XXX

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Se escucha otro grito. Desde otro lugar. Una respuesta.

No es un grito humano. ¿Un animal?

-¿Qué mierda es eso? -murmuro, con la mano todavía posada sobre los músculos de su estómago desnudo. Alguien le ha levantado la camiseta de un modo completamente indecente. Ah, fui yo.

-Está bien. Es un puma. No hay peligro -susurra Jungkook, y lleva mi mano más abajo.

Ah. Guau.

Definitivamente, está muy excitado por lo del puma.

Lo que me súper excita a mí.

Espera. ¿Puma?

-¿Puma? -musito vehementemente.

-Maullando. Probablemente está buscando pareja -informa Jungkook, con voz de dopado-. Dios, tu mano se siente tan bien.

-¿Nos van a atacar? -digo, y mi voz también suena dopada. Sé que tendría que sacar la mano de sus pantalones, pero me está costando transmitirle el mensaje a mi dedos, que realmente quieren quedarse y seguir explorando. El cuerpo me dice: ¡Ah! he estado navegando durante meses en un océano desierto, y finalmente he avistado tierra. Tierra fértil. Tierra mejor de lo que recordaba. No pienso darle vuelta al barco ahora.

-¿Qué? -murmura.

-¿Hablé en voz alta?

-¿Es un juego de piratas sexies? Porque me encanta Anne Bonny.

Otro grito atraviesa la noche.

-¡Cielos! -exclamo con el corazón acelerado, y no de una manera buena-. Suena como una persona.

-También suena muy, muy cerca -replica, recuperando la seriedad-. Aunque preferiría que nunca, nunca, nunca, nunca dejarás de hacer lo que estás haciendo, creo que deberíamos...

Más gritos. Una cubeta de agua helada. Tengo miedo de verdad ahora, me imagino que algo surgirá de la oscuridad y me destrozará la cara a zarpazos. La naturaleza es una película de terror. Y estamos en el medio de un prado, rodeados de animales asesinos.

Me invade el pánico, no puedo encontrar mis gafas o mi linterna, pero Jungkook las ubica. Nos apresuramos a recoger nuestras cosas. Luego trotamos colina arriba mientras gatos salvajes en celo gritan a nuestras espaldas.

Cuando llegamos al campamento, nos encontramos con varios campistas en ropa interior de abrigo, escuchando con preocupación los maullidos. Todas las miradas se dirigen a nosotros y -fantástico- me pongo roja como si fuera culpable de algo. Bueno, técnicamente lo soy, pero ahora además soy la desvergonzada del campamento, genial, ¿no?

Por otra parte, Jungkook está tranquilo y imperturbable, y conversa sin más con los demás campistas mientras carga con el cubretecho y les cuenta que sí, es probable que haya dos pumas en los árboles al pie de la colina pero que no, es poco probable que suban hasta aquí. Otra persona, un hombre de mediana edad con un acento jamaiquino que se presente como Gordon, comenta que ha tenido encuentros a lo largo de los años con pumas en el parque, y está de acuerdo con Jungkook. Les dice a los demás que se aseguren de que sus hijos no estén solos por ahí, y que sean prudentes.

Como el guardaparques ya se ha ido, varias personas, incluido Jungkook, se ofrecen como voluntarios par vigilar durante un rato. Y después de que dejemos nuestras cosas, extrae una de las farolas de campamento -una de esas que entran en la palma de la mano- u la coloca sobre nuestra mesa de pícnic.

Durante un rato se escuchan murmullos por todo el campamento, y algunos campistas encienden sus fogones. Comemos algunos de los M&M de Jungkook en un taque de ansiedad oral, y cuando voy por el segundo puñado, noto que abre los ojos como platos.

Estrellas  |  J.J.KDonde viven las historias. Descúbrelo ahora