15|| Elsa, ¿cómo te enamoró Jack?

153 20 40
                                    

(Ligando con Evelyn Deavor, parte uno)

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

(Ligando con Evelyn Deavor, parte uno).

—Debe de ser una broma. —El comentario repentino de Andy me hizo saltar del susto y dar un vuelco agresivo a mi corazón, provocando que bombeara como caballo desbocado—. ¿De verdad estás buscando en wikihow cómo ligarte a Evelyn?

—¡No! —Rápidamente bajé la pantalla de la laptop y me giré a verlo, recargándome en el respaldo—. Por supuesto que no, ¿de qué diablos hablas? —Andy no hizo más que reírse —. ¿Y por qué eres tan silencioso?

—Traigo mis, muy tiernas, pantuflas de dinosaurio —respondió, alzando el pie—. Ya sabes que con estas no se escuchan mis pasos.

—Odio tus pantuflas de dinosaurio.

—No puedes odiar a los dinosaurios. Son adorables.

—Pues yo lo hago.

—Pues eres rara —respondió, luego parpadeó y sacudió la cabeza antes de fruncir el ceño—. Vi lo que tratabas de hacer, Elsa Arendelle, y lo lamento por ti, porque no se me va a olvidar que estabas buscando técnicas de ligue en internet.

—Esto se malinterpretaría mucho fuera de contexto.

—Y más porque es mi laptop. —Rio—. ¿Qué clase de tarado busca como ponerle el cuerno a su pareja en su computadora?

Ambos nos imaginamos la escena y soltamos una carcajada, luego se limpió un par de lágrimas de risa y alcanzó un taburete para sentarse en él.

—Pero ya, en serio, ¿por qué no le dices algo como: "Hola, me gustas. Por cierto, te invito unos tacos. ¿Aceptas?" y ya?

—A mi nunca me invitaste tacos. —Me crucé de brazos y curveé los labios hacia abajo, haciendo un puchero. Andy entonces se levantó del taburete, giró bruscamente la silla, donde estaba sentada, hacia él y recargó las manos en el respaldo; a la altura de mis ojos. Luego sonrió.

—Hola, me gustas. Por cierto, te invito unos tacos. ¿Aceptas?

—¿Y ya?

—Y te compro chocolates.

—Tenemos un trato.

Golpee ligeramente su nariz así como había aprendido de los Rivera, por alguna razón a Andy y a mi nos gustaba el gesto. Él arrugó la nariz y sonrió antes de plantarme un beso en la mejilla.

—Bueno, yo voy a bañarme, tengo que estar en el hospital en una hora. Tú deberías hacer lo mismo —paseó su mirada de mi cara a los pies con la nariz arrugada— o no te van aceptar ninguna salida a los tacos.

—Ya ni leí nada —refunfuñé— por tu culpa. De nada me funcionó levantarme sin hacer ruido y venir hasta el estudio de puntitas.

Andy se encogió de hombros, mientras miraba hacia arriba y asomaba una sonrisa traviesa.

Teaming up w Jackson Frost | 02 Where stories live. Discover now