia empresa, te imaginas si lo hago, podría contratarte.

— oye eso seria fantástico. —
Las dos chicas sonreían, pronto se despidieron, para seguir con su camino y llegar a casa.

En la mansión Thompson.

Daniela acompaño a Lana a su habitación, queria saber mas de Anna, ya que su esposo le habia comentado, que las chicas eran amigas, esa habia sido la verdadera razón por la cual la queria conocer, pues Lana había tenido malas experiencias con algunas amistades, y Daniela siempre cuidaba a Lana para que no la lastimaran. Madre e hija se sentaron al borde de la cama.

— Lana, hija dime que es lo que sabes sobre Anna.

— mamá no empieces, ella es mi amiga y trabaja para solventarse, no creo que sea como las otras.

— lo sé Lana, solo quiero estar segura.

— bueno, no se mucho, solo se que es de México y que trabaja en una cafetería, cada vez que salimos la llevo ahí, bueno el chofer nos lleva.

—¿ella de verdad te cae bien Lana?

— por supuesto, a pesar que siento como que siempre anda triste, ella trata de sobrellevarse, no se mete con nadie en la universidad, es sencilla y carismatica.

— bueno, eso me tranquiliza, descansa hija nos vemos mañana.

— hasta mañana mamá, que descanses. —Daniela salio de la habitación de su hija

Daniela

No puedo creerlo aun, mi hija, la hija que abandoné, por que no lo puedo llamar de otra forma, esta aquí pero me pregunto que fue lo que paso para que eso sucediera.

A decir verdad después de que me case, regrese a México por ella, pero al ver a jose, no pude hacer eso y dejarlo sin Anna, ya me habia ido yo no podia separarlo de nuestra hija, con todo el dolor de mi corazón la deje con el, despues quede embarazada y ya no me fue tan facil regresar a verla, pero le doy gracias a dios porque le di un buen padre, yo sabia que el la cuidaria, de verdad espero que Anna me perdone.

Y se me hace increible, como las dos hermamas se llevan bien de verdad es cierto lo que dicen la sangre llama, aun que no se como tomaran la noticia cuando sepan que son medias hermanas. Por ahorita solo la ayudare desde lejos en lo que encuentro la manera de decirle que soy su madre y tengo que saber que es lo que paso con su padre.

Daniela llegó a su habitación pensativa y Thomas la saco de sus pensamientos.

— Daniela, dime ¿en que pienas?

— recuerdas que antes de casarme contigo te dije que tenia una hija.

— si, lo recuerdo, tambien recuerdo cuanto llorabas por ella, pero no quisiste quitarsela a su padre.

— que me dirías, si te digo que ella esta aquí.

—que has dicho Daniela.

Daniela empezó a llorar — lo que oyes Thomas, mi hija esta aquí y va en nuestra universidad, no sabes cuantas ganas me dieron de abrazarla, pero no lo puedo hacer, no se que pasara cuando sepa que soy su madre, hay Thomas no se que hacer.

— tranquilizate Daniela, deja que las cosas fluyan y el tiempo dira, que es lo que pasara.

— Thomas, eres un buen hombre fui afortunada al casarme contigo.

Thomas se levantó de la cama y abrazo a Daniela, le dio un beso en la frete. — te amo y eso lo sabes y ahora dime ¿quien es la chica?

—es Anna, ella es mi hija.

—Anna, ¿la amiga de nuestra hija?

— si, ella misma.

— vaya jamas me lo hubiera imaginado aunque a decir verdad se parece un poco a ti, como no lo note antes.

— no se que pasara con Lana y Anna, cuando sepan el lazo sanguíneo que las une.

— no te preocupes por eso ahora ven vamos a dormir mañana platicaremos bien de eso.

Daniela se acostó, junto a su esposo, pero su cabeza le daba vueltas, al recordar a Anna y su corazón se llenaba de alegria.

EL CONTRATODonde viven las historias. Descúbrelo ahora