Capítulo 53 (Capítulo Final)

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Lo primero que hice fue abrazarle, abrazarle con tanta fuerza que nunca pudiese soltarlo. Me sentía protegida, acogida en sus brazos.

-¿Qué haces aquí? -Dije llorando aún en sus brazos.

-Estoy aquí porque te quiero, te quiero demasiado.

-Yo...

-Shh, no pasa nada. -Me calló y me llevó a dentro.

-¿Quién es mami? -Escuché decir desde el salón.

-Em, espera. -Me aparté de él y fui hacia el salón. Cogí a Dakota de la mano y la llevé al pasillo. -Daniel, esta es Dakota.

-Hola... -Dijo él tirando las flores al suelo. Se arrodilló frente a Dakota y le cogió de la mano.

En ese instante tan pequeño sentí como cien emociones a la vez, era una conexión increíble, una conexión que nunca se había separado, sólo estaba a distancia.

Daniel se alejó.

Dakota me volvió a coger de la mano.

-¿Quién es mami? -Me susurró al oído.

-Oh, él, él es... -Miré a Dani, que asintió con la cabeza-. Él es un amigo...

No fui capaz de decirle a Dakota que Dani era su padre, era muy difícil comprender eso para una niña tan pequeña.

Escuché abrir la puerta.

Esta vez era Lunna.

Se quedó asombrada por su llegada.

-Dani... -Fue corriendo a abrazarle-. Em, ¿qué me he perdido?

Creo que Lunna entendió perfectamente lo que pasaba, porque de repente dijo:

-Ei, Dak, ¿vamos a tomar un chocolate al Centro?

Y a Dakota no se le podía escapar oportunidad como esa. Asique cogió su abrigo y se fue con Lunna por la puerta, dejándome así, sola con Dani.

-Siéntate, por favor. -Le ofrecí.

Mientras él estaba sentado en el salón, yo fui a la cocina a preparar algo para la cena de Noche Buena.

Cogí unos descafeinados y los llevé al salón. Me senté a su lado y le quité voz a la televisión.

-Toma. -Le di uno de los descafeinados.

-¿Cómo estás Helena?

-Ahora soy Lissa.

-Bueno, ¿Helisa? -Dijo bromeando.

-No, -Sonreí-. Simplemente Lissa. -Le corregí-. Y estoy, bien, sí, bien.

-¿Porqué no le dijiste a Dakota que yo era su padre?

-Dani, es muy difícil de decirle algo así a una niña de ocho años, ocho.

-Hace ocho años, mi...

-Lo sé, tranquilo, puedes decirme todo lo que quieras. -Puse mi mano en su muslo.

-Supongo que, ¿ha pasado mucho tiempo? ¿No? -Esbozó una media sonrisa.

-Sí. -Contesté con sencillez.

-Tengo muchas preguntas a las que me gustaría saber la respuesta.

-La verdad, no tengo respuesta para todas...

-Me pregunto, -se levantó del sofá y se dirigió a la ventana. Llevaba puestos unos pantalones vaqueros medio ajustados, chaqueta de camuflaje con tonos naranjas y zapatillas Nike de color negro. Lo que más me asombraba era su pequeña barba de dos días, le hacía la cara más sexy-. Si alguna vez has pensado en mi todo este tiempo, si le hablaste a Dakota de su padre, si te acordaste de mí, pero lo que más ansío saber, es ¿porqué te fuiste de mi vida?

Dejé el café en la mesa y me acerqué a él.

-No tengo respuesta a eso, quiero decir, no sé cómo decírtelo.

-Te queda muy bien el pelo corto. -Me cogió un mechón que me colgaba en la mejilla y me lo pasó a detrás de la oreja.

Sentí un pequeño escalofrío en todo el cuerpo.

-Gracias. -Contesté tímida.

-Hola, soy Daniel Oviedo, tengo 33 años y quiero pasar el resto de mi vida a tu lado. ¿Qué me dices?

-¿Estás volviendo a empezar? Porque si es así...

-Sí, estoy volviendo a empezar.

-Me prometiste un para siempre y lo has cumplido, nunca has dejado de luchar por mí, y me digo a mi misma, ¿cómo no me he dado cuenta antes?

-Quizás necesitabas que alguien te despejara la mente, alguien, o algo.

-Dani, -dije mirándole directamente a los ojos-. Yo...

Pequeños Recuerdos「JD」Onde as histórias ganham vida. Descobre agora