27 || Emma Mary the boss

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—Okay, es hora de ponerse a trabajar

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—Okay, es hora de ponerse a trabajar.

No quieres oír como me levanté, me quité la trenza, me bañé, me la sequé y me la volví a hacer. Tampoco como es que saqué la avena que había comprado en un arranque de querer una vida de Fakegram y terminé tratando de convencerme de que me había encantado lo suficiente para terminarme dos cajas.

Ni cómo me cambié de conjunto veinte veces porque estaba tan estresada que mi manera de sobrellevarlo fue buscarle defectos a mi ropa y como me quedaba. Espero que sea por eso que ya no me quedaban mis jeans.

Entré al edificio y esta vez le dije a Giselle que venía a ver a Emma Mary. Emma me había hecho saber que quería verme personalmente en su oficina. La lógica dicta que Jackson había informado a Emma sobre el caso de Anna y ella iba a dedicarse a guiarnos y darnos instrucciones.

Esta vez, el elevador se fue hasta el último piso, Emma Mary no tenía una oficina, tenía todo un piso para ella.

Al principio, pareciera que la chica era una vampiresa porque lo primero que se nota es que todas las paredes están pintadas de color marrón y el piso tiene una alfombra tres tonos más oscuro, aunque también posee una oficina con dos paredes de cristal, la que da la entrada y la que queda tras de ella. Tiene luces led de colores como las que se ven en internet, música de ambientación y una cosa de plástico que emite un olor fresco.

Las películas de acción que le gustan a Anna me han enseñado que tener una pared de cristal es una mala idea, pero supongo que Mary no las ve.

Apenas abrió el elevador y dados unos pasos choqué con Jack Frost torpe y vergonzosamente ya que estaba embobadisimo viendo sus mensajes Justo frente al kilométrico sillón y a pocos centímetros de la puerta. Giselle se quería reír, pero se aguantó poniéndose la mano en los labios. Nos quedamos mirando los cinco segundos más largos e incómodos de mi existencia.

¿A quien diablos se le ocurre dejar un pasillo tan pequeño entre la puerta, la pared con cantina y el sofá? Existen los malos arquitectos y luego este. También yo tengo la culpa porque que venía distraída despidiéndome de Giselle. Y bueno que es lógico que dos adultos con etiqueta le cederían el paso al otro. Cosa que obviamente no sucedió aquí.

—Ahm, iré primero —atiné a decir tras soltar una risita forzada.

—No, yo iré primero.

—Las damas primero, Jackson.

—Por eso yo voy primero.

—¿Qué insinúas, Frost?

—Que el saco te quedó.

—No te equivoques y te quieras ver como caballero, más bien te queda un color más hacia "maleducado".

—El color que traes puesto.

—¡Altanero!

—No hay que discutir, hay damas presentes.

Cuando se asomó por sobre mi hombro para buscar a Giselle, esta ya había corrido.

Teaming up w Jackson Frost | 02 Kde žijí příběhy. Začni objevovat