Parte 23: Comienzan los preparativos... y los problemas también.

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Arantxa había aceptado casarse con Oliver, porque ya no quería vivir sin él, y lo amaba, y porque había decidido continuar con su vida. Decidieron preparar todo en seis meses, para dar la oportunidad de que todos sus seres queridos coincidieran para esa fecha especial, y él se sintió el hombre más feliz del mundo, puesto que estaba haciendo su sueño realidad.

Pero, nunca faltaba un problema. Nathalie se enteró del compromiso de Arantxa y Oliver, y casi le dio un ataque. Cuando lo supo, destrozó un espejo, ya que en cierto modo ella aún quería al que fue el padre de su hija. Y habían otras personas que tampoco aceptaban ese compromiso. Vicente estaba desilusionado, porque se sentía muy atraído por ella, pero al final había entendido que el cariño que ella le tenía era de hermanos. Y, Nury también había puesto el grito al cielo, porque no pensaba que lo de ellos iba tan en serio.

Nathalie llamó a Ainhoa, y le dijo en su llamada:

–Es increíble cómo cambian las cosas. Seguro que tú estás apoyando esa marramucia¹. No puede ser posible que tú prefieras apoyarlos a ellos que a mi que soy tu amiga.

–Primero, Nathalie Carrillo, le vas bajando dos a tu intensidad -le respondió Ainhoa, visiblemente molesta-. Segundo, para mi primero es mi familia, y Arantxa es mi hermana gemela. Y tercero y no menos importante, no apoyo tu locura. ¿Tú no dices que amas a tu esposo? ¿Cuál es el juego que te traes entonces? Ubícate en tiempo y espacio.

Después de esto, Ainhoa colgó la llamada, con la cara roja por la rabia. Sergio, al verla así, le preguntó:

–¿Qué pasa, mi principessa? ¿Qué te tiene así?

–Nathalie y el colmo del descaro, cielo. Se enteró del compromiso entre Oliver y la morocha y me dijo de todo, pero la hice ubicarse en tiempo y espacio.

–Santo Dios... ¿Será que esa mujer se volvió loca? Si Felipe no le pone freno, tu hermana lo hará y de la peor forma.

–Ay, cielo. No me gustaría que Ari se entere. Si se entera, va a ser un gran lío. No digo Oliver, que de verdad también ha sido víctima de esas circunstancias.

Mientras tanto, y en la clínica, Nury abordó a Oliver en su oficina. Le dijo:

–Hola, Oliver. ¿Estás ocupado ahorita?

–Pasa, siéntate. Tú me dirás qué te trae a mi oficina.

–Bueno... ¿Es cierto que te comprometiste para casarte con Arantxa? Yo pensé que tú y yo tendríamos un futuro.

–Ok, Nury. Te voy a aclarar una cosa. En primera, tú y yo no tenemos ninguna relación, para que me estés reclamando nada. En segunda, Arantxa es la mujer con la que quiero pasar el resto de mi vida. Y en tercera, pero no menos importante, tú dañaste los planes de futuro que teníamos. Si soy muy sincero, disculpa, pero es la verdad.

–Yo te amé, Oliver. Y aún siento algo por ti. Por favor, escúchame.

–Destruiste con los pies lo que has construido con las manos. Yo te amé. Pero, lo echaste todo a perder con tu actitud fría. No eras la Nury que conocí. Y no hay vuelta atrás. Si me disculpas, voy a trabajar.

Al decir esto, Oliver la invitó cordialmente a salir, mientras que ella no hallaba qué decir. Mientras tanto, Vicente bajó, del Centro de Mecánica de la institución donde trabajaban él y Arantxa, hasta el Centro de Seguridad en Informática, ya que estaban adyacentes. Él estaba consciente de que ella y Oliver se amaban verdaderamente, e iba a felicitarla, ya que había entendido que ella lo amaba como a un hermano. Al llegar a la oficina, tocó la puerta, y la voz de Arantxa dijo:

–Adelante, bienvenido quien viene.

–Hola Ari -dijo Vicente al entrar y luego cerrar la puerta-. Te vuelvo a felicitar. Estás más radiante desde que te comprometiste con Oliver.

–Vicente... Estás raro. ¿Tú de pana me estás felicitando? Si me habías dicho que te gusto.

–Te lo dije, pero no voy a echar a perder nuestra amistad ni la hermandad que tenemos por una calentura. Eres atractiva, pero eres la prima que nunca tuve.

–Gracias, Vicente. Vamos a tomar café en la oficina de Ramsés... Ese es el punto de encuentro de todos los que trabajamos aquí en Seguridad en Informática. No los conoces a todos...

–Conozco a Gabriel porque comparte la oficina contigo, pero a los demás no. Traje pan dulce y si son la cantidad que pensé, podemos comer todos, hasta tu jefe.

–Sí, Eduardo está aquí, y por cierto, está detrás de ti -dijo Arantxa, señalando a su jefe, mientras él se reía-. Hola, Edu. Llegaste a tiempo para el pan dulce y el café.

Eduardo le dijo:

–Gracias, Ari, hola Vicente. Pájaro de mar por tierra...

–Bueno, Eduardo... Orlando necesita ayuda en varios proyectos y estamos haciendo la tarea. Ari me dijo que es la  hora del café vespertino aquí.

Pasaron a la oficina de Ramsés, quien era el encargado de programación de ese departamento. Ya la secretaria del departamento tenía el café listo y esperaba a Arantxa, a Eduardo y a Vicente. Sirvió el café, y Vicente puso a disposición el pan dulce. Comieron, y Eduardo pidió la atención de los presentes. Dijo:

–Señores, señoritas... Una de nuestras profesionales se casa. Arantxa se comprometió con el hermano de Yauri, y la boda es en unos meses. De parte del presidente de la Fundación, de parte mía y de todos los que te conocemos, nuestro abrazo.

–Ay, Edu, gracias -dijo Arantxa, mientras sus compañeros y Vicente aplaudían y la felicitaban-. No esperaba esta felicitación de parte de ustedes aún, gracias muchachos.

–Eso es para que veas que aquí te queremos, Ari -dijo Gabriel, y Ramsés lo secundaba, diciendo:

–Eres un sol, Ari. Te hiciste querer por todos nosotros aquí en la Fundación, y estaremos contigo en tu boda.

Arantxa abrazó a Eduardo, a Gabriel y a Ramsés, para luego decir:

–No vayan a mi boda para que vean... Ustedes son mi cortejo junto con mis hermanos. Ya lo dije...

Mientras tanto, Nathalie rumiaba su rabia a solas, ya que Felipe estaba de viaje y Marianna temporalmente estaría en la casa de sus abuelos, mientras organizaban la boda de su padre y Arantxa. Ella se lo había advertido a su madre, que se iría a casa de sus abuelos si seguía con su drama.

La PeregrinaWhere stories live. Discover now