Pequeños Recuerdos Parte 2

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Hoy me tocaba ir a trabajar. ¿Quién diría que trabajaría con niños pequeños?

Me levanté temprano, no quería llegar tarde el primer día. ¿Y a quién tenía que darle las gracias por todo esto? A Dani, siempre Dani...

Espero que Jesús se recupere pronto porque no me gusta verlo ahí en la camilla del hospital. Tan frío y apagado... Pero tengo la esperanza de que no perderá la memoria. Sé que exagero mucho con estas cosas, pero Daniel cuando quiere algo, lo consigue, y el sueño que tuve, no me da buena impresión.

Vestí un mono vaquero con una camiseta negra de media manga, junto con mis All Stars blancas (Las aaamo). Bajé abajo y cogí mi bolso donde metí las cosas necesarias, y de repente, alguien bajaba por las escaleras.

-Buenos días. -Me dijo estirandose mientras miraba por la ventana.

-¿Qué haces aún en pijama? -Le contesté seria.

-La discográfica aún no ha llamado y tengo que esperar. -Dijo acercándose a mí.

-Pues yo me tengo que ir, asique cuando venga, quiero todo en su sitio y la comida hecha. Además, tengo que ir a visitar a Jesús. ¿Me pregunto cómo pasaría la noche junto a Patricia?

-¡Pero porqué tengo que hacerlo todo yo! -Dijo molesto.

-¡No hubieras hecho lo que hiciste! -Le dije ya harta de sus tonterías. ¡Hace como si no hubiera pasado nada!

-¡Fue un error! -Dijo.

-Un error ¿verdad? ¡Un error! -Cogí mis cosas y salí por la puerta sin más discusión. Le dejé sólo, yo también me siento sola, todos estamos sólos.

Llegué al Museo, se llamaba "Le France" y estaba bastante bien, o eso parecía. Entré con timidez. Me encuentro con un grupo de niños hermosos acompañados por sus madres. Todos cuchicheaban.

-Emmms ¡Hola! -Me paré delante de ellos. Todos pararon de hablar.

-¡Hooolaa! -Dijeron los pequeños al unísono corriendo hacia mí. Me abrazaron. ¡Qué detalle!

De repente llegó una de las empleadas y nos dirigió a la sala que nos correspondía. Las madres ya se iban yendo.

Cerré la puerta y todos estaban callados.

-Bien -Dije. -Hoy nos vamos a conocer todos. Sentaos en círculo por el suelo. -Todos hicieron caso. Eran un grupo de unos veinte niños. -Empezaremos a decir nuestros nombres y años. Empieza tú. -Dije señalando a un niño rubio de ojos verdes. Está claro que todos son españoles o medio españoles, ya que sus padres vienen de allí. El niño empezó.

-Holaa, me llamo Pedro y tengo 6 años. -Le siguió una niña pelirroja.

-Holaaa, me llamoo Érica y tengo 5 años. -Siguió una niña morena.

-Bonjú, me llamo Cristina y tengo 4 años. -Seguida de un niño rubio.

-¡No es bonjú Cristina, es Bonjouuur! Ah, me llamo Carlos y tengo 8 años. -¡Qué simpático! Siguió un niño castaño.

-Yoooo me llamoo Izan y tengo 5 añoos. -Le siguió una niña rubia.

-Ahhh, y yoooo me me llaamomoo Orianaa y tengoo 4 añitos. -Dijo ella con su salero. Já.

Y así hasta acabar con todos, uno se llamaba Isaac, otro Marcos, otra Lucía, otra Lorena...

Pasamos así toda la clase, hasta que se terminó. La siguiente era el Miércoles, hoy era Lunes. Era sobre la una y media de la tarde y me pareció temprano para hacerle una visita a Jesús, asique decidí echar un vistazo al museo, las pinceladas de los cuadros, lo marcos tan trabajados, la expresión del artista... Estaba a mi bola, este era mi lugar, seguía mirando las exposiciones.

-¡Aaauch! -Gritó una mujer.

-¡Lo, lo siento! -Me disculpé, mirándola. -¿Nerea? Já. -Dije impresionada por verla.

-¿Helenaa?? -Dijo ella un poco extrañada. -¡Helenaaa! -Me había reconocido. -¿Qué haces aquí? Tengo muchas cosas que contarte, ¿Cómo se te ocurre desaparecer sin decir nada? ¡Hace meses que no te veeeo! Tengo muchas preguntas...

-Nono, ¿Qué haces tú aquí? A ti no te va estoo. -Le dije.

-Oye, ¿qué tal si nos vamos a tomar un café y hablamos del tema? -Dijo.

-Perfecto. -Sonreí.

En el café...

-¿Enserio? Jajaja -Dijo ella tomado un sorbo de café.

-Sii jajaja y después le tiré en el sofá a pegarle en la espalda mientras se moría de la risa jajaja. -Le decía entre carcajadas.

-Y... ¿Sabes algo de Jesús...? -Dijo con timidez.

-Vivo con él... Y con Daniel y Patricia. -Le dije antes de que se alterara.

-¿Cooomoo? ¿Y eso? ¿Estás saliendo con él? Dime que no. -Me empezó a decir.

-¡Nooo! Estoy viviendo con ellos, aquí en Francia desde que me fui de la boda, esto es para ayudar a Daniel, tiene obsesión conmigo, y eso hay que quitárselo. Por eso quiero que Dani esté bien... -Dije bajando el tono de voz.

-Pobre... Lo entiendo, pero... ¿Cuánto durará?

-No lo sé, no sé, pero espero que pronto porque las cosas van mal, Jesús en el hospital, Dani sobresaltado...

-¿Je- Jesús? ¿Qué? -Se puso pálida y escupió el café. -¡Donde está! ¡Quiero verlo, necesito verlo! -Se alteró y se levantó de la silla sin saber qué hacer.

-Espeeera. -Dejé la propina en la mesa y me dirigí al coche para que Nerea pudiera entrar en él. La llevaba a ver a Jesús. Sé cómo es Nerea, y si algo le importa, hace lo imposible por conseguir su meta. Pero me extrañó que preguntara por Jesús.

Pequeños Recuerdos「JD」Where stories live. Discover now