IX

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Loa monótonos campos frutales dan paso a colinas escarpadas cubiertas de pinos contorta a medida que avanzamos hacia el oeste. Cuando salimos de la carretera, riscos de granitos gris flanquean el sinuoso camino colina arriba con dirección al parque nacional. Letreros tallados en madera y con letras blancas indican distintas atracciones, con la distancia a cada una y con detalles pertinentes:

CAMINATA DEL CAÑÓN: 6 KM - 3:30 HORAS IDA Y VUELTA.

PASO SCEPTER: 4 KM - SE PROHÍBE EL USO DE ARMAS DE FUEGO.

LAGO BLACKWOOD: 10 KM - SE PROHÍBE EL INGRESO CON MASCOTAS. PROHIBIDO ENCENDER FUEGOS. SE REQUIERE PERMISO PARA ESTADÍAS NOCTURNAS.

Y finalmente nuestro destino:

CAMPAMENTO MUIR: 2 KM -1 HORA IDA Y VUELTA. SE PROHÍBE EL INGRESO DE VEHÍCULOS CON RUEDAS MAS ALLÁ DEL ESTACIONAMIENTO.

Un momento, ¿qué?

-Llegamos -informa Yongsun, volviéndose.

Hago una nota mental de la parada de autobús de las Sierras y me pregunto si esta es la ruta que debo seguir para la fiesta estelar en el Cerro del Cóndor.

Hay un pequeño estacionamiento pavimentado al final de un camino rocoso. Hay una docena más o menos de autos estacionados allí, la mayoría vehículos de lujo. Encontramos un lugar libre cerca de unos escalones de madera que conducen al denso bosque. Hay otro letrero cerca de los escalones que dice que el sendero es de uso exclusivo de los huéspedes del campamento. Las personas que usan el sendero deben completar un formulario y depositarlo dentro de buzón.

El camio termina en el estacionamiento.

-Tomen todo lo que necesiten -anuncia Yongsun-. Salvo que quieran pasarse todo el rato caminando ida y vuelta al auto. El camino de vuelta es fácil, pero la ida al campamento es cuesta arriba.

-¿Caminaremos hasta el campamento? -digo, mirando el letrero-. ¿Dos kilómetros?

Yongsun me dedica una mirada intensa.

-No empieces, Choi. Te avisé que íbamos a caminar.

No es que me moleste lo de la caminata. Es que es inesperado, eso es todo.

-Yo no...

-¿Cuánto es dos kilómetros? -pregunta Seungun.

-No es nada -le responde alegremente Yongsun.

-Es un poco más de una milla -explico.

-Ah , genial -contesta Seungun, pero le sonríe a Yongsun.

Y Yongsun le devuelve la sonrisa.

-Más fácil que la tabla del uno.

¿Por qué sonríen tanto? ¿Me perdí el chiste? Y ahora están chocando los cinco, tan fuerte que se escucha el golpe de una palma contra la otra. Es tan... tonto. La cabeza de Jungkook gira hacia mí, y aunque el flequillo negro le oculta un ojo, puedo ver una ceja levantada que juzga conmigo el estúpido choque de cinco.

O quizás me está juzgando a mí.

Todos complementamos nuestros formularios de registro del sendero junto al letrero informativo (por si alguno desaparece o es asesinado en el camino, para que sepan tu nombre y el de tus familiares más cercanos). Y cuando Seungun y Jungkook terminan terminan de descargar todas nuestras cosas del portaequipajes, recuerdo rápidamente que soy un tentetieso humano, que apenas puedo sostenerme en pie por el peso mal distribuido de mi mochila. Pero no puedo empacar todo de nuevo en el medio del estacionamiento. Así que como puedo, me cargo la mochila y acomodo mi postura.

Estrellas  |  J.J.KWhere stories live. Discover now