14 || El nuevo trabajo de siglo veintiuno

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[ 08:00 P

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[ 08:00 P.M ]

—Mi amor.

Se escuchó el sonido de la puerta cerrarse tras de mi. Caminé hasta el comedor y ahí estaba mi novio con la cara enterrada entre las páginas de esos libros gordos. Que nuevo. Giró levemente la cabeza para darme a entender que me había escuchado, sin hacer contacto visual conmigo, y proseguir con su lectura. Como respuesta sólo obtuve un leve sonido grave que murió entre la infinidad del silencio.

Rodé los ojos y me deslicé hasta la silla junto a él empujándolo levemente y mirando el libro. Aburrido.

—Y dices que mi trabajo es aburrido.

—Ajá —contestó sin despegar la vista de las letras negras—. Muy aburrido.

—Si tan solo supieras todo lo que me pasó hoy en el nuevo trabajo. —Traté de llamar su atención por última vez parpadeando repetidamente y recargando la cabeza en su hombro, sin éxito.

—Muchas cosas.

—¡Oh, muchas! ¿Quieres que te platique?

—No ahora.

Me alejé y me crucé de hombros haciéndome chiquita en mi lugar.

—¿Le marco a Anna?

—Buena idea.

—¿Le mando saludos de tu parte?

—Te lo agradecería.

—¿Quieres comer pulpo?

—Muy graciosa.

Me encogí de hombros, rodó los ojos divertido.

—Tenía que intentarlo.

[ 09:10 A.M. ]

¿En que me quedé? Oh, si, en el desastre que se causó y evitó gracias a Jim Hawkins.

Pues, ¿qué decirte? Eventualmente tuve que salir del baño, siendo mi apariencia la última cosa en la lista de prioridades. Miré el pulcro edificio una vez que salí del sanitario, era gigante e imponente. Sentí un retortijón en el estómago. No era la primera vez que tenía un trabajo nuevo; sería vergonzoso a mi edad (diecinueve, por supuesto), sin embargo la falta de práctica en las primeras veces podría traicionarme en cualquier momento.

Sintiendo mis dedos temblar, presioné el botón que me llevaría al piso de la oficina de Agrabah y miré las puertas cerrarse frente a mi. Mientras iba subiendo no pude evitar la estampida de pensamientos que pasaron por mi cabeza; algo así como:

Un elevador sería un buen lugar para rascarse una bubi.

Ya sabes; cerrado, privado.

¿Habrá cámaras en el elevador?

Teaming up w Jackson Frost | 02 Where stories live. Discover now