23 || Despues de Berlín

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Hola, soy Anna de nuevo

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Hola, soy Anna de nuevo. O sea, Anna Arendelle otra vez, no me cambié el apellido. ¿Si... se entendió a la primera? Ay, perdón, recién desperté. Más le vale a Elsa editar esto después.

Te advierto de una vez que este es un capítulo muy abrumador, porque te explico a grandes rasgos que sucedió con mi hermana después de que Andy se fue a Berlín. Tiene que ser así para no entrar en detalles y que no se vuelva soso, aún así espero sea comprensible a la primera (sino pues detente a respirar un poco, nadie te corretea, no eres chofer ni yo la mamá de tu mujer).

Después de Berlín, la vida de todos cambió otra vez. Kristoff estaba un poco desanimado al principio, natural que extrañara a su amigo, pero aún tenía a Ryder y me tenía a mí. Mi carrera como actriz fue despegando: cada vez tenía papeles más relevantes que solo extras, se sentía como un montón de burbujas creciendo exponencialmente debajo de mí, así de bonito y de abrumador. Después de Berlín, dejamos de contar los meses y los días; a decir verdad, Elsa dejó de contar los meses y los días. Después de Berlín, mi hermana me necesitaba más que nunca y Kristoff esta vez estaba de acuerdo.

Regresando del aeropuerto Elsa cerró la casa y pasó a dejarle las llaves y el pez a Molly, ella tenía una expresión confundida, pero tampoco cuestionó. Solo los tomó, asintió y se despidió de mi hermana, quien manejó hasta su departamento y se aventó a los brazos de morfeo en tanto vio sus mullidas almohadas.

Al principio no parecía haber algún problema grave, Andy y Elsa se acostumbraron a la diferencia de horario y encontraron un momento para hablarse por teléfono. A Jazmín no le hacía mucha gracia que mi hermana fuera tantas veces al baño, incluso se comenzó a especular que quizás la había visitado la cigüeña. Que ilusos, antes la hace caldo. ¿A qué sabrá el caldo de cigüeña?

El proyecto alemán había iniciado sin ningún problema. Todos estaban cansados del viaje, así como emocionados de conocerse y trabajar juntos a la vez. Elsa recuerda entre esos nombres a Mulan de China, a Heather y a Eret de Rusia y Noruega y a Raya de Sudamérica. (Más bien son los que recuerdo yo, eran un grupo diverso y me perdía). Elsa decía que primero les tenían que explicar cómo funcionaban las cosas por allá y tenían que ambientarse al clima, a la zona horaria, a trabajar en equipo y a no caer dormidos en el intento. Andy además tenía que hacer espacio para hablar con Elsa, pronto terminaron todos conociendo a mi hermana. (Elsa también dijo que yo le estaba dando el avión, que vea que no es cierto, ahí anda diciendo mentiras de mí).

Así llegamos a finales de Julio y las cosas se empiezan a complicar cuando el proyecto arranca (ahora si de a de veras) y Andy ya no tiene tiempo (o tanto tiempo, considerando que no era mucho) para hablar con mi hermana y, como seguramente ya habrás notado, ella tiende mucho a tirar a sus emociones negativas: como la tristeza, la incertidumbre y la paranoia. Kristoff fue el primero que notó los cambios de humor y me propuso hablar con ella, resulta que ella pensaba que esa zorra quien sabe que. No más la escuché y directamente pensé ay no.

Teaming up w Jackson Frost | 02 Where stories live. Discover now