Capítulo 4

7.8K 831 551
                                    

Cinco Hargreeves.

Entonces me dirigí hacia dónde tenían a Diego encerrado, es de verdad un idiota. Era de esperarse que lo tomaran por loco si hablaba sobre el futuro.

Ahí me encontraba esperando a Diego, hasta que lo vi aparecer con una mirada de curiosidad que fue cambiando conforme fue entrando a la habitación.

-Cinco.-habló con media sonrisa.
-Hola, Diego.-saludé serio.-te queda el blanco.-hice una pequeña broma.

-Era hora de que aparecieras.-me dijo y analicé sus palabras.
-¿Cómo sabías que vendría?.-cuestioné mientras me acercaba.

-Siempre haces lo mismo.-reclamó tranquilo de igual manera acercándose.
-¿Dónde están los demás?.-pregunté evadiendo su comentario de antes.

-¿No están contigo?.-respondió con un tono de voz algo confundido.
-Los encontraremos.-asentí.-¿cuánto llevas aquí?.

-Setenta y cinco días.-dijo mirando fijamente un punto, vaya que había pasado algo de tiempo.-aparecí en el callejón de Commerce...-lo interrumpí.
-Y Knox.-terminé por él.

-¿Y tú?.
-Llegué esta mañana.-me acomodé en mi lugar.
-¿Esta mañana?, vaya, nada comparado con ______.-lo miré rápidamente.

-¿A qué te refieres?.-fruncí el ceño sin comprender al cien por ciento sus palabras.
-Digamos que ella ha pasado unos cuántos años aquí.-profundicé mi mirada y puse mis brazos sobre la mesa acercándome aún más.
-¿Cómo lo sabes?.-estaba poniéndome ansioso, odiaba que no hablaran con claridad.

-¿Cómo me encontraste?.-cambió de tema a lo que yo me frustré.
-Página 16, "arrestan a loco con cuchillos en la calle Beckley al 1026", ahí vive Lee Harvey Oswald, ¿me explicas o me dices lo de ______?.-pareció pensar pero de nuevo me evadió, mi paciencia se acababa.

-Digamos que la Policía de Dallas, no valoró mi intento de detener el asesinato de John F. Kennedy.-explicó brevemente.
-Es porque todavía no pasó.-dije con obviedad.
-Y no va a pasar, no lo permitiré.-susurró, ahora si creía que estaba loco.-estoy limando los barrotes de mi cuarto.-en cuanto dijo eso le puse toda la atención posible, así podría chantajearlo para que me dijera de una maldita vez lo de _____.-En un día o dos, saldré de aquí, detendré a Oswald y salvaré al presidente.-explicó en un tono bajo para que los guardias no pudieran escucharlo.-Si quieres ayudarme, sólo dilo.

-Escúchame bien, pedazo de idiota.-levantó sus cejas un poco sorprendido.-No vas a hacer un carajo.-lo miré serio.
-¿Por qué no?.-preguntó un poco molesto.

-Porque se aproxima el apocalipsis.-solté y él me miró burlón.
-No me digas. Pero faltan como 60 años para eso.

-No ese apocalipsis. Este es otro. Nos siguió. Lo vi. Guerra nuclear, Diego. En diez días.-creí que iba a comprender pero esa idea cambió cuando me miró con incredulidad y comenzó a reír.

-¿Y yo estoy en el loquero?.-decía divertido para luego cruzarce de brazos.-Te seguiré el juego.-pensó.-¿Qué lo provoca?.

-No lo sé. Quizá un demente de mierda con complejo de héroe que intentó salvar al presidente y la cagó.-dije sarcástico pero él no pareció notarlo.
-¿O sea que funcionó?.-preguntó.

Solté una pequeña risa sin poder creer que él se lo haya creído.

-¿Salvé al presidente? Sabía que podía.-se felicitó a sí mismo.-Bueno, voy a ayudarte.-al menos lo convencí.

-Menos mal.
-Después de salvar a Kennedy.-mierda, enserio me daban ganas de golpearlo ahí mismo por ser tan idiota.-Luego retrocedemos unas décadas para degollar a Hitler con un cuchillo de untar.-dijo con una mirada siniestra.

-Por algo no tienes amigos.-fue lo único que pude decir y él bajó la mirada.

-Creí que ya habrías encontrado a _____, considerando que es la única que ha venido a visitarme.-rápidamente lo miré y fruncí el ceño, ¡si! Por fin sacó el tema.

-¿Visitarte?.-pregunté y él sonrió.
-Me encontró en ese mismo periódico, desde entonces viene, pero no ha podido sacarme porque bueno... Parece menor de edad al igual que tú.-explicó mientras miraba la mesa y luego esbozó una sonrisa.-es divertido que ayer haya venido, pero avisó que justo hoy no podría venir.-me miró y yo cerré unos segundos los ojos.

-¿Sabes dónde está?.-entrecerré los ojos mientras le daba mi mirada más amenazante.
-Te lo diré.-sonreí pero no me duró mucho después de lo que me dijo a continuación.-si me sacas ahora mismo de aquí, no sé cómo, pero lo harás.-levantó las cejas victorioso y ya no pude más.

-¿Sabes qué? Guardia.-me levanté mientras lo llamaba.-mi hermano planea escapar. Limó los barrotes de su cuarto.-golpeó la mesa y se me acercó listo para golpearme, pero yo ni me moví ya que los guardias lo tomaron de los brazos.

-¡Soplón de mierda!.-me gritó furioso.
-Tranquilo, idiota.-dijo un guardia mientras lo pegaban sobre la mesa para contenerlo.

-Esto es por tu bien, Diego.-suspiré y me alejé un poco.
-¡No! ¡Cinco!.-me llamó.
-Mi hermano está muy enfermo.-una enfermera se acercó para sedarlo.-rezo para que reciba la ayuda que necesita.-dije alentando a los guardias a que le pudieran más atención.

-¡No, por favor! ¡La inyección no! ¡No!.-suplicó y en ese momento me acerqué a su oído.
-Volveré luego, ¿Si? Sólo...-sonreí al ver que se tranquilizaba.-sueña con los angelitos.-me despedí burlón y salí, tenía que continuar mi búsqueda, con o sin Diego.

________, ¿Qué estarás haciendo?.

________ Hargreeves.

-Harry.-lo llamé, a lo que sus ojos verdes me miraron, esos por los que todas morirían por tenerlos tan cerca como yo los tenía, cabello rizado, alto, atractivo, el tipo de chico que derretía a todas con la mirada, incluso a mi, después de todo la adolescente seguía en mi.

-¿Si?.
-Es hora de la comida.-sonreí mientras me acercaba a él.
-Está bien, vamos.-me tomó de los hombros y me giró sobre mis talones, para después empujarme ligeramente para caminar detrás de mi.

-Anne, traje a tu hijo.-hablé cuando habíamos llegado a la cocina.
-Ni a mi me hace tanto caso como a ti _______.-sonrió mientras ponía los platos sobre la mesa con la deliciosa pasta.
-Es cierto.-habló el padre de Harry doblando su periódico para así poder prepararse para comer.

-No sé porque lo hace.-reí.
-Lo sabes.-susurró Harry en mi oído, me puse nerviosa y me senté rápidamente en la mesa.

La familia de Harry se había convertido en mi familia en estos años, busqué a la mía, enserio, pero sólo pude encontrar a Diego y no libre exactamente.

La familia de Harry me había casi adoptado como su hija, aunque no lo tomaban muy enserio ya que entre Harry y yo creció algo más que amistad en estos años, y no quería que se volviera a repetir una relación amorosa entre casi hermanos, no otra vez, aunque nada era oficial todavía.

¿Mis poderes? Casi no los utilizaba a menos que fuera necesario, nadie, ni Harry sabía sobre ellos, pensaba en decírselo pero no quería que se alejara de mí... Lo quiero demasiado como para dejarlo ir.

Necesitaba alguien a quien aferrarme.
Ya no quería estar sola.
No lo soportaría.

Ayer había ido a ver a Diego pero avisé que no podía ir hoy, ya que tenía algunos planes con Harry, en todo este tiempo no le conté nada a Diego sobre Harry aunque en cuanto saliera de ese lugar, lo tendría que hacer.

Mi nueva vida me gustaba, pero aún sentía ese vacío que sólo una persona podía llenar, pero esa persona no estaba... de nuevo, así que me resigné y volví a hacer mi vida.

Entendía que era incorrecto estar en una época que no era mía pero ahora nadie me conocía y podría comenzar de nuevo, borrón y cuenta nueva.

De verdad sólo espero no arrepentirme.

Soy feliz ahora.

You're Not Better Than Me 2 | Número 5 y Tú Where stories live. Discover now